martes, 30 de octubre de 2018

Adam Smith, Hayek, y la relación entre bibliotecas y curiosidad

Dos entradas de Milanovic que creo que valen la pena:
  • Sobre Adam Smith, Milanovic recuerda que no es el icono neoliberal que algunos creen, quizá, como bien dice él, porque no han leído sus obras (yo reconozco que estoy a medias de la Teoría de los sentimientos morales, y que no es fácil...). Los dos últimos párrafos de la entrada resumen perfectamente la cuestión.
  • Otra entrada divertida y provocadora es la del comunismo hayekiano (una aparente contradicción en términos) el que, según Milanovic, tiene lugar en China. De hecho, y si no lo leo mal, creo que Milanovic de alguna forma considera esta una combinación ganadora: los capitalistas generan riqueza pero no corrompen la política hacia un capitalismo de amiguetes. No creo que tener una dictadura sea la mejor solución para esto, pero...
Y un alegato a favor de las grandes bibliotecas personales (incluso aunque no se hayan leído), con, como siempre, una palabra japonesa que lo define perfectamente: tsundoku. Creo que Santi ya lo ha incorporado a su vocabulario :).

lunes, 29 de octubre de 2018

Tres buenos podcasts: sesgo implícito, globalización, y música

Krista Tippett entrevista a Mahzarin Banaji, que nos cuenta lo frecuente que es caer en sesgos implícitos, y lo que cuesta evitarlo. Muy relevante, creo yo.

Ezra Klein habla con Dani Rodrik sobre los problemas de la globalización. Rodrik transmite estupendamente su sabiduría y su sentido común

Y para terminar, una entrevista de Tippett a Yo-Yo Ma, que es sólo para disfrutar del amor a la música y a la naturaleza humana.

viernes, 26 de octubre de 2018

The idea of justice, de Sen

Uno de esos libros esenciales que tenía ganas de leer desde hacía tiempo. Y la verdad es que es muy, muy recomendable, aunque tengo que decir que seguramente estaré sesgado en mi apreciación, porque el enfoque de Sen me resulta muy cercano, posiblemente por venir de alguien con una formación ingenieril-económica. Y a cambio, seguro que no estaré siendo capaz de percibir todos los matices o implicaciones que otros con formación filosófica podrán hacer.

Sen, en todo lo que he leído suyo, siempre me ha parecido un tipo muy sensato y nada dogmático, y aquí lo vuelve a demostrar. De hecho, una de las partes que más me han gustado del libro es cuando presenta las distintas escuelas, y las discute de forma bastante imparcial, al contrario que muchos otros que siempre quieren llevar el ascua a su sardina. O cuando concluye, precisamente señalando las limitaciones de cualquier idea de justicia:
Justice is an immensely important idea that has moved people in the past and will continue to move people in the future. And reasoning and critical scrutiny can indeed offer much to extend the reach and to sharpen the content of this very momentous concept. And yet it would be a mistake to expect that every decisional problem for which the idea of justice might conceivably be relevant would, in fact, be resolved through reasoned scrutiny. And it would also be a mistake to assume, as was discussed earlier, that since not all disputes can be resolved through critical scrutiny, we do not have secure enough grounds to use the idea of justice in those cases in which reasoned scrutiny yields a conclusive judgment. We go as far as we reasonably can.
Realmente, creo que el libro no presenta realmente una teoría de la justicia, sino más bien reflexiones acerca de otras teorías de la justicia y sus limitaciones, y sobre lo que habría que hacer para resolverlas. Si acaso, su teoría de la justicia es más bien una teoría de la elección social (un concepto fundamentalmente económico-ingenieril), aunque, eso sí, focalizada en las capacidades como criterio de decisión. En todo caso, y a pesar de basarse en la arquitectura de la elección social, Sen no plantea un esquema nada rígido, todo lo contrario. De hecho, critica a los enfoques institucionalistas y contractualistas (fundamentalmente a Rawls, del que también defiende muchas cosas) precisamente por su rigidez. Su enfoque es eminentemente deliberativo, y basado además en la empatía y en ponerse en el lugar del otro como forma de lograr la objetividad necesaria. Y, sin ser consecuencialista a ultranza, sí aboga por la importancia de considerar las consecuencias a la hora de valorar la justicia de las acciones, aunque, eso sí, teniendo en cuenta no sólo las meras consecuencias, sino también las condiciones en las que estas se producen y los procesos utilizados (lo que él llama comprehensive vs culmination outcomes). Quizá porque él, al contrario que los kantianos o contractualistas, no considera que eventualmente el bien triunfará (el famoso "the arc of history bends towards justice", que requiere de una figura divina para asegurarlo), y que, por tanto, hay que estar vigilante y activo para asegurarnos de que así sea.

