lunes, 20 de mayo de 2019

Mercados y cambio climático

- Parece que los mercados de derivados climáticos se creen los escenarios de cambio climático (no los extremos, claro). Esto también aporta un elemento muy importante para no tener que discutir con algunos escépticos pesados: a partir de ahora, basta con decirles que, si no se creen el cambio climático, sólo tienen que invertir en estos mercados y forrarse!
- Y aquí proponen usar los aranceles como herramienta de presión contra los países que no hacen suficiente contra el cambio climático. Aunque no lo veo muy viable políticamente, porque, tal como bien se dice en el artículo, los aranceles también crean daños en los países que los imponen...

1 comentario:

Fernando Leanme dijo...

Para forrarse en ese mercado hay que comprar los servicios de empresas que predicen el clima a corto y mediano plazo, como la que fundó la Dra Judith Curry ("Climate Solutions"). Ella tiene una clientela muy exclusiva y parece ser que le va muy bien. El problema con tu lógica es que las políticas de la Union Europea, y en particular la de la izquierda, se basan en utilizar casos extremos, y también ir más allá vendiendo ideas falsas, estadísticas sacadas de un sombrero y paseando una adolescente sueca con un mensaje maniqueo basado en ideas absurdas.

El Dr Pielke ha propuesto una solución muy interesante a este problema: un impuesto a las emisiones de CO2 cuyo aumento sería una función del aumento de temperatura global desde 60 Sur a 60 Norte de latitud en los 5 años previos.

Yo añadiría que ese aumento debe basarse en mediciones sencillas y fáciles de corroborar, porque he notado que hay tendencia a sesgar la información por razones políticas. Esa "temperatura global" sería un indice que grandes empresas y gobiernos tendrían mucho interés en "adivinar" y convertiría el adefesio de modelos que tenemos en una industria privada de predicción del clima muy superior a la de hoy día. El efecto sería parecido a lo que estamos viendo con las empresas privadas para enviar satélites al espacio, pues SpaceX y Blue Origin tienen tecnología superior a la de las organizaciones estatales.