miércoles, 30 de julio de 2008

El plan de Sebastián (II)

El artículo de este mes en Soitu:

Hoy ha presentado el ministro de Industria el nuevo Plan de Activación del Ahorro y la Eficiencia Energética 2008-2011. El Plan es ambicioso, y presenta numerosas propuestas incluyendo algunas de las que ya se le sugirieron desde este medio hace unos días. En este artículo voy a comentar algunos de los elementos que me han parecido más relevantes de la presentación.

En primer lugar, hay que decir que es muy loable y bienvenido plantear como objetivo fundamental el ahorro y la eficiencia energética. Como ya se ha mencionado en otras ocasiones, existe un importante potencial que es necesario y conveniente aprovechar. Pero no sólo a corto plazo, tal como parece plantear el plan, ya que determinadas acciones a corto plazo sólo consiguen empeorar las cosas a largo, por el llamado efecto rebote (si a corto plazo cambiamos a equipos más eficientes, luego nos será más barato consumir energía, y puede ser que consumamos más que antes). La apuesta por el ahorro y la eficiencia debe ser sostenida, tal como el Plan plantea para medidas a largo plazo como las energías renovables.

Una muy buena primera idea del Plan es el impulso a las Empresas de Servicios Energéticos. Estas empresas son aquellas que ayudan a mejorar la gestión energética de los consumidores, asesorando e incluso invirtiendo en mejoras, y tienen un papel clave que jugar en esta estrategia. Lo que no veo tan claro es si de verdad la garantía de seguridad jurídica, la financiación, y la contratación pública que comenta el Plan, son los obstáculos reales para el desarrollo de estas empresas. Y esto es porque el inconveniente fundamental para estas empresas es que no tienen mucho dinero que ganar: el coste (precio) de la energía es bajo (por subvenciones de una u otra índole) y no permite recuperar algunas inversiones; no hay muchos incentivos a ahorrar energía por parte de los consumidores, y por tanto no hay mucho negocio. Si de verdad se quiere estimular a estas empresas, lo que hay que hacer es crear un negocio para ellas, por ejemplo, obligando a realizar ahorros, como con los certificados blancos que se usan en Italia o Francia (y que en el primer caso han contribuido a una explosión de estas empresas). Los programas de certificados blancos consisten en un obligación para las empresas suministradoras de reducir la cantidad demandada por sus clientes, bien directamente o bien contratándolo a otras empresas (las de servicios energéticos), que por tanto ven aparecer un negocio, ya que pueden vender estos servicios a las empresas suministradoras.

Pero en cualquier caso, si lo que se quiere es reducir nuestra dependencia del petróleo a corto plazo, donde de verdad tenemos que poner la carne en el asador es en el sector transporte, que es donde se consume este combustible. Aquí el Plan propone algunas medidas interesantes, como la promoción de los coches eléctricos, que efectivamente parecen ser el futuro de la automoción. Aunque claramente es un camino por donde hay que seguir, no sé si las medidas propuestas bastarán para conseguir un millón de coches en 2014, porque para ello hay que mover muchas fichas: los fabricantes de coches, que sólo responderán ante un impulso multinacional; las compañías eléctricas y su regulación, que debe permitir e incentivar este tipo de uso, incluso la infraestructura para generar la electricidad y para permitir la recarga de los coches (que no tengo claro que esté incluida en la Planificación Energética que también ha presentado hoy el Ministro). En este sentido sería deseable una estrategia más ambiciosa y más completa.

Lo de reducir el límite de velocidad sí puede ser una medida ciertamente efectiva y rápida. Una reducción del 20% de la velocidad máxima puede reducir más de un 20% en el consumo de combustible. Posiblemente sea una de las medidas más poderosas, si se aplica con la suficiente amplitud, y sobre todo, si se vigila su cumplimiento. Eso sí, vamos a ver cuánto nos duran los puntos…no es de extrañar que la gente no esté muy a favor de la medida…

En lo que respecta a ahorro energético en edificios, aunque se propone modificar el Real Decreto de Edificación Energética de Edificios Nuevos, hay que ser consciente de que el problema no está ahí (y menos ahora con la crisis inmobiliaria) sino en los edificios existentes. Se echa mucho de menos una obligación de reformar energéticamente los edificios que ya tenemos, y que son muy ineficientes. Se han propuesto medidas de este tipo, que además reactivarían al sector de la construcción en estos tiempos de crisis, pero parece que no han sido bien acogidas en el Ministerio…

En cuanto al ahorro de electricidad: desgraciadamente, parece que se pone mucho énfasis en la iluminación, cuando la contribución de ésta al gasto energético, y por tanto, al ahorro potencial, es más bien pequeña. Se echa de menos en cambio alguna mención a medidas tan potentes como los certificados blancos ya mencionados o el desacople de la retribución de las distribuidoras y comercializadoras de la energía consumida (es decir, que los ingresos de las distribuidoras no dependan de la energía que venden, y que por tanto tengan cierto incentivo a ahorrar por sí mismas), que posiblemente, como se ha visto ya en otros países, serían mucho más efectivas.

