Ya dicen que la virtud está en el término medio....y ya vemos que en esta época tenemos demasiada información, que nos hace más ocupados, pero menos productivos. Lo mismo sucede con la comunicación en las empresas. Cuando hay demasiada facilidad para comunicarse, el resultado es que muchas veces estamos atendiendo a demandas de atención superfluas, que nos impiden trabajar mejor. Cal Newport nos ilustra cómo, en muchos casos, es deseable restringir la comunicación para hacer las empresas más efectivas. En el fondo, muy relacionado con la idea de que, si tuviéramos que pagar por cada e-mail que enviamos, seguro que funcionaríamos mucho mejor.
Gracias a Mario por la pista.
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