lunes, 23 de diciembre de 2019

Libros recomendados del 2019

Es la primera vez que hago esto (bueno, hace ya mucho tiempo hice algo parecido, más puntual), pero me ha parecido una buena idea, ahora que me dedico a publicar reseñas de lo que leo, a resumirlas en esta última (o penúltima) entrada del año.

Libros de no-ficción he leído bastante este año, y muchos muy buenos. Pero si tuviera que seleccionar cinco, me quedaría con:

- Lightman, Searching for stars in an island in Maine
- Banerjee y Duflo, Poor Economics (y no lo elijo por el Nobel :))
- Godfrey-Smith, Other Minds
- Rosling, Factfulness
- Thaler, Misbehaving (propiamente lo leí en 2018, pero como entonces no hice esta lista...añado otro más de 2018 que también me parece espectacular: Economic rules, de Rodrik).

Y aunque no reseño los libros de ficción que leo, no puedo dejar de recomendaros algunos estupendos que he leído últimamente:

- American Gods, de Neil Gaiman. También de Gaiman y Pratchett, Good Omens. Con el punto justo de fantasía y mucho humor los dos (más todavía el segundo, claro...).
- Exhalation, de Ted Chiang. Una colección de historias que hacen pensar sobre muchos de los grandes temas: la conciencia, la libre voluntad, el destino....Algunas fantásticas y otras simplemente buenas, pero todas valen la pena. A complementar también con su anterior Stories of your life and others, que contiene Story of your life, en el que está basada la peli Arrival, y que es buenísima también.
- El segundo volumen de The Book of Dust, de Philip Pullman. Este tipo es muy bueno contando historias.
-  A supposedly fun thing I'll never do again, de David Foster Wallace. El ensayo que da nombre al título es tronchante. El resto se me hacen más pesados, la verdad

Y como no si mañana publicaré algo o no, por si acaso os deseo a todos una muy Feliz Navidad, y buena entrada de 2020.

viernes, 20 de diciembre de 2019

Tras la COP25: Y ahora, ¿qué hacemos?

Aviso: en esta entrada no voy a entrar en detalles de lo logrado o no en la COP, Miguel por ejemplo ofrecía un buen resumen en el blog de Economics. Yo quiero ir un poco más allá del éxito o fracaso de la COP25, porque creo que hay vida, y mucha más de lo que pensamos, más allá de las COPs.

Y es que, un año más, las cumbres del clima nos muestran muy bien el conflicto entre las tres fuerzas que juegan en todo este proceso: las demandas de los científicos y de (parte) de la sociedad; las inercias e intereses distintos, a veces de una parte mayor de la sociedad, que hacen tan difícil avanzar; y el arte de tratar de formular declaraciones políticas que intenten reconciliar todo esto, que no es nada fácil.

Por un lado, las demandas de los científicos y de los activistas deberían llevarnos a tener más ambición en la reducción de las emisiones, y a compromisos más firmes por parte de los países. Pero los intereses de los distintos países o empresas, por supuesto no alineados entre sí, hacen que sea muy difícil responder a esta ambición. En parte, porque, aunque muchas veces nos empeñemos en no reconocerlo, el actuar contra el cambio climático tiene costes a corto plazo, mayores cuanto mayor sea la ambición. Sí, por supuesto: el no actuar también tiene costes, y mayores. Pero esto no es fácil de entender por una parte importante de la sociedad, seguramente porque tenga otras preocupaciones más urgentes y visibles encima de la mesa, y menos aún si la percepción es que estos costes los pagan los de siempre. Y claro, si es esta misma parte -- mayoritaria en ocasiones -- de la sociedad la que elige a los políticos en los sistemas democráticos, no es sorprendente que muchos de estos políticos no estén particularmente interesados en firmar acuerdos que supongan costes fácilmente percibidos por sus electores.

Este es, en mi opinión, el escollo fundamental al que se enfrenta el proceso internacional en materia climática: no la brecha entre políticos y la sociedad, que yo creo que no es tal, sino la brecha entre una parte, relativamente pequeña, de la sociedad que, apoyada en parte en los científicos (y otras veces en otras agendas ocultas o no), exige cambios urgentes; y otra que no ve aún la urgencia, sobre todo cuando se trata de rascarse el bolsillo o de perder confort o viajar menos. El hecho de que por ejemplo en las últimas elecciones españolas nadie hablara de cambio climático es muy representativo de esta situación, en mi opinión. Coincido pues con David Victor cuando dice que no se trata de mostrar liderazgo, sino de conseguir seguidores.

Se trata de conseguir que la mayor parte de la sociedad vea los beneficios de la actuación contra el cambio climático, de forma tangible y cercana, y que traslade esta prioridad a la elección de los políticos. A veces eso se podrá conseguir gracias a los co-beneficios en términos de salud o de reducción de la factura, pero esto, recordemos, ni es inmediato, ni es tampoco fácilmente perceptible por los ciudadanos. Hace falta bastante más esfuerzo de concienciación, y sobre todo, dar ejemplos concretos de cómo mejorar la vida de los ciudadanos, o de como avanzar sin estropeársela demasiado. A este respecto, me parece fundamental el análisis que está haciendo gente como Paco Heras, de la OECC, que en una fantástica charla que impartió ayer en Comillas nos mostró cómo la sociedad parece estar hipersensibilizada acerca de la importancia del cambio climático, y favorable a emprender medidas....siempre que no le cuesten mucho, y siempre que se las expliquen bien. Otra idea interesante es la que formula Mike Schur en este podcast con Ezra Klein: la gente no quiere apoyar políticas que reconozcan que lo hemos hecho mal personalmente hasta ahora.

En este sentido, el "wishful thinking" que vemos en algunos políticos no creo que ayude mucho, porque, aunque seguro que consigue apoyos porque quieren transmitir el mensaje de que todos lo hemos hecho bien y que la culpa es de otros, lo único que hará será aumentar la frustración cuando ese escenario de color de rosa tarde más de lo previsto en materializarse, o no se materialice por falta de medidas para que suceda.

Esto también se puede trasladar al contexto internacional: hay países, generalmente acomodados, que tratan de avanzar en la reducción de emisiones, y otros que, en parte con razón, dicen que para poder hacer eso necesitan apoyo económico, tanto para reducir sus emisiones como para adaptarse, porque ellos no han sido los culpables del problema. Por supuesto que hay alguno en el lado equivocado, como el gobierno estadounidense, o últimamente el brasileño...Pero, mientras no reconozcamos el problema fundamental, que es de distribución de recursos, y de actuaciones sin costes excesivos, y no pongamos los medios para solucionarlo (básicamente, apoyo y dinero) creo que el multilateralismo se quedará sólo para las declaraciones de flores y pájaros (el "creative PR" que decía Greta Thunberg), que valen para muy poco, como bien nos recuerda Nat Keohane, y naufragará en cuanto tenga que meterse con los detalles no tan bonitos, porque lograr el acuerdo de todos es muy complicado.

Ahora bien, creo que no hay que dejarse llevar por el pesimismo. Primero, porque el que el proceso multilateral no funcione tan suavemente como desearíamos no es algo que nos deba sorprender ni frustrar. Tampoco funcionan los pactos amplios en muchas de nuestras democracias en esta cuestiones. ¿Por qué esperarlo entonces de un proceso internacional aún más complejo, y más aún en estos tiempos de polarización y populismo creciente? Pero, en segundo lugar, y sobre todo, porque tenemos mucho más potencial del que nos creemos para seguir trabajando en la reducción de emisiones, muchas veces apoyados en la tecnología, y otras en el convencimiento.

Por tanto, mantengamos el optimismo. Pero, eso sí, dejémonos de declaraciones grandilocuentes, de lenguaje diplomático semivacío, de objetivos sin medidas a veces incómodas detrás. Gestionemos las expectativas. Y pongámonos a trabajar, como decía JFK. ¿En qué trabajamos?

Pues, a nivel público, en de una vez por todas pasar de los objetivos y de las palabras a la acción. Y acción significa aprobar leyes y decretos a veces incómodos, pero eficaces: medidas para reformar el sistema eléctrico de forma que los inversores en renovables se atrevan a invertir; medidas de restricción de tráfico en ciudades (acompañadas por supuesto de refuerzos de la calidad del transporte público); impuestos significativos para los vehículos más contaminantes (no sólo en términos de NOx o partículas, sino también de CO2), preferiblemente sobre la matriculación, para ayudar de verdad al cambio; incentivos para reducir el transporte de mercancías por carretera; apoyo e instrumentos financieros para la rehabilitación integral (no sólo energética) de los edificios; señales de descarbonización a la industria acompañadas de medidas para impulsar su competitividad; promoción de los sumideros; y por supuesto, apoyo para los perdedores de la transición, que los habrá. Sinceramente creo que, si se diseñan bien estas medidas, no hay muchos argumentos para oponerse a ellas desde ningún lado del espectro polítíco. Otra cosa es si se diseñan desde la demagogia y el clientelismo.

A nivel particular también podemos hacer cosas: podemos, sobre todo, tratar de abandonar la cultura consumista, y no responder a las estrategias empresariales que, incluso con excusas ambientales, nos animan a seguir comprando y comprando (como pasaba de hecho durante la COP); podemos adoptar dietas más sanas y menos perjudiciales para el planeta; podemos comprar energía renovable, pero exigiendo que sea adicional y no meramente un intercambio de cromos; los que vivimos en ciudades y por tanto lo tenemos más fácil, debemos dejar el vehículo privado y pasarnos al público (siempre que las medidas públicas ayuden a que esta opción funcione bien, claro), o a andar o a la bici; podemos climatizar de forma adecuada y no excesiva nuestras viviendas, cambiar la tecnología de iluminación, y cuando toque, comprar electrodomésticos eficientes; podemos reducir esos vuelos de ocio, y también los de trabajo...Y todo ello sin necesariamente perder bienestar.

Y, ¿si EEUU o Brasil o China no acompañan, debemos seguir haciendo esto en Europa? Pues yo creo que sí. Primero, por responsabilidad. Pero segundo, porque si lo hacemos bien, y demostramos que es posible reducir emisiones sin un coste excesivo (y sin simplemente desplazarlas a Asia, claro), y desplegamos las medidas comerciales adecuadas, podemos empujar a los demás que quieran importar a Europa a seguirnos independientemente del acuerdo o no en las futuras COPs. De nuevo, el caso de California como impulsor de las tecnologías limpias y eficientes en EEUU es una buena referencia.

En resumen, creo que, si todos hacemos nuestra parte, y esto incluye a nuestros representantes políticos, conseguiremos mucho más de lo que nos creemos, sin necesidad de seguir esperando al Godot de las COPs. ¿A qué esperamos?

ADD: En una entrada posterior, David Victor parece apoyar también este enfoque, aunque, curiosamente, recuperando una idea que ya se manejó hace más de 10 años y que se había abandonado, los acuerdos sectoriales.

jueves, 19 de diciembre de 2019

¿Para quién escribir?

Una reflexión muy interesante de Milanovic sobre la libertad al escribir. ¿Escribimos para trasladar un mensaje, o para que nos lean/escuchen/vean?¿Basta que nos lean unos pocos, o cuantos más mejor? Yo creo que esto no es necesariamente una dicotomía, pero es cierto que a veces genera tensiones si, para que nos lean (que es al fin y al cabo el objetivo de muchos de los que escribimos), hay que cambiar lo que decimos. Y esta tensión va en aumento en los últimos años en los que se mercantiliza y polariza todo.

Como en muchas otras cosas, supongo que la virtud está en el termino medio. Si escribimos con total libertad, pero no nos lee nadie, esto es parecido a lo del árbol que cae en medio del bosque y no genera sonido (porque nadie lo escucha). El reto es pues trasladar el mensaje original, provocador, disruptivo, independiente, riguroso...de una forma que los que tienen que escucharlo lo escuchen, y cuantos más mejor. Al fin y al cabo, como decía Bauman, no hay diálogo si sólo nos comunicamos con los que piensan igual que nosotros...Y eso reconozco que es un arte que pocos dominan, yo el último :).