Como no podría ser de otra forma en un tratado tan amplio, hay cosas que me han gustado más y otras menos. Su capítulo 8, Rationality and Other People, me ha encantado, por cómo destruye la miopía de muchos economistas en su creencia en la teoría de la elección racional. También me ha gustado mucho cómo defiende el argumento de que no debemos usar categorizaciones unidimensionales, o de que hay muchas razones válidas para defender que, a veces, la gente puede ir en contra de sus propios intereses o su bienestar para alcanzar un bien mayor. Aunque, claro, creo que detrás de esto hay un tema semántico, qué entendemos por bienestar. ¿Contribuye a mi bienestar ser más virtuoso? Yo creo que, en el fondo sí, aunque efectivamente puede ir en contra de mis intereses estrechos (económicos, o de salud) a corto plazo. Finalmente, me parece muy valiosa su reflexión acerca del valor de la felicidad: la felicidad no es verdadera si no se basa en razones reales, y, esencialmente, en la libertad. Por ejemplo, dice que la felicidad subjetiva que en muchos casos se consigue mediante racionalización (la felicidad de los pobres, por poner un caso extremo, que terminan acostumbrándose a esa pobreza) no puede valer lo mismo que la que está basada en una capacidad plena de actuar.

También me parece que vale la pena mencionar un par de temas cercanos a mis áreas de investigación:

- Sobre desarrollo sostenible, le gusta más la definición de Solow que la de Brundtland, porque le parece más apropiado hablar de opciones abiertas (de capacidades, en el fondo) más que de necesidades. Yo creo que la definición de Solow sigue quedándose algo corta (fundamentalmente, y precisamente, en términos de justicia intrageneracional), pero aún así creo que el matiz de Sen es muy relevante.
- Y sobre pobreza, algo relevante para nuestros estudios sobre pobreza energética es el "conversion handicap", el hecho de que, para las familias más pobres, todo cuesta más. Y que por tanto, seguramente no baste con compensarles con más renta para lograr el confort energético, sino además ayudarles a transformar esta renta en confort de verdad. Es decir, que la pobreza no sólo es un problema de falta de renta, sino de falta de capacidad para convertir esta renta en bienestar.

Sin embargo, hay otros capítulos algo más flojos, en los que recurre más a lugares comunes o a conjeturas. Así me lo han parecido el de The practice of democracy, o el de Impartiality and Objectivity. También creo que, tras un arranque muy poderoso, llega al final algo disperso. Menos mal que el último capítulo recoge sus propuestas de forma más ordenada y ayuda mejor a concluir todo lo que se ha leído.

En todo caso, como decía creo que el libro vale mucho la pena. Lo dejo aquí con un mensaje muy actual:
The effect of sectarian demagoguery can be overcome only through the championing of broader values that go across divisive barriers.
ADD: Aquí hay una reseña mucho más completa que la mía, por si alguien quiere ampliar.

jueves, 25 de octubre de 2018

Environmental Catastrophes and Mitigation Policies in a Multi-region World. Besley y Dixit, 2018

Qué mejor forma que inaugurar la serie sobre artículos académicos que con este de Timothy Besley y Avinash Dixit, que presentó el propio Dixit en un seminario hace unos días en el Keynes Room de Cambridge (una de las cosas buenas que tiene estar aquí, claro). Por cierto, Dixit fue tan amable como para quedarse luego un rato conmigo hablando de una idea que comentaré después.


Besley y Dixit han construido un modelo muy sencillito (disponible en el material suplementario) con el que tratan de determinar la disponibilidad a pagar de la sociedad (a través de la variación compensatoria o equivalente) para reducir el riesgo de eventos extremos causados por el cambio climático. Es decir, mide lo que estaríamos dispuestos a gastarnos para evitar estos riesgos. El modelo, como no podía ser de otra forma viniendo de Dixit, incorpora opciones reales en ambos lados de la ecuación: no hacer nada, o hacer de más.

El modelo además incluye distintas regiones, que sufrirían daños distintos, pero que se beneficiarían de una solución global, con lo que puede representar los juegos políticos asociados en un asunto en el que la cooperación internacional es tan importante.

El valor del modelo es fundamentalmente su sencillez, y derivada de ella, la fácil intuición de los resultados. Creo que esto es bastante importante, porque permite transmitir bien los mensajes. A cambio, claro, renuncian a algunas cosas en comparación con otros modelos más complejos, fundamentalmente, la endogeneidad de los resultados. Aquí, curiosamente expresado en los mismos días en que el Nobel de Economía premiaba la endogeneización del cambio climático y la innovación en los modelos de crecimiento económico, Dixit expresaba firmemente su convicción de que la endogeneización es un error, porque crea cajas negras innecesariamente. Algo, la verdad, en lo que esto parcialmente de acuerdo: la endogeneización ayuda a detectar comportamientos no necesariamente intuitivos, pero hace más difícil interpretar los resultados de los modelos. Lo ideal sería evaluar las dos versiones.

Los resultados que obtienen, bajo supuestos que muchos considerarían conservadores (como una tasa de descuento relativamente elevada) son bastante elevados, siempre por encima del 1% anual del PIB. Y recordemos que sólo aplican a catástrofes, y no a las consecuencias "normales" del cambio climático...(aunque esto también se puede incluir en su modelo). Para su caso base, por ejemplo, encuentran que el gasto en el que estaríamos dispuestos a incurrir sería del 3% del PIB, como dicen ellos, equivalente a sacrificar permanentemente un buen año de crecimiento económico. El gasto que estaríamos dispuestos a hacer en una posible tecnología milagrosa sería también del 3% del PIB, inferior como dicen al gasto anual en defensa de los Estados Unidos, aunque mayor que el presupuesto de NASA y NSF.

Los resultados para el modelo multirregional también son interesantes, sobre todo cuando hacen variables el crecimiento y los daños. Por ejemplo, si los países desarrollados caen en un estancamiento secular, el incentivo a tomar acciones unilaterales contra el cambio climático es casi inexistente (bastante en línea por cierto con nuestros escenarios de Economics...)

Y decía que al final me quedé con Dixit comentando una posible mejora de su modelo, que no comenta en su paper, y que creo que sería un tema interesante para un trabajo fin de máster. En su modelo representan la tecnología "milagrosa" μ básicamente como una solución de geoingeniería, una tecnología que no eliminaría las emisiones, sino que eliminaría sus efectos negativos. Pero estas tecnologías tienen muchos problemas. En cambio, no representan la posibilidad de una tecnología que permita reducir las emisiones de forma muy barata, algo que sería mucho más deseable. En su modelo establecen una relación fija α entre emisiones y crecimiento económico (que modifican por ejemplo para representar los efectos del Acuerdo de París), pero esta relación podría hacerse variable y dependiente de una variable aleatoria μ', que representaría la posibilidad de éxito en encontrar esa tecnología de mitigación deseada. Un modelo algo más complejo, pero seguramente mucho más realista.

martes, 23 de octubre de 2018

La brecha de género en STEM, buenos empleos, meritocracia, y ayuda al desarrollo

Alex Tabarrok nos cuenta un paper que explicaría la brecha de género en los estudios STEM a partir de la ventaja comparativa de los niños en estas disciplinas. Parece plausible, desde luego. Luego lo complementa con este otro.

Aunque supongo que no todos tenéis acceso, me ha gustado este artículo del FT en el que, entre otras cosas, se dice que no es bueno pensar en el personal como un coste. Más bien hay que interpretarlo como un recurso, y cuanto más capaz, mejor. Muy aplicable a universidades, por ejemplo... También me ha gustado la opción profesional de esta chica: 60% academia, 40% actividades extracurriculares.

Una muy buena reflexión sobre los límites de la meritocracia.

