Como continuación de una entrada que dio mucho que hablar, me ha parecido muy recomendable la lectura de este artículo de Catherine Waddams, buena economista de la energía, en el que responde a la tontería (muy habitual, por otra parte, entre políticos de todos los países) de limitar los precios de la energía.
Catherine defiende que lo mejor que pueden hacer los políticos es asegurarnos un mercado verdaderamente competitivo en el suministro de energía (por supuesto acompañado de políticas contra la pobreza energética). Y, curiosamente, defiende una subasta para suministrar a los clientes vulnerables, justo eso que se cargó el anterior ministro por considerarlo sospechoso de falta de competencia. Y es que claro, si tenemos un mercado del que no nos fiamos (no hay más que leer algunas noticias recientes al respecto de la semana pasada), difícilmente vamos a encontrar ninguna buena solución...
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