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Acemoglu, sobre las razones del crecimiento económico

Una conversación sinceramente apasionante entre Tyler Cowen y Daron Acemoglu sobre el último libro de Acemoglu y Robinson, pero sobre muchas cosas más. Cowen aprieta y Acemoglu responde, por supuesto en la línea de los argumentos que ya conocemos del estupendo Why Nations Fail (y quizá en los del nuevo libro, que no he leído aún, pero que Gerard Llobet ya ha reseñado). Podéis escuchar el podcast o leer la transcripción, pero en todo caso vale la pena.

martes, 17 de diciembre de 2019

Progresos en la discusión sobre la desigualdad

La verdad es que la discusión actual sobre la desigualdad es apasionante, o al menos para mí. Porque, aunque creo que nadie (salvo algún neoliberal recalcitrante) discute que vivimos en un mundo con niveles de desigualdad intolerables, la cuestión es cómo reducirla, y dónde, y cuánto. Y para eso también hay que acertar en el diagnóstico de lo que la está causando. Y sobre todo, en mi opinión, no usarla (igual que el cambio climático) simplemente como una excusa para impulsar una determinada agenda política, sino como un problema a solucionar en sí mismo.

En las últimas semanas se han acumulado varias lecturas interesantes para seguir al día sobre la cuestión, así que las concentro todas en esta entrada (seguro que se me olvida alguna):

- El especial de The Economist, en el que cuestionan que la desigualdad sea tan alta como algunos dicen, y resumen bien el estado de las investigaciones recientes.
- Las propuestas (que suscribo totalmente) de Martin Wolf para arreglar el capitalismo: mayor competencia en los mercados, menor financiarización, menos grandes corporaciones y sus lobbies, menos desigualdad, y menos corrupción política.
- Tyler Cowen cuestiona la parte del aumento del monopolio en los mercados, básicamente porque dice que no ve evidencia en precios o cantidades de ese monopolio. Y lo refuerza con un paper reciente en el que se indica que las empresas se hacen más grandes porque son mejores (aunque eso para mí no resuelve el problema....al fin y al cabo es como un monopolio natural...más eficiente, pero que necesita ser regulado, aunque quizá de forma distinta)
- Greg Mankiw dice que, si hay que subir los impuestos a los ricos, hay formas mejores y peores de hacerlo. Su ejemplo inicial es muy bueno. Mankiw presentó esta idea en un debate que ya blogueé, con Summers de estrella.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Sobre la precisión de los modelos climáticos

Un paper (de pago, aquí el resumen en Real Climate) que ha hecho bastante ruido en la prensa estos días, y que creo que es interesante, pero que cae también en algunos de los errores de los negacionistas, como es el querer transmitir una falsa sensación de precisión, y también el querer validar resultados contra un horizonte aún breve.

En todo caso, creo que la aportación es interesante, aunque para los que estábamos en esto no muy significativa: por si alguien aún lo dudaba, los modelos climáticos no dicen tonterías, sobre todo una vez que se parte de un supuesto claro de concentración de CO2. Y es que, como hemos dicho muchas veces, la física climática no permite muchos errores ni muchas discusiones. Aunque, por supuesto, hay un rango de incertidumbre importante, problemático a la hora de decidir cuáles son los niveles de emisiones tolerables. Por eso, como siempre, lo mejor es seguir manejando los modelos como lo que son, algo que nos ayuda a entender la realidad, pero que sólo pueden ser un input más para tomar decisiones.

viernes, 13 de diciembre de 2019

How solar energy became cheap, de Nemet

Hace unos meses ya blogueé la publicación del libro. Ahora ya lo he leído y comparto la reseña. El resumen: un libro muy ameno y recomendable, pero con pocas conclusiones firmes.

