Casey Wichman nos cuenta un experimento que han hecho en Ontario, y que, curiosamente, ha llegado a conclusiones muy similares a las que llegábamos ya hace mucho tiempo Adela y yo:
- que los ahorros económicos individuales son muy pequeños, y seguramente no justificarían ni que la gente escogiera una tarifa por bloques (como el PVPC) ni que se metieran en líos de cambios del momento del consumo
- pero que esto cambia cuando estos cambios los hace un cacharro inteligente: los ahorros energéticos que se consiguen, sobre todo en reducción de puntas, son muy significativos y justifican de largo la inversión en el cacharro. Además, las pérdidas de confort son muy reducidas.
Esto les lleva a él y a Raimi a discutir acerca de si las tarifas por bloques deberían ser la opción por defecto (muy interesante para el debate español :)), algo en lo que estoy esencialmente de acuerdo.
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