Cuando calculamos la huella de carbono de la universidad, el aspecto más preocupante (aunque no incluido habitualmente) era la huella de la movilidad de los alumnos, y en menor medida, de los profesores. Por eso, una verdadera estrategia de sostenibilidad debería tratar esta cuestión. En esta web que me envía Manel Ferri se recopilan
buenas prácticas de movilidad en universidades.
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