Necesitamos un sistema educativo que forme personas creativas e innovadoras, preparadas para el cambio y abiertas a procesos de aprendizaje permanente que den respuesta a las necesidades de una sociedad en pleno proceso de transformación. La universidad española ha de convertirse en un motor fundamental de la economía, promoviendo la simbiosis entre docencia, investigación y transferencia de conocimiento. Es imprescindible contar con un sistema universitario que se defina por tener: una formación de alta calidad, excelencia científica, transferencia de conocimiento al sector productivo, proximidad al mercado laboral, y además de ser una gran cantera de emprendedores.Otra cosa, claro, es cómo promover la innovación. Santi, casualmente en las mismas fechas, da su opinión sobre las causas del parón tecnológico, un buen resumen de las razones más habitualmente citadas. Para los que tengan acceso, también en el último número del American Economic Review hay una discusión sobre el libro de Gordon sobre el mismo asunto. Tener claro el diagnóstico es esencial para ofrecer una buena solución. Los chinos parecen tenerlo.
miércoles, 18 de mayo de 2016
La innovación en España no va bien
Eso es lo que dice el último informe COTEC, que esta vez además extiende su pesimismo (y creo que en gran medida con razón) a nuestro sistema educativo, mencionando el bajo rendimiento en competencias básicas, el alto grado de abandono escolar, o el desajuste entre oferta y demanda. A eso añado yo, por experiencia propia cuando ayudo a mis hijas a estudiar (menos de lo que debería), un sistema educativo que sigue promoviendo la memorización y la adecuación a la norma como sus grandes pilares, en lugar de la experimentación y la creatividad (pero esto para otra entrada). En este sentido, creo que COTEC lo clava cuando dice:
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1 comentario:
Hhmmm... al informe de COTEC le veo el mismo problema que a la noticia sobre los chinos. La cantidad de pasta que se invierte (tanto por el estado como por las empresas) en "I+D" (lo pongo entre paréntesis porque muchos proyectos que se financian con esa etiqueta tienen poco "D" y nada de "I"... salvo la capacidad de sus gestores para husmear y cazar subvenciones, que no deja de ser una forma de investigación) no tiene una correlación precisa con la cantidad de innovación real que se genera en la economía del país o de la región.
Sí parece lógico que cuanto más grande hagamos el abrevadero, más cerditos se acerquen a beber (o más gordos se pongan los que ya estén bebiendo, y con eso consigan evitar el acceso de ninguno nuevo), que esos cerditos innoven algo a cambio ya me parece mucho pedir.
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