Stavins ha escrito una entrada bastante interesante sobre cuál debe ser el papel de las Universidades en la lucha contra el cambio climático. Basado en conceptos evidentes como el coste de oportunidad, y la rentabilidad ambiental de las acciones, propone que el peso de la acción de las universidades debe estar en la investigación, la docencia, y la divulgación (muy en línea con lo que hacemos en la Cátedra BP, incluyendo las iniciativas de sostenibilización del curriculum):
My view of a university’s responsibilities in the environmental realm is similar. Our direct impact on the natural environment — such as in terms of CO2 emissions from our heating plants — is absolutely trivial compared with the impacts on the environment (including climate change) of our products: knowledge produced through research, informed students produced through our teaching, and outreach to the policy world carried out by faculty.
So, I suggested to the students that if they were really concerned with how the university affects climate change, then their greatest attention should be given to priorities and performance in the realms of teaching, research, and outreach.
Mi único matiz es que las acciones de “sostenibilización” del campus realmente se pueden considerar como parte de la docencia, siempre que se planteen con ese fin (con un alcance amplio que llegue a todos los alumnos, no sólo a unos cuantos convencidos). Es decir, que yo creo que no es tanto lo que él comenta de acción simbólica o con efectos políticos, sino que puede ser también una acción formativa.
1 comentario:
Estoy completamente de acuerdo. En las Universidades (como en colegios), se forman los futuros trabajadores, políticos, ejecutivos etc. Es en estos lugares que hay que aprender como se trabaja y se vive de manera sostenible.
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