Finalmente, es curioso observar cómo el Plan no contempla ninguna medida de las consideradas más efectivas y eficientes: las señales de precio al consumidor. Será que en estos tiempos de crisis nadie se atreve a plantear esto, dada su evidente impopularidad (porque nadie quiere pagar más, como bien decía uno de los comentaristas de la propuesta de Soitu). Pero recordemos dos cosas: primero, que con los impuestos energéticos paga más el que consume más, al contrario que con las medidas como las que se proponen financiadas por el presupuesto público, que pagamos todos aunque no consumamos (¿qué es más equitativo?); y segundo, que si desde hace unos años estuviéramos pagando por la energía lo que realmente cuesta, habríamos aprendido a ahorrar por nuestro propio interés y entre otras cosas nos habríamos ahorrado los 17.000 millones extras de la factura del petróleo, que seguro que hubieran compensado los impuestos.

Conclusión: es éste un Plan lleno de ideas, muy interesantes unas, curiosas otras, y dudosas algunas. Pero la gran mayoría están basadas en la buena voluntad de consumidores, fabricantes, y administraciones. Para que un Plan sea efectivo, lo que tiene que hacer es poner regulación, incentivos y multas. Y de eso parece que hay poco.

martes, 29 de julio de 2008

Cómo llevar una vida feliz

Una charla muy interesante de Martin Seligman en TED. Y aquí está el sitio para comprobar el antes y el después.

La economía de los eventos catastróficos

Este genio que es Marty Weitzman (cuando le den el Nobel podré presumir de haber sido alumno suyo temporalmente...) sigue refinando sus argumentos acerca de la economía del cambio climático, éste es el último paper que ha escrito sobre ello (aunque ya se puede leer sobre ello en su comentario sobre el Informe Stern, en el que dice básicamente que tiene razón aunque por las razones equivocadas).

La cuestión es que, efectivamente, la economía del cambio climático es fundamentalmente un problema de gestión de riesgos, y Weitzman dice que, cuando hay una pequeña posibilidad de riesgo catastrófico, y cierta aversión al riesgo, los daños pueden ser muy grandes. Y que este tema domina claramente a la discusión sobre la tasa de descuento (que es en la que se enfrascaron Stern, Dasgupta, Nordhaus y otros). Yo, si lo dice Weitzman, me lo creo (y creo que Krugman también).

domingo, 27 de julio de 2008

Las reglas de Mankiw

Una declaración de Mankiw acerca de sus intereses de investigación interesante. Hay un párrafo que me cuadra perfectamente (salvando las distancias, por supuesto). A veces, alegra saber que por lo menos en una declaración de intenciones, te pareces a uno de estos académicos brillantes...(aunque, como se ve, creo que donde me parezco es en algo que no está claro si es bueno o malo, y evidentemente en mi caso mucho peor que en el de Mankiw).
My broad interests (short attention span) help to explain my diverse (incoherent) body of work. My research spans across much of economics. Within macroeconomics, I have published papers on price adjustment, consumer behavior, asset pricing, fiscal policy, monetary policy, and economic growth. I have even ventured outside of macroeconomics and published papers on fertility with imperfect birth control, the taxation of fringe
benefits, entry into imperfectly competitive markets, and the demographic determinants of housing demand. None of this is part of a grand plan. At any moment, I work on whatever then interests me most.
Coming up with ideas is the hardest and least controllable part of the research process. It is somewhat easier if you have broad interests. Most obviously, broad interests give you more opportunities for success. A miner is more likely to strike gold if he looks over a large field than over the same field over and over again. More important, thinking about one topic can generate ideas about other topics. I started thinking about menu costs and macroeconomic price adjustment, for instance, as I sat in a law school seminar that was discussing monopoly pricing and antitrust policy. Research ideas pop up in unexpected
places.
Of course, breadth has its costs. One is that it makes writing grant proposals more difficult. I am always tempted to write, "I want to spend the next few years doing whatever I feel like doing. Please send me money so I can do so." Yet, in most cases, those giving out grant money want at least the pretense of a long-term research plan.
The greatest cost of breadth, however, is lack of depth. I sometimes fear that because I work in so many different areas, each line of work is more superficial than it otherwise would be.
Careful choice of co-authors can solve this problem to some extent, but not completely. I am always certain that whatever topic I am working on at that moment, someone else has spent many more hours thinking about it than I have. There is something to be said for devoting a lifetime to mastering a single subject.
But it won’t be my lifetime. I just don't have the temperament for it.

Aunque, para ser sincero, donde más me gustaría parecerme a él es en la regla nº6: Have fun.

A book I read long ago revealed to me the secret to a happy life:
find out what you like to do, and then find someone who will pay
you to do it.

sábado, 26 de julio de 2008

Mercados vs regulación (II)

Relacionado con el post anterior, Ignacio Pérez-Arriaga y yo hemos recientemente escrito un artículo sobre esto, que irá publicado en el número especial de Energy Journal en honor de David Newbery. Está evidentemente centrado en energía, pero puede ser interesante para algunos. Aquí está la versión en abierto.

Capitalismo creativo

Este es el nombre de un blog curioso, iniciado por un discurso de Bill Gates, en el que propone al capitalismo y al mercado como herramientas para reducir rápidamente la injusticia y la falta de desarrollo en el mundo. Aunque la idea es interesante, creo que también tiene bastantes puntos flacos. Para mí el fundamental es: si hubiera espacio para el libre mercado, ya lo habría aprovechado. Así que quizá no sea el libre mercado la solución. Siento ser pesado, pero esto me recuerda mucho al problema de la eficiencia energética: si es tan rentable, ya se debería estar haciendo. Y si no se hace, y no es por falta de rentabilidad, entonces no es el libre mercado el que nos la conseguirá, sino que habrá que "engañar" al mercado. Otra cuestión es que, para corregir los problemas del libre mercado, sigamos usando al mercado todo lo posible, para ser eficientes, pero...

Lo mejor de este blog es que han conseguido que un montón de expertos de verdad opinen sobre ello, así que uno se puede formar bastante bien una opinión seria (me han parecido especialmente interesantes las de Becker, Easterly o Harford, aunque también otras opiniones sueltas de otros).

jueves, 24 de julio de 2008

La OCU y la eficiencia energética

La OCU ha presentado una lista de modificaciones deseables en los hábitos de consumo, para ahorrar electricidad. Por supuesto, altamente loable: manejar bien los termostatos, acristalar bien, usar bombillas de bajo consumo...racionalizar el consumo siempre está justificado. Lo que me fastidia es leer que su justificación para ello es luchar contra la subida de precios del 5.5%.
Vamos a ver: el consumo en electricidad de una casa normal es entre 400 y 500 euros. Una subida del 5.5% (o incluso del 10%) es de 50 euros como máximo. ¿Compensa esto cambiar los cristales?¿No nos gastamos 50 euros al menos al año en miles de chorradas inútiles? Entonces, ¿por qué ahora esperamos que la gente reaccione para ahorrarse estos 50 euros? Mucho más se gastan en gasolina, y no reaccionan demasiado...Conclusión: si de verdad esperamos que la gente modifique sus consumos, no será por una subida del 10%, tendrá que ser por una subida del 100% al menos, para que el ahorro empiece a ser significativo. Si no, habrá que usar otros métodos para conseguirlo.

miércoles, 23 de julio de 2008

El precio del petróleo y los especuladores (II)

Parece que Sebastián no está solo cuando acusa a los especuladores de subir los precios del petróleo, como ya comenté en un post anterior. Ahora es el gobierno indio, y algunos senadores americanos. Lo que no sé es si esto hace que tenga más razón...sobre todo cuando uno lee informes serios como éste.

Los alumnos americanos y la sostenibilidad

Parece que los alumnos universitarios americanos son cada vez más exigentes respecto a las acciones pro-sostenibilidad de sus universidades. Me gustaría saber cuál es la situación general en España...

Friedman sobre la crisis energética

En su columna del NYTimes. Me parece un buen resumen de la situación, y de lo que hay que hacer. El mejor párrafo, para mi gusto:

When a person is addicted to crack cocaine, his problem is not that the price of crack is going up. His problem is what that crack addiction is doing to his whole body. The cure is not cheaper crack, which would only perpetuate the addiction and all the problems it is creating. The cure is to break the addiction.

Ditto for us. Our cure is not cheaper gasoline, but a clean energy system. And the key to building that is to keep the price of gasoline and coal — our crack — higher, not lower, so consumers are moved to break their addiction to these dirty fuels and inventors are moved to create clean alternatives.

Interesante hacer los paralelos correspondientes con la política energética española...

martes, 22 de julio de 2008

La respuesta de MIT a Gore

Bueno, parte de MIT, el Technology Review. En mi opinión, bastante acertada. Su conclusión:

Al Gore is right, of course, that the country needs to turn to renewable energy. And it's frustrating how slowly the change is coming. But as we've recently seen with biofuels and food prices, scaling up a new source of energy can bring unanticipated consequences. Careful planning is required. We need some realistic plans for making the switch to renewable electricity, not empty rhetoric with unachievable goals.
Aunque como dicen por ahí, quizá la intención de Gore no es tener razón, sino mover a la acción con esta retórica: pedir más de lo realista, para conseguir algo más de lo que tenemos ahora.

Medidas voluntarias

Alguna vez he comentado que no me fío demasiado de las medidas basadas en la buena voluntad de la gente. No es que no me gustaría creérmelas (que sí), sino que creo que son poco eficaces. Y, cuando uno está hablando de temas como la energía o el cambio climático, no tengo nada claro que sean capaces de resolver problemas, sobre todo a corto plazo.

Bueno, pues hoy he visto otra propuesta más en este sentido: el ministro de Agricultura venezolano propone regatear para luchar contra la subida de precios. Efectivamente, hay una sólida base económica en dejar que la demanda participe en el mercado, se haga más elástica, y por tanto los precios no aumenten tanto en casos de shock de oferta. De hecho, es una de las medidas que algunos defendemos para mejorar la eficiencia energética. Pero me parece que esta vez se han pasado...

