Creo que todo el mundo está de acuerdo en que la innovación tecnológica es fundamental para esa revolución necesaria en el aspecto climático y energético. Pero lo que no está tan claro es cómo conseguirla. No está por ejemplo muy claro que el enfoque tradicional de financiación de la investigación pública sea capaz de conseguir los frutos deseados en el plazo necesario. Por eso quizá debamos a empezar a pensar en enfoques alternativos, incluyendo entre otras cosas elementos de competencia hasta ahora no utilizados en el sector público, y sí en el sector privado. Por ejemplo, ¿no deberíamos plantear concursos entre los centros de investigación, públicos y privados, sobre productos finales? Al que consiga una bombilla supereficiente, le pagamos una pasta (así no tiene que depender tanto de los royalties, de la difusión, etc.). Al que desarrolle una batería de alta capacidad, ligera y barata, otra pasta. Seguro que es mucho más eficiente desde el punto de vista del presupuesto público que andar subvencionando CFLs, o coches eléctricos en su estado actual, y estoy seguro de que además sería más eficaz para lograr los avances necesarios. ¿Qué tal suena la idea? Encantado de recibir comentarios, por supuesto.
1 comentario:
Sin tener mucha idea sobre el particular, las pegas que le vería serían:
- Si sólo se paga al ganador, investigar es muy arriesgado porque es un juego de todo o nada y se tendería a la especialización de la investigación en unos pocos centros. Pero eficiente sería.
-Por otra parte, el hecho de decidir qué es lo que hay que desarrollar desde el sector público quizá es arriesgado porque se pueden equivocar. Esto es común a las subvenciones tb.
Pero lo digo un poco a la ligera, no controlo del tema.
Indi
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