jueves, 30 de abril de 2020

Decisiones en tiempos de incertidumbre

Estos tiempos que nos están tocando vivir nos recuerdan lo importante que es saber tomar decisiones en un contexto de incertidumbre. Por ejemplo, Mario Castro et al nos demuestran en este paper reciente cómo es imposible predecir ni el pico ni el final de la pandemia, porque las dinámicas de crecimiento exponencial son inherentemente impredecibles, por muy complejo que sea el modelo que utilicemos. Algo similar podríamos decir de muchos fenómenos que están teniendo lugar estos días, como la caída de los precios del petróleo, que se podría predecir hasta un cierto grado con un análisis fundamental, pero que siempre se complica por la casuística del comportamiento humano.

¿Y entonces, si todo es incierto, significa esto que no podemos decidir, o que cualquier decisión que tomemos va a ser mala? ¿Significa que, por ejemplo, todos los gobiernos lo harán igual de mal, porque al fin y al cabo nadie tiene ni idea de lo que puede pasar? Pues no. Lo que significa, evidentemente, es que tomar decisiones va a ser más complicado. Pero hacerlo bien siempre será recomendable, porque, si realmente nos aplicamos podremos, por un lado, entender mejor el proceso sobre el que tomamos decisiones, sus causas y consecuencias (y eso siempre es bueno); y por otro lado, tendremos muchas más posibilidades de acertar con nuestra decisión (porque, como bien dice Mario en su paper, esto va de probabilidades y posibilidades, no de certidumbres).

Eso sí, en esto siempre hay que tener en cuenta dos cuestiones fundamentales:

- Primero, que que la calidad de la decisión en un contexto de incertidumbre no se puede evaluar por sus resultados. Es decir, una decisión no es buena o mala porque haya acertado en predecir las consecuencias (algo que, como digo arriba, es imposible). Una decisión será buena si ha aumentado las posibilidades de acertar, y si se ha elegido con un proceso lo más formal, sólido y coherente posible.
- Segundo, que en estas condiciones, más que acertar, lo interesante es buscar que la decisión sea suficientemente robusta, es decir, que, ocurra lo que ocurra, el resultado siga siendo razonablemente bueno (o no catastrófico) aunque no sea lo mejor. Por ejemplo, ante un día en el que puede que llueva, llevar un paraguas pequeño seguramente sea una decisión robusta...y no lo serán ni ir a cuerpo gentil (porque si llueve nos calamos), ni ponernos dos chubasqueros (porque si no llueve morimos de un soponcio).

Claro, para que los que no toman la decisión entiendan si era buena o no, hay que explicar el proceso seguido con transparencia, no comunicarlo como si fuera un dogma de fe. Y evidentemente, también hace falta, en el caso de los gobiernos, tomar decisiones pensando en el bien común, y no en el tacticismo político o en la ideología...pero eso parece ya una batalla perdida en algunos sitios.

3 comentarios:

Mario Castro dijo...

Gracias por la mención, Pedro. Otra conclusión de nuestro trabajo (no es autobombo, es que creo que el mensaje es necesario) es que los modelos, aún creyendo en su utilidad (¡vivo de eso!) también crean una falta sensación de certidumbre. Tenemos que usar modelos, información de distintas fuentes, pero siempre con una modesta actitud (epistémica).

Salud para todos!

Antonio F. Rodríguez dijo...

Mario, enhorabuena por el artículo: muy interesante, bien explicado y necesario en estos tiempos. Como dice Paolo Giordano en su último libro 'En tiempos de contagio':

"Si bien no tenemos anticuerpos contra el Cov-2, hemos desarrollado una gran resistencia ante la incertidumbre: siempre queremos saber la fecha exacta en que las cosas empiezan y cuándo habrán de terminar. Estamos acostumbrados a imponerle nuestro ritmo a la naturaleza, en vez de que sea al contrario. Así, exigimos que el contagio termine en una semana y que todo vuelva a la normalidad: lo exigimos esperando que suceda así."

P.D. Creo que es un libro precipitado por lo que no lo recomiendo del todo, aunque hace algunas reflexiones muy interesantes.

Mario Castro dijo...

Gracias por tu comentario y por la recomendación literaria. Es la tercera vez en 15 días que alguien me recomienda un libro de este autor. Ya no tengo excusa...