Y ya de paso, he aprendido qué era esto de WIN: otro intento similar de medida voluntaria, con el éxito esperado.

The Global Warming Swindle

El año pasado se hizo famoso un documental sobre el cambio climático que trataba de demostrar que lo del consenso científico no existe, y que es todo un gran timo. Bueno, pues ahora el defensor del televidente británico ha emitido su informe (a raíz de las quejas de varios oyentes y científicos): el documental ha tratado injustamente a algunos científicos y al IPCC. Más en NYTimes.

Es curioso ver cómo esto mismo en El País se traduce por "tergiversar", a veces las traducciones pueden tener más problemas de los que parece...

lunes, 21 de julio de 2008

El dinero de las Universidades en EEUU

En un artículo de hoy del NY Times vuelven a discutir el uso de los "endowments" en las Universidades americanas, y si deben estar libres de impuestos o no. Una discusión verdaderamente interesante. De hecho, ya me gustaría poder tenerla aquí...:). Pero también interesante es su reseña del Berea College, donde la matrícula es gratuita, y las admisiones están centradas en gente de rentas bajas. Esto sí es una buena manera de usar el dinero.

domingo, 20 de julio de 2008

Glaeser vs. Ehrlich

Ed Glaeser, famoso economista especializado en ciudades, revisa el último libro de los Ehrlich. Totalmente de acuerdo con su conclusión final:
The Ehrlichs are right that we face real environmental threats, but there are better and worse ways of facing those threats. Today, we need sophisticated policies that weigh costs and benefits, not more warnings. Ironically, the very success of environmental alarmism has convinced many of us that the environment is too important to be left to the environmentalists.
Los ecologistas nos han dicho con toda la razón qué es lo que tenemos que hacer. Pero ahora, aparte de hacerles caso, hay que dejar sitio a los que digan cómo hacerlo. Porque, salvo contadas excepciones, es complicado encontrar racionalidad económica en muchas de las propuestas que se hacen desde el lado ecologista, desgraciadamente (supongo que por temas de política).

El discurso de Gore

En Dot Earth, glosado por Revkin. Aparte de caer en algún error habitual (como dar madera a los críticos con afirmaciones gratuitas sobre el clima actual), hay algún elemento interesante:
To those who say the costs are still too high: I ask them to consider whether the costs of oil and coal will ever stop increasing if we keep relying on quickly depleting energy sources to feed a rapidly growing demand all around the world. When demand for oil and coal increases, their price goes up. When demand for solar cells increases, the price often comes down.
Una de las razones para apostar por las renovables y la eficiencia: aunque parezcan caras, más caro será seguir teniendo una economía dependiente del petróleo.
I have long supported a sharp reduction in payroll taxes with the difference made up in CO2 taxes.

Apoya la reforma fiscal verde, algo muy razonable por otra parte...

Am I the only one who finds it strange that our government so often adopts a so-called solution that has absolutely nothing to do with the problem it is supposed to address? When people rightly complain about higher gasoline prices, we propose to give more money to the oil companies and pretend that they’re going to bring gasoline prices down.

Este no es un problema sólo americano, aquí también proponen bajar el IVA cuando sube el precio de la gasolina...


Yo creo que realmente lo que debería haber hecho primero es leerse Renovables 100% :). Aunque estoy totalmente de acuerdo con él en que "Once again, we have an opportunity to take a giant leap for humankind". Estamos a las puertas de una revolución energética, y tenemos que saberla llevar.

Irracionalidad y precios energéticos

Ariely hablando de por qué el precio de la gasolina es tan llamativo...supongo que en España el paralelo que habría que hacer es por qué nos afecta tanto la subida del precio de la electricidad aunque influya mucho menos en el resto de precios que pagamos que el precio de la gasolina...pero, en serio, creo que todas estas reflexiones son importantes, porque lo que nos ayudarán es a conseguir lograr mejoras en eficiencia energética, y en este caso, a que la gente acepte precios más altos para la energía.

jueves, 17 de julio de 2008

Vino bueno y vino caro

Tengo que reconocer que a mí me pasa como a Levitt (bueno, quizá no tanto, pero...). Lo que es interesante es ver cómo en este tipo de situación aparecen dos cosas de las que me interesa investigar: uno, la falta de consistencia en las decisiones; y dos, la aparente irracionalidad de los sabios que preferían seguir usando vino bueno a pagar algo al que no lo consumiera. Incluso podemos considerar como irracionalidad económica lo último que dice: es mejor ser ignorante (no invertir en educación) porque así gastarás menos en vino. Todo muy divertido. Por cierto, dedicado a mi amigo Eduá.

miércoles, 16 de julio de 2008

El desarrollo en imágenes

Espectaculares las imágenes de este video, Hans Rosling es fantástico transmitiendo. Yo reconozco que me he quitado unos cuantos mitos de encima viéndolo.

martes, 15 de julio de 2008

Señales económicas y eficiencia en el transporte

Para que luego digan que las señales económicas no funcionan, o que la demanda no es elástica:
In April and May, bookings of compact and economy rental cars were up 10.2 and 14.3 percent over those months in 2007, while mid-size, luxury, and minivan rentals were down 1.5 percent, 24 percent, and 15.3 percent, respectively. "Just six months ago, anybody would have taken a Chevy Trailblazer SUV in lieu of a four-cylinder Cobalt. Not now," says one rental-company consultant. "That's a big deal. That's 25 years of history changing."
De Grist.

lunes, 14 de julio de 2008

Más de Revkin sobre el reto energético

En DotEarth. Interesante como siempre.

