Yo, como creo que he dicho en alguna ocasión, soy partidario de eliminar los departamentos en la universidad. Creo que son estructuras anticuadas, y que debemos sustituirlas con los centros de investigación y los programas docentes. Porque ahí es donde realmente los profesores universitarios hacen su labor, investigando y participando en programas.
Pero en este artículo hacen un argumento bastante convincente (aunque indirecto) a favor de los departamentos, que compro parcialmente: aquí se defienden los departamentos como instrumento para mantener la excelencia en una disciplina. Y es cierto que el excesivo énfasis en la transversalidad y la interdisciplinariedad puede hacer perder profundidad.
Pero, como creo que viene a decir el autor al final, eso no debería depender de las estructuras administrativas. Dice que el problema no es tanto que la gente esté separada por disciplinas, sino que está separada por centros de coste que hacen difícil colaborar. ¿Son los departamentos estructuras que promueven la colaboración desde una base de excelencia sólida, o más bien centros de coste que aíslan? Yo creo que más bien lo segundo. Podemos mantener la excelencia sin los departamentos.
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