viernes, 1 de julio de 2016

Es la desigualdad, estúpido

Primero, permitidme un breve momento de celebración: no sé si recordaréis, pero en los propósitos de año nuevo dije que iba a tratar de poner cosas en el blog 5 o 6 días por semana...Bueno, pues llevamos medio año y la cosa va bien, así que me tomaré una buena cerveza para celebrarlo. A ver si mantengo el impulso hasta el final del año al menos :)

Y ahora, vuelvo con esta serie de entradas algo más personales para los fines de semana. Ya aviso que esta me ha salido más política de lo habitual, así que los que no queráis historias de estas ya podéis dejar de leer.

Voy a empezar reconociendo algo que a lo mejor a algunos lectores les parece muy salvaje, pero que ya he dicho en un par de eventos. A mí no me preocupa demasiado el Brexit, o tener a Trump de presidente en EEUU, o incluso a un populista-demagogo de presidente en algún país europeo. Me puedo equivocar, pero creo que tenemos unos sistemas lo bastante sólidos como para aguantarlos, al menos unos años.

Lo que me preocupa es que se den las circunstancias en la sociedad para que esto ocurra, y que además, como el tonto, sigamos mirando el dedo en lugar de la luna. Es decir, que sigamos culpando a los “ignorantes” que votan por estas opciones, o a los políticos populistas y demagogos que les manipulan, cuando yo creo que el problema no es (al menos del todo) suyo.

Evidentemente, en todos estos casos hay muchas razones. Cowen apunta a la identidad nacional para el Brexit. El nivel educativo de los votantes también juega, por supuesto. Pero yo creo que el problema es algo relacionado con estas dos cosas pero más amplio: es el miedo, la incertidumbre, el que mucha gente en la sociedad ha perdido los referentes y no sabe qué puede esperar. Si además, lo que ven es que algunos siguen como si esto no fuera con ellos, que los salarios bajan pero que los precios de la vivienda siguen subiendo, que todos los indicadores de desigualdad siguen aumentando sin parar, ya tenemos la mecha perfecta para que llegue un irresponsable con ansias de poder y le prenda fuego con cualquier excusa o mentira barata (como la inmigración, o el engañarnos al solitario con las cuentas). Y esto pasa aquí en España, en el Reino Unido, y en EEUU, países en los que la crisis, como en otros, ha tenido un impacto tremendamente asimétrico.

Y ante eso, el más de lo mismo no sirve, porque ven que no les ha servido antes. No vale seguir creyendo que creciendo solucionamos el problema, como defienden McCloskey o Ridley. Primero, porque lo de crecer no parece que esté tan claro. Y segundo, porque incluso aunque crezcamos, la desigualdad seguirá aumentando mientras sigamos con este modelo, que, aunque en media suponga mejoras, en distribución termina creando más desigualdad aún.

No basta pues con desacreditar a los demagogos con una aparente racionalidad moral o económica, con el discurso convencional. Hay que dar esperanza a la gente, y hacerlo mejor que los populistas irresponsables. Y para eso creo que hay que situar a la desigualdad en el centro del debate. De forma responsable y rigurosa, pero enérgica. Por eso, como ya he dicho aquí algunas veces, y como lleva Santi defendiendo un tiempo, es más que hora de hablar seriamente de renta básica universal. Y no para desacreditarla, o reírse de ella como una propuesta comunista (nunca pensé que algo defendido por Milton Friedman pudiera ser considerado como tal, aunque es cierto que la idea de Friedman era algo distinta...pero que puede ser equivalente), como he escuchado a algunos, sino para pensar cuál puede ser el diseño apropiado para posiblemente una de las medidas más efectivas para redistribuir la renta y garantizar una cierta justicia social. Porque si no lo hacemos, entonces a lo mejor sí que llega el "zombie apocalypse" que me mandaron el otro día...

NOTA: Curiosamente, parece que, sin saberlo yo ni tampoco él, Santi tocaba un tema muy parecido ayer...Y Gonzalo me pasa esta entrevista con Piketty en la que dice cosas parecidas.

NOTA2: La desigualdad en España además tiene un carácter marcadamente generacional (que seguramente esté detrás de los distintos perfiles de votantes de los partidos políticos). Y McKinsey dice que esto no es sólo un problema de España.


2 comentarios:

Fernando Leanme dijo...

La inmigración no es una excusa barata en algunos lugares. En estado de Texas, EEUU, existe un número enorme de inmigrantes ilegales. Esta pobre gente tiende a venir de áreas pobres del sur de México. Este flujo de trabajadores está totalmente descontrolado, y existe un gran exceso de hombres jóvenes que toman cualquier trabajo.

Yo he estado observando esto desde 1981, específicamente en él área alrededor de Houston. Y lo que observo es que mucho trabajo que antes hacían jóvenes de 17 a 25 años (jardinería, trabajos en construcción, y cosas por el estilo) hoy día lo hacen mexicanos ilegales. Mucho de este trabajo es informal, se paga menos del salario mínimo. Y por supuesto no contribuyen al seguro social ni pagan impuestos.

El exceso de suministro de esta mano de obra barata a su vez crea un exceso en los renglones inferiores de la mano de obra informal. Y esto deprime los sueldos para la gente que gana menos de ~$2000 mensuales.

Por supuesto que una empresa que utiliza mano de obra ilegal, o esa mano de obra que queda sobre suministrada en los renglones inferiores, baja sus costos y aumenta sus ganancias.

Como fui inmigrante desde los 14 años, y estuve en todo tipo de condiciones, desde muerto de hambre trabajando en una fábrica a los 17 a asistente de electricista a los 19, y eventualmente supervisor en una multinacional gigante, tuve acceso a cientos de historias de personas, estadísticas, y reuniones donde este tema se hablaba desde el punto de vista del trabajador explotado al CEO. Y no veo la inmigración descontrolada que existe hoy día en EEUU como algo justo, ni sensato. Eso de verdad causa pobreza y mucha desigualdad.

Pedro Linares dijo...

Gracias por el comentario, Fernando. Totalmente de acuerdo en que la inmigración descontrolada es un grave problema, y que puede contribuir a acentuar el problema de desigualdad del que hablo. Cuando digo que es una excusa barata es porque en muchos casos, como el Brexit, o como en estos tiempos en Europa, la inmigración se utiliza como arma política en lugar de lo que debería ser, un problema social y humanitario, al que hay que dar una respuesta correcta. Santi habla precisamente de esto en la entrada que cito.