Alumnos creativos

Una muy interesante charla de Ken Robinson sobre cómo nuestros sistemas educativos se están cargando la creatividad y favoreciendo un pensamiento "único". Algo no muy interesante en vista de las grandes transformaciones que nos esperan. Absolutamente recomendable.
Unos cuantos elementos seleccionados:
- creamos alumnos temerosos de equivocarse. Y sólo el que no tiene miedo a equivocarse puede producir algo original.
- parece que el objetivo de nuestro sistema educativo es producir profesores universitarios, no emprendedores. Posiblemente, porque todo el sistema educativo está hecho para ser una larga senda hacia la Universidad. Y el problema es que no todo el mundo tiene por qué ir a la Universidad: los artistas no lo necesitan, y los emprendedores sólo en parte. Y sobre todo, el gran problema es que todo aquel que no se ajusta a los requerimientos del sistema educativo se queda fuera de juego.

domingo, 13 de julio de 2008

El precio del petróleo y los especuladores

Este tema está últimamente muy de moda, y hasta Sebastián acusa a los especuladores como responsables de la "burbuja" del petróleo. Yo personalmente no me lo creo, básicamente porque si los especuladores están haciendo subir el precio, es porque esperan que sea más alto en el futuro, así que, o todos se equivocan, o el precio no va a bajar...En cualquier caso, y como no soy ni mucho menos un experto en estos temas, aquí van unos cuantos enlaces recientes de buenos economistas para ayudar a formarse opinión: Tim Harford, Paul Krugman I y II, Tyler Cowen, Wall Street Journal. Creo que el consenso general es que no hay burbuja. Pero ya se sabe lo de los economistas...

Eficiencia energética y cambios de hábitos

Posiblemente uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos a la hora de hacer nuestro modelo energético más sostenible es cómo conseguir cambiar nuestros comportamientos de consumo energético, para ahorrar y ser más eficientes. Hay unos cuantos intentos por ahí en forma de proyecto europeo, como Changing Behaviour o Behave. Pero creo que todavía ninguno se ha atrevido a dar el salto realmente interdisciplinar que hace falta para esto. Por supuesto, es una opinión personal, pero creo que no vamos a solucionar nada si seguimos siendo los mismos los que evaluamos y proponemos cosas. Creo que hace falta involucrar a psicólogos expertos en consumo, y conseguir crear los hábitos necesarios en consumo energético igual que se crea el hábito de cepillarte los dientes o usar desodorante. Para muestra, cómo expertos en consumo consiguieron inducir el hábito de enjabonarse las manos en Ghana para reducir el riesgo de enfermedades contagiosas (del NYTimes). Por aquí es donde creo que deberíamos ir.

jueves, 10 de julio de 2008

Geoingeniería y cambio climático

Prometo que no había leído estos posts antes, más bien parece un caso de evolución convergente...el caso es que en el mismo día, en tres blogs se habla de geoingeniería (en éste, en Overcoming Bias, y en Marginal Revolution)...en el mío básicamente por referenciar el artículo de esta semana de soitu.es. En fin, aquí va como siempre la versión sin editar:

El martes tuvimos en Comillas a William Nordhaus, uno de los economistas del cambio climático más conocidos. Y mostró una transparencia con sus propuestas para luchar contra el problema. Algunas como las medidas voluntarias las tachaba como irreales, otras como los impuestos los marcaba como posibles, pero había una en la que ponía una gran interrogación, la geoingeniería. ¿Qué es esto, y por qué hay una interrogación sobre ella?

La geoingeniería consiste en, de manera resumida, alterar el clima a gran escala y de manera deliberada, generalmente en dirección contraria a la que se está produciendo, es decir, conseguir que, a largo plazo, la temperatura global vaya descendiendo (y sin recurrir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, GEIs). Un símil veraniego es poner una gran sombrilla para quitarnos el sol y estar más a gustito. Hay distintas posibilidades para ello, pero las más conocidas son el fertilizar con hierro los océanos para que absorban más CO2, y colocar partículas en la atmósfera que dispersen la radiación solar.