Nemet parece compartir la creencia de Ignacio Pérez Arriaga en el modelo docente de la cebolla: contar varias veces lo mismo a distinto nivel de detalle, tanto para cubrir las necesidades de distintos públicos, como para mejorar el aprendizaje. Así, los capítulos 1 y 2 resumen bien el libro completo. Y en cada uno de los capítulos posteriores hay un resumen de cada uno. De hecho, incluso puede reducirse a un párrafo:
This niche market strategy worked in part because the technology could function at any scale. Entrepreneurs were crucial throughout PVs history. Public institutions played critical roles -- especially funding R&D and subsidizing early markets. Five key countries made distinct contributions that emerged from each country's national innovation system. Each built on the work of previous leader countries with global flows of knowledge, in people, devices, and machines, catalyzing a truly global innovation system. However, all of this ocurred too slowly.
Y es que, como se lee al final, Nemet no es necesariamente optimista, porque su argumento es que la FV ha tardado demasiado en desarrollarse, desde que en el 54 se desarrolló el primer módulo comercial, algo muy celebrado por el NY Times:
It may mark the beginning of a new era, leading eventually to the realization of one of mankind's most cherished dreams - the harnessing of the almost limitless energy of the sun for the uses of civilization.
En todo caso, a los interesados en el tema les recomiendo ir más allá de los resúmenes. El libro está bien escrito, y se sigue muy bien, sobre todo los que describen en detalle la evolución de la FV, las anécdotas, las casualidades...hay muchas cosas que yo no conocía sobre la historia de la FV y su regulación (incluyendo la primera feed-in-tariff y el primer caso de net-metering, o un sistema de compra pública ya en el 75...).

Lo que pasa es que al leer todo este detalle de relaciones personales y elementos afortunados también te das cuenta de que esa historia aparentemente tan limpia sobre el modelo de desarrollo de la FV y su posible extensión a otras tecnologías no parece tan sencilla como parece desprenderse de la lectura del primer capítulo....Algo que el propio Nemet reconoce, aunque sólo al final (p.212):
It is certainly wrong to attribute solar's progress to the main drivers of cost reductions: understanding a scientific phenomenon, funding R&D, public procurement, serving niche markets, subsidizing demand, taking advantage of policy windows, and entrepreneurial scale up. The details of policy design played a role, as did Russia's head start in the space race, geo-politics in the Middle East, the 1994 tax law change in China, and the 1998 federal election in Germany. As it has for many technologies, serendipity also affected progress.
Y esto lleva a que su capítulo 8, en el que empieza a plantear ideas para el futuro, resulte demasiado conjetural para mí gusto. Aunque su reflexión sobre los "soft costs" es sensata, no me parece tanto su esperanza en los nichos con alta disponibilidad a pagar para cambiar significativamente las cosas.

En la parte final Nemet trata de responder a las tres preguntas clave: ¿cuáles fueron los drivers del éxito?¿qué atributos de la FV hicieron que respondiera bien a ellos?¿Y a qué otras tecnologías podemos aplicar este modelo (para mejorarlo, claro)?

Según él, la FV mejoró como resultado de una serie de características históricas:
- Scientific contributions that provided a fundamental understanding of the PV effect
- A breakthrough at a corporate laboratory in the US in 1954 that made a commercially viable PV device
- A major government R&D and public procurement effort in the 70s in US
- Japanese electronic conglomerates serving niche markets in the 80s and launching the first major rooftop subsidy program in 94
- Germany adopting a FIT in 2000 that quadrupled the market for PV and developing production equipment that automated and scaled PV manufacturing
- Entrepreneurs trained in Australia building factories in China and creating the world's largest market
- A cohort of adopters with high WTP and installers learning by doing (con este último, como digo, no estoy de acuerdo, ealmente los construyeron por el net metering).
Y a partir de ello trata de construir 9 drivers de acuerdo con la teoría de la innovación:
- Scientific understanding of a phenomenon
- Evolving R&D foci
- Iterative upscaling
- Learning by doing
- Knowledge spillovers
- Modular scale
- Policy-independent niche markets
- Robust policy support
- Delayed system integration challenges
Lo malo es que no sabemos cómo de relevantes son, y si hay causalidad (y si hay contraejemplos). Por tanto, más allá de la correlación, es difícil saber si fueron drivers o no (aunque algunos sí están muy claros). Yo los llamaría circunstancias. Mi interpretación alternativa (aunque basada en algunas de sus ideas) de los drivers es más sencilla pero también menos ambiciosa:
- La característica esencial de la FV es su tamaño modular
- Que le permitió ser usado en nichos
- Que hace que los retos de integración en el sistema no sean evidentes hasta que hay un despliegue masivo, y que por tanto no son una preocupación al principio
- Y que quizá explique que siempre, en un lugar u otro, ha habido apoyo político y por tanto mercado
En cuanto a las ventajas de la FV, Nemet propone que son (y aquí creo que tiene razón en todo):
- Modular: Más fácil evolucionar en la producción
- Diseño dominante al que hacer evolucionar
- Automatizable
- Facilidad para entrar en el mercado
- Gran aceptación pública
En todo caso, la cuestión central es cómo exportar el modelo. Y aquí Nemet refleja el debate existente entre gente como Sovacool, que cree en que es posible un despliegue muy rápido, y gente como Smil o Fouquet, que nos recuerdan que las transiciones llevan tiempo. Está claro de quién me fío más :). La cosa es si es posible acelerar el desarrollo (algo que comparto) sin elegir ganadores, porque eligiendo ganadores puedes equivocarte y mucho, viendo todas las posibilidades. Por ejemplo, hace unos años nadie pensaba que la FV sería la ganadora. ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos apostado todo a otra tecnología? Por eso, no veo mucho sentido a lo que intenta Nemet de tratar de proponer formas en las que se hubiera podido acelerar más la FV, más allá del sentido común. Si no tenemos contrafactual...

