Un tema recurrente en este blog (ver por ejemplo
aquí): ¿vale la pena meterse en un doctorado? La conclusión habitual es que no, por eso me parece recomendable (sobre todo para los que están en ello) leer que sí,
de la mano de alguien que además no está en la universidad, sino en Google.
2 comentarios:
En el campo de la función pública, que conozco como funcionario (y doctor) la situación no es buena.
1. Desestimada por el Tribunal Constitucional la creación de un Cuerpo específico para doctores en la STC 99/1987.
2. Práctica equiparación de los titulados universitarios de grado medio a los de título superior en el último Estatuto de la función pública.
3. Valor residual del doctorado en oposiciones y concursos de méritos.
La cosa no queda, sin embargo, en mera satisfacción personal. La "expertise" adquirida ya no te la quita nadie, y puede marcar la diferencia.
Desgraciadamente, creo que pasa lo mismo en el sector privado. Y creo que esto es un problema del mercado de trabajo español (no del de otros países, donde sí se valora más a un doctor). Aquí, posiblemente en parte por culpa de las universidades, se considera al doctor como un pirao que ha estado estudiando el sexo de los ángeles durante unos años, y que por tanto no sólo no contribuye a la empresa, sino que estorba. Y así nos va, claro.
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