Una reflexión muy interesante de Milanovic sobre la libertad al escribir. ¿Escribimos para trasladar un mensaje, o para que nos lean/escuchen/vean?¿Basta que nos lean unos pocos, o cuantos más mejor? Yo creo que esto no es necesariamente una dicotomía, pero es cierto que a veces genera tensiones si, para que nos lean (que es al fin y al cabo el objetivo de muchos de los que escribimos), hay que cambiar lo que decimos. Y esta tensión va en aumento en los últimos años en los que se mercantiliza y polariza todo.
Como en muchas otras cosas, supongo que la virtud está en el termino medio. Si escribimos con total libertad, pero no nos lee nadie, esto es parecido a lo del árbol que cae en medio del bosque y no genera sonido (porque nadie lo escucha). El reto es pues trasladar el mensaje original, provocador, disruptivo, independiente, riguroso...de una forma que los que tienen que escucharlo lo escuchen, y cuantos más mejor. Al fin y al cabo, como decía Bauman, no hay diálogo si sólo nos comunicamos con los que piensan igual que nosotros...Y eso reconozco que es un arte que pocos dominan, yo el último :).
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