El observatorio de electricidad de Adena dice que en junio han bajado las emisiones de CO2 en España. Es una buena noticia, aunque la verdad, muy poco representativa. Dada la participación de las condiciones climáticas y de la generación hidráulica en nuestra producción eléctrica, no le veo mucho sentido a andar mirando mes a mes cómo cambian las cosas. Ni siquiera las cifras anuales nos dicen de verdad si estamos reduciendo, o si son fenómenos coyunturales. Una de las investigaciones que tenemos entre manos es ver cuáles son los factores que explican las emisiones de CO2 en España, para poder separar entre los no controlables (hidraulicidad, climatología) y los verdaderamente controlables (política energética, económica, etc.).
Y en estos últimos es donde seguimos bajo mínimos: a pesar de la subida de los precios del petróleo (que por otra parte, al Ministro del ramo no le parece tan importante, a juzgar por sus declaraciones en el Congreso Mundial del Petróleo), y de que cada vez más gente pide abordar el debate energético como una cuestión de Estado (unos con más interés que otros, claro...), nuestros políticos no parecen estar dispuestos. Ni siquiera a tratar de resolver un primer problema, como es el nivel de desconocimiento y desinformación que impera en la sociedad acerca de este tema, nuclear incluida.
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