Un punto de vista curioso, que yo no había leído hasta ahora, sobre los vehículos autónomos: el contrato social sobre la autoridad de los conductores de autobús, y sin el que, según la autora, no funcionaría el transporte público. Aunque por supuesto comparto la opinión de que la tecnología no es siempre buena, en este caso creo que se pasa tres pueblos. Y si no, que se lo digan a los de Lille, que lleva teniendo un metro sin conductor desde hace décadas...
The Economist nos cuenta los planes de China para una movilidad eléctrica, autónoma y compartida. Largo, pero muy recomendable lectura, y muy amenazante también para una industria automovilística europea quejosa y poco proactiva por la transición. Y por supuesto incluyen autobuses sin conductor :).
Y Lucas Davis y James Sallee se preguntan por las consecuencias fiscales (regresivas, además) de la reducción de recaudación del impuesto de hidrocarburos que supondría una mayor penetración del vehículo eléctrico. Y claro, rescatan la idea del impuesto por kilometraje que por ejemplo ya ha comentado Xavier en alguna ocasión, y lo analizan en un contexto second-best (más real por lo tanto).
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