Pero sí que es cierto que mucho depende del tipo de tecnologías. Nemet las clasifica (algo muy útil), para ver cuáles se pueden acoger a un modelo similar al de la FV. Y pone como ejemplo de las que sí la captura directa de carbono. Que es cierto que, si lograra una reducción de costes similar a la que logró la FV en los últimos 20 años, podría ser competitiva y por tanto muy interesante tanto para reducir la concentración de CO2 en la atmósfera, como para producir combustibles sintéticos muy interesantes para el transporte pesado o la industria...

El libro concluye con una lista de propuestas sensatas (independientemente de que el modelo de evolución de la FV sea robusto o no):
- I+D continua
- Compra pública
- Fuerza de trabajo entrenada y móvil
- Conocimiento codificado y por tanto fácilmente comunicable
- Incentivos para la producción disruptiva, que se adapta a lo que realmente requiere el mercado
- Mercados robustos que combinen credibilidad y flexibilidad
- Facilitar los spillovers tecnológicos entre sectores
- Movilidad global
- Economía política
En resumen: un libro ameno, útil y sensato, en el que se reconocen las limitaciones del modelo, aunque sólo de forma explícita al final.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Las consecuencias ambientales del comercio online

Aunque, como dicen en el artículo, el comercio online podía tener ventajas ambientales al principio, ahora claramente se ha disparatado. La razón fundamental, en mi opinión, es la falta de señales y de regulación en todo este sector. Por supuesto, los consumidores (entre los cuales me incluyo) preferimos tener las cosas hoy antes que mañana, y más aún si esto es gratis. Pero ese es el problema, el "poder del gratis".

Si realmente pagáramos todo el coste que supone aumentar la rapidez del envío, y además lo hiciéramos de una forma lo suficientemente visible (no como un tanto fijo anual del que nos olvidamos una vez pagado, o que en todo caso nos anima a comprar lo más posible, para "amortizarlo"), seguramente estaríamos dispuestos, como hacíamos hace unos años, a agrupar envíos, y a esperar unos días más. Y eso seguramente sería mucho mejor para el planeta, o para el tráfico. Pero para esto hace falta actuar de una vez sobre las emisiones del transporte, y quizá sobre nuestros modos de compra, si es que nuestra mayor concienciación sobre el consumismo no lo arregla (que no creo).

Gracias a Marta Villar por la pista.

martes, 10 de diciembre de 2019

Más sobre consecuencias inesperadas: las bolsas de plástico y su uso

Parece que las ventas de bolsas de plástico no disminuyen aunque se pague por ellas. Aunque quizá no sea tan inesperado del todo:
- si sólo se paga por unas, pero no por otras (las de varios usos), es previsible que simplemente se desplace el consumo de unas a otras, pero no necesariamente se reduzca el consumo de plástico;
- si además la elasticidad al precio no es tan grande, puede ser que esos 5 céntimos que pagamos no hagan mucho para reducir el consumo de las de un solo uso;
- y todo esto, sin tener en cuenta posibles sustituciones fuera del supermercado: Por ejemplo, en mi casa reciclábamos las bolsas de plástico del supermercado como bolsas de basura. Ahora usamos menos bolsas de supermercado, pero más de basura...y sinceramente, no sé cuáles llevan menos plástico...

