Parece que la política universitaria española no tiene remedio. Ante una medida la mar de inteligente y razonable como la de subir las tasas para que paguen los que pueden, y estudien los que deben, los políticos y estudiantes se oponen. Es en estas circunstancias cuando se agradece la valentía política esa de la que se habla a veces (que digo yo que será un mito). A ver si al menos se racionaliza el número de universidades públicas, que ya sería algo…
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