viernes, 8 de mayo de 2009

El déficit de tarifa y el bono social

El Gobierno ya ha alcanzado un acuerdo para eliminar el déficit de tarifa. Y ya lo ha publicado en el BOE. Algo muy bueno, porque, tal como dice acertadamente Industria:

…la situación actual "impide la competencia en el mercado eléctrico, dificulta las inversiones en el sector e impide a los ciudadanos recibir señales adecuadas de precios para adaptar su patrón de consumo al coste de la energía eléctrica".

Además, el acuerdo establece que las empresas deben responsabilizarse de la gestión de los residuos nucleares, lo que también es bueno porque internaliza esta externalidad (aunque esto ya estaba hecho en parte), y elimina la detracción de recursos asociada a los permisos de emisión de CO2.

Pero aquí se acaban en mi opinión las buenas noticias, y voy por partes:

Primero, porque el déficit todavía no se acaba: lo que hace el acuerdo es permitir la titulización de la deuda. Pero el déficit (la diferencia entre lo que cuesta y lo que pagamos) sigue existiendo por lo menos hasta 2013. Es decir, que el acuerdo es bueno para las empresas, porque les da liquidez, pero no para la señal al consumo de energía.

Segundo, el propio acuerdo ha implicado tirar piedras contra el intento de dar mayor eficiencia, estableciendo un bono social que no me parece muy bien diseñado. Para empezar, no me creo que de 22 millones de consumidores en baja tensión, 5 sean muy vulnerables, tal como dice el Gobierno:

“No se trata de dar un cheque, sino de proteger a los consumidores más vulnerables” afirmó de la Vega.

Según el Gobierno, los vulnerables son: los que contratan menos de 3kW, las familias numerosas, los parados, y los que perciben pensiones mínimas. No tengo nada que decir sobre los parados, pero el resto…Empiezo con los que contratan menos de 3kW: ¿desde cuando es una señal de vulnerabilidad no tener vitrocerámica o aire acondicionado? Conozco muchos “poco vulnerables” con cocina de gas (porque les gusta más), o sin necesidad de usar el aire acondicionado…Por supuesto, las familias numerosas tienen más gastos. Pero también es cierto que el tamaño de la familia tiene poco que ver con la renta, y por tanto, con la vulnerabilidad. Y los que cobran pensiones mínimas, pues otro tanto. Es decir, que yo creo que el verdadero indicador de vulnerabilidad es la renta disponible, y la proporción en ella del consumo eléctrico, y no estas simplificaciones, que seguramente tendrán mucha más venta electoral, claro…Por eso, sería imprescindible incluir un indicador de renta (algo que ya se menciona en el RD) cuando se elabore la orden que determine la vulnerabilidad.

Para continuar, creo que con todos estos rollos del bono social hay que tener mucho cuidado. Una cosa es la demagogia de las tarifas eléctricas, y otra el querer de verdad reducir nuestro consumo de energía y nuestras emisiones. De hecho, esto lleva, como dice muchas veces Joaquín Nieto, a que unos paguemos los excesos de otros, y a que aumente el consumo de energía. A partir de ahora, cuando encienda la luz tendré que ser consciente de que estoy subsidiando a mi vecino del primero, con mucho más dinero que yo, con una casa el doble de grande, pero eso sí…con 4 hijos y con una profesión liberal (y por tanto con una declaración de renta mucho menor). En este sentido, el indicador de renta comentado antes debería ser lo suficientemente restrictivo, para solucionar adecuadamente el problema social pero sin estropear lo demás.

Y, para terminar: ¿qué sentido tiene que esto lo asuman las compañías eléctricas? Primero, ¿eso no significa realmente que quien lo va a asumir son los accionistas de las compañías (que no siempre son millonarios precisamente), o los consumidores de electricidad? ¿No tendría más sentido, si es una ayuda social, que vaya a presupuestos generales?

Y no será por falta de ejemplos. Los bonos sociales de Italia o Connecticut, por ejemplo, están mucho mejor diseñados. De hecho, el otro día en GTPES las conclusiones de la discusión fueron en esta línea (en cuanto estén disponibles las cuelgo).

En fin, que por mucha alegría que tengan muchos, a mí en general me parece una mala noticia para la eficiencia energética, el medio ambiente, y en general la buena regulación. Más bien, otra chapuza demagógica a las que estamos acostumbrados…

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