lunes, 9 de diciembre de 2019

Los datos del JRC-EU-TIMES, en abierto

Muy útil para todos los que trabajamos en escenarios energéticos. Gracias a Pablo Ruiz Castelló, ex-IIT, por la pista.
All the input data for the JRC-EU-TIMES model has gone online in a
Zenodo repository with an open licence (CC BY 4.0).

https://data.jrc.ec.europa.eu/dataset/8141a398-41a8-42fa-81a4-5b825a51761b

https://zenodo.org/record/3544900

JRC-EU-TIMES has been used already in many modelling exercises and
research projects. It covers all energy sectors, one-node-per-country
spatial resolution for the EU (NTCs for electricity grid), and a time
slice approach for temporal resolution.

"The JRC-EU-TIMES model helps understanding the role of energy
technologies and their innovation needs for meeting European policy
targets related to energy and climate change. The model covers the
energy system of the EU 28 and of neighbouring countries from the years
2010 to 2070. It produces projections (or scenarios) of the EU energy
system under different sets of specific assumptions and constraints.
Please also look at the other datasets with separate modules in case you
are not interested in the full model."

Y también la base de datos sobre potenciales renovables:

The ENSPRESO data base is open source:
https://data.jrc.ec.europa.eu/dataset/6d0774ec-4fe5-4ca3-8564-626f4927744e
Corresponding scientific paper:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2211467X19300720

viernes, 6 de diciembre de 2019

Richard Blanco: ingeniero, poeta, y muy divertido

Aunque es fiesta, o quizá precisamente por eso: un podcast divertido y a la vez muy profundo. Richard Blanco, ingeniero y poeta, y nacido en Madrid, entrevistado por Krista Tippett.

jueves, 5 de diciembre de 2019

Las universidades y la España vaciada

Decía el otro día que el capítulo del Informe España sobre universidades me había resultado decepcionante. Como comentó Fernando González Urbaneja el día de la presentación, parece una laudatio más que un análisis crítico. Sí, es cierto que, además de decir lo bien que lo han hecho, al final plantea algunos retos, pero sin formular alternativas que permitan responder a ellos.

Los retos sí los comparto: la universidad debe ser un motor central de la economía; y para ello debe adaptar sus enseñanzas, preservar la equidad (más y mejores becas), atraer estudiantes extranjeros, aumentar el número de estudiantes que hacen másteres, mejorar la selección y contratación, más movilidad internacional, más transferencia e innovación, mejora reputacional y visibilidad internacional, mejorar sistemas de gobierno universitario. El problema es que todo esto en lo que hace falta tanta mejora es difícilmente compatible con esa visión tan optimista de la situación actual.

Esto me parece particularmente sorprendente porque ya llevamos mucho tiempo dándole vueltas a esto. Precisamente fue la Fundación Encuentro la que organizó una conversación en la radio que me sirvió para escribir mis ideas sobre la necesaria reforma. Luego incluso el Gobierno encargó un libro blanco (que acabó donde acaban todos estos libros blancos, en un cajón...). El caso es que creo que hay bastantes elementos claros de qué habría que cambiar en la universidad española, comenzando por la gobernanza. No sé pues qué sentido tiene felicitarse de lo (poco) conseguido y no insistir en lo que hay que cambiar.

Y además, hay un elemento que no figura como relevante en todas estas ideas del 2012 y el 2013, quizá porque el problema entonces no parecía tan agudo: ¿pueden contribuir las (buenas) universidades a aligerar el problema de la España vaciada? Yo creo que claramente sí, y más en el contexto en el que estamos de necesidad de promover la innovación como respuesta al vaciamiento y a la transición justa. Por lo tanto, creo que a la lista de reformas de la universidad sería conveniente añadir la necesidad de descentralizar, de llevarnos algunos de los mejores campus, o de los nuevos que se quieran abrir, a las regiones vaciadas, como palanca de desarrollo.

