Amenaza en términos energéticos y climáticos, siempre que, claro, no seamos capaces de descarbonizar totalmente la energía necesaria para ello.
Lucas Davis et al estiman el incremento potencial de la demanda de aire acondicionado, y concluyen que es enorme. Aunque, en mi opinión, se dejan fuera dos cuestiones importantes: una, el impacto de las técnicas constructivas, que podrían hacer (en el caso por ejemplo de la arquitectura tradicional) que un mismo nivel de CDDs no se traduzca a la misma necesidad de aire acondicionado; dos, el calentamiento global, que hará que los CDDs aumenten. Estas dos cuestiones podrían compensarse entre sí, o no. Muy interesante en cualquier caso esta primera aproximación.
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