La idea no es nueva, y de hecho circula entre los científicos desde la erupción del volcán Pinatubo en 1991. La erupción emitió cenizas a la atmósfera, que bloquearon la radiación solar, e hicieron que las temperaturas globales descendieran medio grado al año siguiente. Ello hizo que ya desde entonces, científicos y economistas muy conocidos, como el Nobel Tom Schelling, comenzaran a discutir la idea de utilizar la geoingeniería como alternativa a la reducción de emisiones, o para “comprar” tiempo para desarrollar tecnologías de reducción de emisiones suficientemente baratas. Otro ejemplo es el de Paul Crutzen, premio Nobel de Química, que propuso recientemente una idea para lograr esta reducción de temperaturas mediante la emisión de compuestos de azufre a la alta atmósfera.

Aunque a primera vista parece una locura esto de ponerse a interferir con el clima a escala global, lo cierto es que eso mismo es lo que estamos haciendo con nuestras emisiones de CO2…Y el hecho es que, ante el poco éxito de las políticas de reducción de gases de efecto invernadero, o el lento desarrollo de la implantación masiva de tecnologías bajas en carbono, la idea de tener que acudir a la geoingeniería, que habitualmente se considera como una opción de último recurso, se va haciendo más fuerte. Y eso hace que cada vez más uno tenga que recordar sus inconvenientes.

El utilizar la geoingeniería es al fin y al cabo poner un parche, y no resolver del todo el problema (no soluciona por ejemplo el problema de acidificación de los océanos); elimina totalmente el incentivo a reducir emisiones (esto no sería importante, porque se puede seguir usando indefinidamente) y el consumo energético asociado (esto sí, por la disponibilidad de los recursos); contribuye a reducir la capa de ozono (aunque no de forma significativa); y puede generar lluvia ácida en los polos. El más discutido es que quizá nos sigue haciendo creer que somos capaces de controlar el clima y los ecosistemas, y eso a lo mejor no es cierto…

Pero el mayor problema, aunque parezca paradójico, es que también presenta muchas ventajas: Las fundamentales son que es una medida muy rápida, relativamente barata comparada con las alternativas (sólo unos céntimos de euro por tonelada de CO2 compensada, o, dicho en otros términos, en total 8 mil millones de dólares al año, más o menos un 0.8% del PIB español), y que además es reversible (si luego nos arrepentimos, basta con dejar de lanzar sulfatos a la atmósfera).

Estas mismas ventajas, y especialmente su bajo coste, hacen que el incentivo para utilizarla por parte de un país individual sea muy alto, no hace falta ningún acuerdo multilateral como con la reducción de emisiones. Esto a su vez puede suponer graves consecuencias: un país con suficientes recursos (que como hemos visto no son muy grandes) puede usar la geoingeniería y con ello alterar el clima del resto de los países (recordemos que hay países que se pueden beneficiar del incremento de temperaturas); frente a esto otros países pueden aumentar sus emisiones para compensarlo; además la geoingeniería puede alterar la distribución espacial de las temperaturas, y por tanto generar perjudicados y beneficiados. Otro tema es: ¿cuál sería la temperatura a alcanzar con esta geoingeniería? Como vemos, muchas cuestiones complicadas.

Así que, por curioso que parezca, resulta que, igual que hace falta un tratado para poner de acuerdo a los países en que hay que reducir las emisiones de GEIs, puede que haga falta un tratado para impedir que los países usen la geoingenería de manera individual. Este es el tema de un reciente trabajo de Scott Barrett, en el que plantea las posibilidades de utilizar la geoingeniería como un juego (en el sentido de la teoría de juegos). Barrett concluye que, al final, el problema, como en tantas otras cuestiones relacionadas con el cambio climático, no es sólo tecnológico, sino fundamentalmente de lo que se conoce como “gobernanza global”, es decir, de las instituciones e instrumentos que se disponen para alcanzar los objetivos.

En conclusión: hay que tener cuidado con las soluciones mágicas “tecnológicas”, porque no siempre son tan buenas como parece. Como siempre, una combinación del análisis tecnológico con el análisis económico y con la teoría de la decisión nos puede ayudar a tomar las decisiones más sensatas, y a eliminar algunas de las interrogaciones que se nos plantean sobre las estrategias para enfrentarnos al cambio climático.

miércoles, 9 de julio de 2008

Mercados vs regulación

Un extracto de una reseña de Will Wilkinson del libro de Dan Ariely Irrational Economics, que he encontrado ahora:

Even more flabbergasting is the end of Mr Ariely's chapter on the distinction between market incentives and social norms. (E.g., don't offer to pay your mother for dinner; sometimes you can get people to do more by not paying them, etc.) Here Mr Ariely comes across as something like an anti-economist. After suggesting that we could get armed customs agents to wreak more violent havoc on drug traffickers by puffing them up with "honor" (no kidding), Mr Ariely goes on to posit that the problem with education in America is that it is too bound up in the market mentality! The solution is... more hope?

Instead of focusing the attention of the teachers, parents, and kids on test scores, salaries, and competition, it might be better to instill in all of us a sense of purpose, mission, and pride and education.

Oh! Well, thanks for that. But how will this come to pass? In an earlier passage he says, "That would take some inspirational leadership, but it could be done."

I think we can take either of two lessons away from this: (1) President Barack Obama, with his astonishing power to instill "purpose, mission, and pride" in the general populace, can extract us from what once naively seemed like intractable misalignments of interests. (2) Once you've demolished the law of demand, and then the power of market incentives, policy analysis is reduced to useless exhortations to inspirational leadership.