Lant Pritchett (comentado por Bryan Caplan) nos dice que, para sacar a la gente de la pobreza, es mucho más efectivo quitar las barreras a la inmigración, o incluso acelerar el desarrollo de estos países, que cualquier programa de ayuda directa, por muy efectivo que sea. Yo creo que esto evidentemente tiene muchos matices, porque la inmigración es una vía que muchos no estaríamos dispuestos a emprender, perdiendo nuestras raíces...y porque el desarrollo acelerado o la globalización puede generar mucha desigualdad, quizá reduciendo la pobreza en término medio (en el caso de la globalización, con dudas) pero creando mucho left-behind (escúchese al siempre sabio Dani Rodrik). En todo caso, el artículo de Pritchett, provocador aunque deprimento, vale la pena. Esto está muy relacionado con este podcast que escuché recientemente de Anand Giridharadas, demoledor contra el buenismo de los filántropos.


lunes, 22 de octubre de 2018

Diversidad en la universidad, bicis eléctricas, almacenar energía en hormigón, y productividad.

Una política interesante para aumentar la diversidad en las universidades: esta que ha implantado Texas, según la cual todos los alumnos que se sitúen en el percentil superior de su instituto tienen derecho a ser admitidos en las buenas universidades del estado. La verdad es que tiene algunos elementos interesantes (algunos de los cuales sólo tienen sentido en EEUU), pero desde luego parece algo que valdría la pena explorar. Mi gran duda aquí sería lo de si los alumnos de “malos institutos” podrían realmente integrarse en un ambiente competitivo, y rendir al mismo nivel que los otros (como parecen hacer en Texas), en un sistema universitario como el español, muy distinto del americano…

Curiosa historia sobre las bicis compartidas (y eléctricas) en Seattle, y que no debe ser tan distinta de las que se viven en Madrid… Me ha llamado la atención la energía que se gasta en mantener el sistema en marcha (recargando bicis, moviéndolas de un lugar a otro…). Algo para tener en cuenta a la hora de modelar este modo de transporte.

Y más curioso aún: un sistema de bombeo, pero en lugar de agua, de hormigón. Rhett Allain hace los numeritos.

Cal Newport vuelve a sus esencias, a la productividad. Y recupera un antiguo artículo en el que se demuestra algo que muchos sospechábamos: que las herramientas informáticas, mal utilizadas, realmente reducen la productividad, al permitir que los empleados más valiosos pierdan en tiempo en tareas que podría hacer un administrativo. En el fondo, esto es lo mismo que lo de que los profesores universitarios se dediquen a hacer horarios, o a gestionar programas. Contratar más administrativos aquí resulta en mayor productividad global, igual que en el caso que nos cuenta Newport.

