Alguna vez he comentado que no me fío demasiado de las medidas basadas en la buena voluntad de la gente. No es que no me gustaría creérmelas (que sí), sino que creo que son poco eficaces. Y, cuando uno está hablando de temas como la energía o el cambio climático, no tengo nada claro que sean capaces de resolver problemas, sobre todo a corto plazo.
Bueno, pues hoy he visto otra propuesta más en este sentido: el ministro de Agricultura venezolano propone regatear para luchar contra la subida de precios. Efectivamente, hay una sólida base económica en dejar que la demanda participe en el mercado, se haga más elástica, y por tanto los precios no aumenten tanto en casos de shock de oferta. De hecho, es una de las medidas que algunos defendemos para mejorar la eficiencia energética. Pero me parece que esta vez se han pasado...
Y ya de paso, he aprendido qué era esto de WIN: otro intento similar de medida voluntaria, con el éxito esperado.
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