viernes, 17 de abril de 2020

The life you can save, de Singer

La verdad es que me cuesta trabajo recomendar este libro (disponible gratuitamente). No porque no sea interesante todo lo que dice...ni porque no sea ameno. Ni mucho menos porque el tema no lo merezca.

Me cuesta recomendarlo porque, realmente, no debería hacer falta leerlo para saber lo que nos dice, ni para saber lo que tenemos que hacer: Tenemos que ayudar más a los que más lo necesitan, en lugar de darnos lujos innecesarios. Debemos vivir con lo que necesitemos razonablemente, y lo que nos sobre, dárselo a todos aquellos que viven en pobreza extrema, para ayudarles a salir de ella, y sobre todo, a salvar sus vidas. Y, lo que demos, debemos tratar de que haga el mayor bien posible.

Pero es cierto que esto, que como digo debería ser evidente, no es tan sencillo en la práctica:

- Primero, no es fácil saber cuánto necesitamos para vivir razonablemente, sobre todo cuando hay hijos de por medio, y apreturas económicas, e incertidumbres sobre el futuro (esta época es un buen ejemplo). ¿Debemos guardar el dinero que nos sobra por si acaso nosotros o nuestros hijos lo necesitan?¿Debemos invertir en una educación más cara para ellos, o mejor donar ese dinero?
- Segundo, incluso aunque sepamos cuánto debemos dar, a veces no es tan fácil darlo, por muchas razones, a veces justificadas y a veces no tanto;
- Tercero, tampoco es tan fácil saber a quién debemos dárselo para lograr el mayor bien posible.

Así que Singer trata de darnos argumentos para responder a las tres preguntas, a veces con más éxito, y otras con menos. En cualquier caso, como contaré luego, creo que su propuesta final es bastante sensata y útil.

Los tres ámbitos en los que Singer basa su propuesta son:

- El ético, que al fin y al cabo es su especialidad, y donde es más sólido. Aunque, claro, eso no significa que la cosa sea sencilla...Singer además utiliza ejemplos difíciles de aplicar a condiciones reales. ¿Que un señor que tiene 45 millones de capital ahorrado se pone a donar como un loco y además dona un riñón? ¿Que un chaval que trabaja en banca de inversión y no tiene familia dona casi todo lo que ingresa? Pues muy bien...pero la gran mayoría no estamos ahí...menos aún por supuesto si pensamos en los Gates o en Buffett. El ejemplo de Paul Farmer tampoco me parece demasiado útil, la verdad (algo que él reconoce implícitamente). Alguien que considera que debe poner a todos por delante de su familia no es muy normal, la verdad...Por supuesto, no es que sean malas personas...pero tampoco estoy de acuerdo que sean padres modélicos. De hecho, el caso de Farmer es uno de esos que haces que te expliques por qué el celibato puede ser bueno para los sacerdotes...porque les da la libertad suficiente como para poder poner a todo el mundo por delante de sus afectos... si realmente quieres ser como Farmer, a lo mejor no deberías casarte ni tener hijos...

- El económico, con dos partes muy claras. La primera, que no me ha gustado mucho, sobre la utilidad de la ayuda al desarrollo. Yo, la verdad, no veo necesidad de meterse en este jardín, tan complicado, como ya he discutido en este blog unas cuantas veces, y además mucho más amplio que lo que interesa aquí, que es ayudar a los que están en pobreza extrema, y en riesgo de perder la vida. Y ahí el análisis es más sencillo: siempre es conveniente ayudar. Otra cosa, claro, es cómo, y esa es la segunda parte, que es mucho mejor, porque se apoya bastante en gente como Duflo et al, que han producido análisis muy directamente aplicables a lo que queremos. De hecho, esta sección me parece la más recomendable del libro...

- Y el psicológico, que utiliza fundamentalmente para tratar de explicar por qué a veces, aunque sepamos lo que hay que hacer, no lo hacemos, y también para buscar recetas para ayudarnos. Este argumento tiene por supuesto base, pero también tiene mucho riesgo, como es el de caer en todo el pantano de experimentos psicológicos difícilmente replicables. Una cosa es Schelling y su estrategia para comprometernos, o incluso el opt-in o el poder de las normas sociales, bastante demostrados, y otra todo el blablabla, que desgraciadamente también utiliza Singer, acerca de cuestiones bastante más peregrinas. Afortunadamente, este creo que es el que menos hace falta, porque con los dos primeros sería suficiente.

El problema de a quién dar está bastante resuelto con gente como GiveWell (nosotros lo hemos usado y funciona muy bien). Y el tema ético, a pesar de esos ejemplos tan extremos, creo que Singer lo termina resolviendo bien: reconoce la tensión que hay en esta cuestión (ilustrada por el caso de los kibbutzim) y la soluciona diciendo que una cosa es el estándar (muy alto) que uno se puede exigir a sí mismo, y otro el que se puede exigir a los demás. Y termina planteando algo que a mí me parece muy razonable, quizá porque, casualmente, es donde está mi familia, en algo más de un 1% de la renta anual para rentas como las nuestras.

Aunque al final se quedan algunos flecos pendientes. Por ejemplo, una buena pregunta relacionada (que ya traté hace poco) es si es moral dejar herencias a los hijos. O si, precisamente, lo más ético es no hacerlo, precisamente porque les queremos, y no queremos que sean unos malcriados, y queremos que se ganen la vida como todo el mundo, sin empujoncitos innecesarios. De nuevo, la pregunta clave es: ¿sin esa herencia, serían unos desgraciados? Por ejemplo, si no ayudamos a nuestros hijos, y con ellos llevan la vida de un mileurista o peor, sin poder tener una casa...como tanta gente en nuestros países...¿es esto éticamente aceptable? Porque claro, siempre estarán mucho mejor que mucha gente en pobreza extrema...Lo que sí está claro es que la herencia no debe servir para irte a esquiar a los Alpes todos los años...Otro tema también muy interesante es la moralidad de las donaciones para cuestiones culturales....que como dice Singer serían aceptables en un mundo sin pobreza extrema, pero no tanto en uno en el que hay tanta...

En fin, como dice Singer, lo más importante de leer el libro es que no sientas complacencia con lo que haces. Y eso desde luego lo logra. Así que, para todos los que creen que ya lo hacen guay, el libro es recomendable.

Termino con una cita de Henry Spira con la que también termina Singer,  y que me ha gustado mucho:
I guess basically one wants to feel that one’s life has amounted to more than just consuming products and generating garbage. I think that one likes to look back and say that one’s done the best one can to make this a better place for others.

No hay comentarios: