Catherine Wolfram vuelve a la carga, cuestionando los aparentes beneficios de la electrificación rural. Y esta vez con un estudio que parece bastante sólido por detrás, aunque habrá que leerlo con cuidado. A este respecto, mi primera curiosidad sería saber qué diferencias prácticas existían entre las casas no conectadas y las conectadas. Es decir, en qué medida realmente el conectarse a la red proporcionaba más servicio energético y más bienestar. Por ejemplo, ¿y si el grupo de control se iluminaba razonablemente bien mediante linternas solares? Entonces, la conexión a red realmente aporta poco, y menos aún si las casas conectadas usaban poca electricidad, o si la calidad de servicio era mala (incluso peor que con sistemas autónomos). ¿En qué medida cambiaron sus costumbres las familias conectadas? Quizá 18 meses es demasiado poco tiempo para ver esto...
En todo caso, creo que la reflexión final es interesante: si hay que priorizar actuaciones, ¿debe ser la electrificación la primera, o mejor mejoramos la salud? Lo que pasa es que yo creo que, en materia de derechos básicos, y ahí incluyo el acceso a la energía (que no necesariamente es mejor via conexión a red), no hay prioridad que valga...
1 comentario:
Que casualidad, en los 80 yo trabajé en el norte de Kenya, en el Chalbi. Y resulta ser que cuando tenía tiempo libre visitaba una aldea Rendile que quedaba cerca del campamento. Yo diría que en un lugar así "derecho a la energía" quiere decir tener derecho a recoger madera y caca de animales para cocinar. Creo que he mencionado que tener electricidad para un puesto con un enfermero donde puedan tener medicinas y lámparas es importante. Y por supuesto el cuartel de la policia debe tener electricidad.
Esos investigadores tienen una idea un poco romántica de la vida en esos lugares. Ahí la gente vive en chozas, y no es razonable esperar que un niño estudie de noche cuando el resto de la familia necesita dormir. Ademas los niños tienen que ayudar cargando agua, pastoreando animales y recogiendo combustible para cocinar. No olviden que estamos hablando de lugares donde no tienen lápiz y papel, las lecciones las escriben en un pizarrón, las borran, y siguen así. Y nunca vi uno con un libro. Puede ser que eso haya cambiado, pero esas sociedades están un poco estancadas en el tiempo.
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