Todavía no me he leído el libro, pero no me sorprenden ni las ideas de Ariely, ni los comentarios de Wilkinson. Este creo que es una repetición más del debate que estamos teniendo recientemente sobre mercados vs regulación. Y como en otras muchas ocasiones, creo que estoy en medio: los mercados tienen fallos, que hay que corregir. Pero esa corrección no puede estar basada sólo en grandes intenciones por parte del gobierno, o incluso en normas mal fijadas. Entre ambos términos deben aparecer siempre los incentivos, económicos o no (y aquí doy cancha a los behavioral economists), que hacen que la gente llegue a ese sentido de misión y a ese cambio de comportamiento. Porque las grandes palabras valen para algo, pero no para todo, y si no véanse los ejemplos de electricidad verde o temas similares.

Para subir la moral

Video para ver por la mañana y empezar de mejor humor. Buenísimo.

El G8 y el clima

La declaración del G8 sobre el clima, glosada por Revkin.

El plan de Sebastián

Ayer me llamaron de Soitu, para ayudarles a confeccionar un plan para reducir un 10% el consumo de petróleo en 2 años, tal como propone Sebastián. Aquí está el plan, y aquí las declaraciones del ministro.

Lo curioso es que, salvo yo, nadie propone incentivos ni instrumentos económicos. ¿Cómo vamos a hacer que los estudiantes compartan coche, por ejemplo? ¿Convenciéndoles? Bueno, es una idea interesante, pero la experiencia demuestra que así no se tiene mucho éxito. Creo que muchas de las ideas propuestas, aunque necesarias, confían demasiado o en la buena voluntad o en la capacidad planificadora del gobierno o la sociedad, y se olvidan de que las señales económicas son las que nos conducen en el resto de nuestras actividades diarias. Y no hay que olvidarse de dos cosas:
- que cuando se obliga a que la tecnología mejore, lo primero que hacemos es comprar más de esa tecnología, con lo que el gasto final no cambia...
- y que las medidas "no económicas" también cuestan dinero, que paga el consumidor finalmente, aunque algunos no se den cuenta.

martes, 8 de julio de 2008

El conocimiento energético en España

Según un estudio que ha aparecido recientemente en la prensa, y que supongo no debería sorprender demasiado, el nivel de desconocimiento sobre los temas energéticos es abrumador. La gente no sabe muy bien qué tipo de energía utiliza, ni qué implicaciones tiene, ni quién paga por ella. En estas condiciones, no es de extrañar que nuestros queridos políticos hagan lo que quieran con los votantes a este respecto, y les manipulen como corresponde acerca de la tarifa, de la nuclear, o de la política energética en general. Y supongo que claro, como así se vive muy bien, tampoco tengan el más mínimo interés en mantener a la gente en la inopia. Cuanto más desinformados estén, o incluso cuando más malinformados, mejor para ellos.
Me ha llamado la atención especialmente la parte económica (llámese deformación profesional):

Sin embargo, muchos menos ciudadanos están dispuestos a hacer sacrificios para proteger el planeta. Según el estudio, menos de un 5% de los consultados pertenece a una asociación creada en defensa del medio ambiente; sólo un 11% han dejado aparcado el coche en alguna ocasión en el último año por conciencia ecológica; y menos del 10% está dispuesto a pagar un 10% más por su factura eléctrica si procede de fuentes renovables.

Es cierto que dos tercios de los españoles ocupados están dispuestos a pagar una semana de sus ingresos para solventar el calentamiento global, pero la mayoría de los consultados prefiere delegar en el Gobierno. Un 50% prefiere que el Estado subvencione a las empresas para que produzcan energía con fuentes renovables, y más de un 60% apoya que existan subvenciones para electrodomésticos 'verdes'. Sin embargo, apenas un 10% apoya pagar impuestos ecológicos en conceptos como la gasolina.

Parece que la gente sigue sin enterarse que ya estamos pagando las renovables en la factura (y que es algo menos del 10%, pero seguramente llegue ahí pronto), y que eso de delegar en el Gobierno para subvencionar es una chorrada, porque al final la pasta viene de donde siempre, de nuestros bolsillos. Y encima, de forma mucho menos eficiente (económica y energéticamente) que si fuera mediante un impuesto.

Por otra parte, es curioso leer el artículo sobre el estudio y las declaraciones de los autores. Yo creía que en un estudio de estos los autores no debían tener opiniones prefijadas sobre los resultados, pero parece que no es así: calificativos como hipócrita (para el NIMBY), sobrevalorada (la energía solar), o apreciaciones tan extrañas como que el debate energético debe plantearse en el presente (a pesar de sus implicaciones futuras) no me hacen dar mucho valor al estudio, aunque como digo los resultados parecen lógicos.