Y es que las universidades pueden hacer mucho. Pero no hablo de los campus docentes como los que se han abierto en muchas provincias españolas: eso, que no está necesariamente mal (siempre que no distraigan recursos), no consigue sostener una economía local, sólo formar a los locales para que luego se vayan a buscar trabajo fuera, salvo que hagan formación intermedia, al estilo de lo que hacen los community colleges americanos. Para sostener la economía hace falta formar, pero luego aplicar el conocimiento al desarrollo empresarial. Y la evidencia del impacto de las buenas universidades parece estar ahí (sobre todo para ciudades medianas). Habiendo vivido el año pasado en Cambridge doy fe del impulso que la universidad ha supuesto para el desarrollo de un polo de innovación empresarial muy importante, y de cómo esto ha supuesto una atracción de población a lo que antes era, como decían los locales, una ciudad menos que provinciana (y siempre considerada un pueblito en comparación con Oxford). Lehigh es otro ejemplo de cómo una universidad puede sostener una región en decadencia.

Por supuesto, no todos los sitios valen. Pero hay muchos que sí. Decía Fernando hace ya muchos años en este blog que para atraer talento hacía falta un sitio agradable, con vivienda barata, y buenas comunicaciones internacionales. Madrid y Barcelona no cumplen con lo segundo. Pero Segovia, Valladolid, Logroño, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real, Cuenca o León por ejemplo, sí que cumplen. Con trenes de alta velocidad, o muy cerca de aeropuertos internacionales, con vivienda muy asequible, con zonas verdes...

No entiendo pues cómo nos empeñamos en seguir abriendo universidades en Madrid o Barcelona o Valencia, en lugar de invertir en el futuro de la España vaciada y en el de las universidades de calidad.

NOTA: Aunque aquí me centro en el efecto tractor de las universidades, evidentemente hay otras instituciones que también pueden generar actividad económica y servir como tractores en estas zonas: hospitales punteros, entes públicos (por ejemplo, de los que yo conozco, CNMC, CORES, etc....¿por qué tienen que estar en Madrid?)

ADD: Justo unos días después ha aparecido esta entrada en Nada es Gratis sobre las cosas que no se cuentan de la España vaciada. Y creo que afortunadamente mi propuesta es bastante coherente con lo que dicen...y creo que también con lo que dicen en este artículo del NYTimes, algo distinto en su contexto, eso sí.

martes, 3 de diciembre de 2019

Informe España 2019

Hace unos días la Cátedra JM Martín Patino de la Cultura del Encuentro presentó una edición más de su Informe España, como siempre de interés, aunque unos capítulos más que otros :).

Muy, muy interesante el capítulo de Actitudes frente a la globalización y el populismo en España. Y cómo la ideología y la actitud hacia los distintos componentes de la globalización (económica, política y cultural) explican el populismo de izquierda y derecha. Y cómo no está claro el espacio para un centro liberal de verdad, cuando se analizan estos tres componentes, porque las élites cosmopolitas no parecen existir...(relacionado, un podcast de Ezra Klein sobre las clases modernas viene al pelo).

El capítulo sobre dinámicas urbanas en un contexto de creciente desigualdad y globalización también es muy interesante y repleto de números. Ilustra muy bien las paradojas a las que se enfrentan las ciudades, como el conflicto entre atracción de talento (y de rentas) y sus consecuencias sobre los precios de las viviendas. Y clasifica a los municipios españoles en 6 clusteres en función de sus características, lo que también es interesante de cara al diagnóstico y a la posible solución. Lo único que no me gusta es que tiende a encontrar un único culpable, el capitalismo (al que asocia indisolublemente con la especulación) y en cambio no habla de las (malas) políticas urbanas que estimulan esta especulación...

El número también incluye capítulos de interés sobre la evolución de la mortalidad en España, y todas sus implicaciones; o sobre pobreza energética, en el que he tenido el honor de colaborar. El de digitalización es también recomendable, aunque quizá algo más difícil para mí de aterrizar en cuanto a sus implicaciones positivas o negativas.

El de universidades, en cambio, bastante decepcionante, como ya me ha pasado otras veces. Y es que parece difícil escribir críticas certeras desde dentro del sistema.... Más sobre ello en un post posterior.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Las guerras del agua

The Economist nos muestra lo frecuente que es la relación entre agua y conflicto, a partir de una base de datos del Pacific Institute...y por tanto, lo que nos puede esperar en un contexto de menor disponibilidad hídrica por el cambio climático si no tomamos medidas adecuadas.