The Economist acaba de publicar este informe especial sobre la educación privada, un fenómeno creciente y fácilmente explicable en un mundo en el que la acreditación educativa (y en especial universitaria) se valora cada vez más, no siempre asociada a la calidad real de la educación; y en el que los recursos necesarios y el consenso social para dar educación pública de calidad no siempre están ahí, por mucho que debieran ser absolutamente prioritarios. Aunque fundamentalmente centrado en la educación primaria y secundaria, muchas lecciones son fácilmente extrapolables a la universidad.
Curioso en todo caso pensar cómo algo que comenzó en muchos países (como España) como una iniciativa privada, y se extendió bajo iniciativa pública, ahora vuelve al comienzo, pero con un matiz: la privada 1.0 era sin ánimo de lucro, la 2.0 claramente no...
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