viernes, 19 de octubre de 2018

Wiser, de Sunstein y Hastie

Leí este libro tras leer la recomendación entusiasta de Tim Harford. Y la verdad, me ha decepcionado un poco. No es que el libro sea malo. Está bien escrito, es ameno, y proporciona información interesante, honesta, sensata y contrastada. Lo que pasa es que, como suele suceder en otros casos, esta misma información podría haberse condensado en 10 páginas como mucho, en lugar de en 214…Y es que la chicha del asunto se puede tratar de resumir en las siguientes ideas:
  • Los grupos, cuando cumplen una serie de condiciones, toman mejores decisiones que los individuos por separado, incluso sin que sea necesaria la deliberación. De acuerdo con la regla de Condorcet, simplemente el calcular la media de las opiniones individuales logra decisiones al menos iguales, si no mejores, a las de los individuos, siempre que la mayoría de los decisores tenga una probabilidad mayor del 50% de acertar (como decía Condorcet, siempre que los votantes sean ilustrados, y tanto más cuanto más compleja sea la cuestión a decidir). Una de las consecuencias que se derivan de esto es que, en lugar de buscar siempre al mejor experto, es mucho más útil reunir a un grupo de ellos.
Eso sí, hay que decir que esto funciona bien cuando se usa la regla para tratar de aproximar valores. Cuando hay tres alternativas para decidir y el decisor no tiene una única opción, esta regla genera ciclos (falta de transitividad) en las decisiones.
  • Pero, a veces, los grupos toman malas decisiones, peores que las que tomarían los individuos por separado. Esto puede deberse, en ocasiones, a los sesgos o prejuicios inherentes, que hacen que los decisores tengan una probabilidad inferior al 50% de acertar. Y otras veces, a las dinámicas del grupo, creadas a su vez por dos problemas (llamados cascadas), de información y de reputación, que básicamente consisten en que los miembros del grupo no revelan la información relevante que poseen (y que es la que permitiría que el grupo tomara mejores decisiones), bien porque la información que obtienen del resto les hace cambiar de idea; o bien porque temen consecuencias negativas de su posicionamiento en el grupo.
Esta parte es interesante. Pero se deja fuera una gran parte de la teoría de decisión en grupo (o más ampliamente, la teoría de la elección social), con todos los problemas que ha identificado y las técnicas que ha desarrollado para evitarlos.
  • ¿Cómo se pueden arreglar los problemas identificados (que ya he dicho que no son todos)? Pues asegurándose de que todos los miembros del grupo, y no sólo aquellos con mayor jerarquía, o que tienen información común, pongan su información encima de la mesa. Como bien resumen en la sección final, aquí el líder tiene un papel fundamental. El líder no debe ser complaciente, sino que debe callarse y dejar que hablen los demás, sobre todo si hay miembros con bajo estatus. Y también incluso asignando roles para que no se pierda la información. Los buenos líderes crean una cultura en la que lo premiado no es estar de acuerdo con la mayoría, sino añadir información valiosa, expresar opiniones divergentes. Y esto no lo hacen para proteger a los disidentes, sino al grupo. En algunos casos puede hace falta recurrir a métodos más formales, como el Delphi; o simplemente registrar la opinión de la gente antes de que comiencen las deliberaciones.
  • Además, hay que tratar de traer la mayor información posible a la decisión: para ello la diversidad (cognitiva, no necesariamente demográfica) es fundamental.
  • Una idea interesante es que hay que separar dos fases en el proceso de decisión: una creativa, en la que se buscan alternativas (y en la que interesa mucha libertad, y nada de consenso) y otra más ejecutiva en la que hay que buscar el consenso. Y no necesariamente los integrantes del grupo deben ser los mismos, porque las cualidades necesarias para una y otra son distintas.
El resto es soporte bibliográfico (que puede no venir mal para seguir tirando del hilo), y en algunos casos, material añadido sin demasiada relación directa, como los capítulos sobre torneos, mercados de predicción, o consulta pública. Incluso el de A framework for improvement aporta poco más allá de un buen sentido común.

Conclusión: el libro está bien para alguien que nunca haya leído nada de behavioral, o de toma de decisiones en grupo. Para ese público, y más aún quizá, por los ejemplos que da Sunstein de su experiencia en la Casa Blanca, para gestores públicos, su lectura aporta y además resulta ligera y amena. Incluso a mi hija de 12 años le resultó ameno y aprendió de las pocas hojas que leyó. Eso sí, hay que ser consciente de que sólo cubre una pequeña parte de la teoría de la elección social.
Para los que sí han leído algo del tema, como digo, basta el resumen de las ideas que ofrezco antes, salvo que uno no tenga mucho más que hacer, y le apetezca leer algo ligerito y bien escrito.

jueves, 18 de octubre de 2018

Enseñanza de ingeniería, móviles, blockchain, y tecnología energética

Aldert Kamp resume el último congreso de la CDIO, y vuelve a incidir en la necesidad de cambiar la forma en la que se enseña ingeniería, si queremos formar profesionales adaptados al mundo en que viven, y vivirán. Muy recomendable leerlo entero.

Más sobre el efecto de los móviles y portátiles en clase: como era de esperar, se confirma que no son buenos, pero esto tampoco nos debería descubrir nada, ¿no? No sé por qué no hacen los mismos estudios para los comics que leíamos en el cole por debajo de la mesa…

Decía hace un tiempo que esto del blockchain para energía, en mi opinión, tiene bastante de bluff. Sivaram y Freeman parecen estar de acuerdo.

Wil me mandó hace poco el número de Junio de IEEE Spectrum, dedicado a tecnologías energéticas contra el cambio climático…Las tecnologías de captura de carbono o nucleares no son nuevas para los lectores de este blog, algo más novedosas, al menos para mí, son la hibridación para aviones, o algunas de las que plantean para la alimentación. Pero lo que más me ha llamado la atención es la cantidad de vendemotos salvamundos que hay detrás de muchos de estos proyectos, algo a lo que a veces también contribuyen los redactores no ofreciendo suficiente balance. Menos mal que el número también incluye un artículo de nuestro amigo Vaclav Smil en el que nos devuelve a la dura realidad…

martes, 16 de octubre de 2018

Evaluación científica, innovación y soft skills

Anxo Sánchez nos resume algunas investigaciones recientes en las que se confirma que, cuando hay poca diferencia entre las propuestas (o entre artículos), el resultado de la evaluación es casi aleatorio, lo que por tanto hace cuestionarse si no es mejor y más barato tirar una moneda que convocar comités evaluadores…estos comités sólo servirían para separar el grano de la paja. En el fondo, esto es muy similar a lo que contamos siempre en Teoría de la Decisión: si hay dos decisiones casi iguales, es mejor no perder tiempo (y recursos) volviéndote loco para decidir, sino mejor simplemente tirar una moneda. Aunque reconozco que, por propia experiencia con mis hijas, esto no es nunca evidente para el decisor…

Y Anxo también participa en la discusión en este artículo (recomiendo mucho leer los comentarios de Anxo y Juan Francisco Jimeno) sobre la reciente sentencia del Tribunal Supremo que pone patas arriba la evaluación de los sexenios de investigación en España, otro proceso administrativo-científico que no termina de dejar contento a nadie.

Desde luego, si hay una agencia que no utiliza estos procesos burocráticos, sino otros mucho más ejecutivos, es ARPA (o DARPA). Tim Harford nos cuenta las lecciones que saca él de esta agencia.

Algo relacionado con lo de Sánchez (básicamente por los problemas de la falta de racionalidad en las decisiones), Mr. Moustache nos hace caer en la cuenta de muchas estupideces que cometemos a la hora de gastarnos la pasta sin darnos cuenta, de hecho en muchas ocasiones incurriendo en costes mucho mayores, sin pensar, que cuando perdemos el tiempo dando vueltas a si comprar una botella de vino u otra cuya diferencia de precio es de 10 pavos…Si lo leo correctamente (o a lo mejor porque así es como lo expresaría yo), Mr. Moustache no dice que no tomemos estas decisiones, por tontas que parezcan…sólo que seamos conscientes de sus consecuencias.

Y también relacionado, pero por la parte de evaluación científica, una reflexión de Andrew Gelman sobre las alternativas al sistema actual de publicación científica. Comparto con él que un sistema de evaluación post-publicación seguramente no tuviera los incentivos suficientes para hacer buenas revisiones (como sí tiene el actual). Yo, sinceramente, creo que la mejor opción (por ahora) sería tener un sistema similar al actual de revisiones previas a la publicación, pero gestionado por los científicos directamente (o por sus asociaciones profesionales), y con un acceso abierto que sólo tuviera que cubrir los costes reales del proceso, y no el margen que se llevan ahora las editoriales.

Y para terminar por hoy, del mismo Gelman, algunos enlaces interesantes para un tema clave: desarrollar soft-skills para los futuros académicos (estudiantes de doctorado). Esto ya lo llevamos haciendo en ICAI para los ingenieros, de cara a su carrera profesional, pero es cierto que no lo cubrimos igual de bien para los estudiantes de doctorado. Un tema pendiente para el nuevo director de la Escuela de Doctorado de Comillas :).

lunes, 15 de octubre de 2018

Welcome back!

Al fin, vuelvo al blog, tras una parada más larga de lo que tenía pensado. Y es que esta primera entrada tras las vacaciones estaba prevista para el 1 de septiembre, pero unas cuantas complicaciones logísticas y carga de trabajo no esperadas impidieron que volviera al blog entonces...así que decidí que, al menos este año, la vuelta sería para las fechas que manejan aquí en Cambridge (el curso comenzó el 2 de octubre), o más bien, para las que yo tenía cuando estudiaba: para después de El Pilar 😀.


Tal como prometí, voy a cambiar un poco la estrategia del blog, para experimentar otros formatos. Esta es mi idea al menos para este curso académico, a ver qué tal sale:

- En lugar de entradas cortitas como antes, voy a agrupar varias lecturas interesantes uno o dos días por semana;
- Una vez a la semana, o si no puede ser, cada quince días, colgar una reseña de algún libro o artículo interesante que haya leído (como veis, uno de mis propósitos para el curso es leer más).
- Y dejaré mis comentarios más largos sobre energía y cambio climático (idealmente, uno a la semana) para el blog de Economics for Energy.

Agradeceré mucho vuestros comentarios sobre el nuevo formato. Os dejo con un par de fotos de mi ruta en bici por las mañanas, que como veis es fantástica (sobre todo si el tiempo acompaña como hasta ahora):