Energía y CO2 en España

El observatorio de electricidad de Adena dice que en junio han bajado las emisiones de CO2 en España. Es una buena noticia, aunque la verdad, muy poco representativa. Dada la participación de las condiciones climáticas y de la generación hidráulica en nuestra producción eléctrica, no le veo mucho sentido a andar mirando mes a mes cómo cambian las cosas. Ni siquiera las cifras anuales nos dicen de verdad si estamos reduciendo, o si son fenómenos coyunturales. Una de las investigaciones que tenemos entre manos es ver cuáles son los factores que explican las emisiones de CO2 en España, para poder separar entre los no controlables (hidraulicidad, climatología) y los verdaderamente controlables (política energética, económica, etc.).
Y en estos últimos es donde seguimos bajo mínimos: a pesar de la subida de los precios del petróleo (que por otra parte, al Ministro del ramo no le parece tan importante, a juzgar por sus declaraciones en el Congreso Mundial del Petróleo), y de que cada vez más gente pide abordar el debate energético como una cuestión de Estado (unos con más interés que otros, claro...), nuestros políticos no parecen estar dispuestos. Ni siquiera a tratar de resolver un primer problema, como es el nivel de desconocimiento y desinformación que impera en la sociedad acerca de este tema, nuclear incluida.

miércoles, 2 de julio de 2008

Ben Zander y el amor a la música

Fantástico, te levanta la moral, este tío es un genio. En TED. Una frase que me ha encantado:
¿Qué estoy haciendo (mal) para que a estos niños no les brillen los ojos?
Una pregunta que nos deberíamos hacer todos los profesores. Tenemos que conseguir que a nuestros alumnos les brillen los ojos con pasión cuando les explicamos nuestras materias. Y si no, tenemos algo que arreglar.

martes, 1 de julio de 2008

Hipocresía moral

Más sobre disonancia cognitiva, aquí llamada hipocresía moral: cómo justificamos o racionalizamos nuestras decisiones para hacerlas más aceptables para nosotros, aunque sepamos que están mal o que no son correctas. En este caso, el estudio que cita Tierney es interesante cuando dice, o al menos eso se puede interpretar, que nuestra intuición nos conduce a la equidad, mientras que nuestra razón nos lleva a la eficiencia.

Ejemplos de gestión energética

En New Yorker hablan de dos casos interesantes de ahorro, eficiencia y renovables, en Dinamarca y Suiza. Estos son quizá los ejemplos prácticos de los que hablaba en el post anterior, de ponerse manos a la obra. Aunque evidentemente, también muestran cómo de difíciles son las cosas especialmente en lo que se refiere al ahorro. Llama la atención especialmente el tema de los viajes en avión, sobre el que ya he comentado alguna vez: un viaje a China consume toda la energía que deberíamos consumir en un año...Parece sorprendente que, dado el estado de las tecnologías de la información, todavía pensemos que debemos viajar como lo hacemos...Y lo dice uno que está ahora en París, pero que estaría encantado de quedarse en casa y conectarse al congreso por internet. Evidentemente, se pierde uno las charlas con la gente, pero a algo habrá que renunciar...

International Energy Workshop

Ahí es donde voy a estar estos días, en París. Un congreso verdaderamente interesante, con todos los expertos en modelado energético. Grandes popes como Carraro, Rutherford, etc., y también gente de Asia, América y Europa. Muy recomendable, sobre todo por su enfoque práctico, nada teórico.

Predicadores

Esto que le pasa, según Wilkinson, a Jeffrey Sachs, también le pasa a mucha gente por aquí, y me incluyo a mí en ocasiones: predicamos la inminencia del apocalipsis, si no nos convertimos a la nueva religión del ahorro y la eficiencia energética y de la reducción de emisiones. Y ponemos nuestra esperanza en los cambios de comportamiento, en las negociaciones internacionales, en resumen, en la buena voluntad de la gente o en su miedo ante este apocalipsis. Pero, ¿por qué ponemos nuestra esperanza en esto, si nunca o casi nunca hemos tenido éxito?
Creo que yo al menos cada vez soy más consciente que en lugar de predicar (generalmente en el desierto), lo que hay que hacer es tratar de ofrecer alternativas razonables, e instrumentos políticos y económicos que nos permitan lograr esta "conversión" sin grandes traumas. Es decir, tenemos que pasar de los discursos "esotéricos" como dice Wilkinson a la acción, a las propuestas concretas de políticas que funcionen. Esta creo que debe ser la línea de actuación de la academia ahora mismo. Para lo otro ya tenemos a Al Gore...
Otra cuestión que también resulta familiar en el post es que considera que Sachs ve fallos de mercado, y ocasiones para intervenir, por todas partes. Es cierto que Wilkinson es un libertario, pero también es verdad que muchas veces tenemos la tendencia a querer intervenir demasiado, sin darnos cuenta de que frente al fallo de mercado está el fallo del regulador, y que por tanto a veces intervenir no es bueno, sino todo lo contrario. El mercado es mucho más poderoso de lo que creen muchos. Como dice Luis Rouco, si quieres arreglar un problema, pon dinero encima de la mesa...Así que, si hay que intervenir, hagámoslo al menos con instrumentos de mercado.