lunes, 31 de octubre de 2016
Las venas (de gas) de Rusia
Cortesía de Checa, un análisis muy concienzudo de los gasoductos que conectan los yacimientos de gas rusos con sus clientes, y que ayudan a entender parte del juego geopolítico relacionado.
viernes, 28 de octubre de 2016
Décimo aniversario de Brain Pickings
Este finde os dejo con las 10 lecciones que ha preparado Maria Popova para celebrar el décimo aniversario de Brain Pickings.
Y, por si queréis profundizar algo más en la 6, Leo Babauta nos da justamente 6 maneras de hacerlo. Leo también tiene una entrevista en la que reflexiona sobre el cuarto punto, la necesidad de controlar los tiempos.
Y este (estupendo, en mi opinión) artículo incide sobre muchos de ellos.
Buen fin de semana,
Y, por si queréis profundizar algo más en la 6, Leo Babauta nos da justamente 6 maneras de hacerlo. Leo también tiene una entrevista en la que reflexiona sobre el cuarto punto, la necesidad de controlar los tiempos.
Y este (estupendo, en mi opinión) artículo incide sobre muchos de ellos.
Buen fin de semana,
¿Por qué no hay un impuesto al carbono?
Tyler Cowen reflexiona sobre la economía política de esta cuestión (en EEUU, aunque la discusión no es tan distinta en Europa), concluyendo que lo ve muy complicado (otra cosa parece ser su uso a nivel interno, y voluntario, claro, en las empresas).
Y lo malo es que, si seguimos así, aunque efectivamente a corto plazo posiblemente no haya que entrar en la histeria (bueno, esto con matices), a largo plazo la cosa puede ponerse muy chunga, sobre todo en algunas regiones. ¿Qué hacemos? ¿Mercados de emisiones, con sus posibles problemas de equidad? ¿Lo fiamos todo a la tecnología, aunque en algunos campos no avanza tan rápido como nos gustaría?¿Volvemos a la política industrial? ¿Cerramos el carbón? Porque los esquemas voluntarios no tienen pinta de llevarnos tan lejos como nos gustaría...
Sí, ya sé que hay que tratar de ser más positivo (y normalmente yo lo soy), pero a ver si va a tener razón Santi y nos vamos a ir al carajo....:)
Y lo malo es que, si seguimos así, aunque efectivamente a corto plazo posiblemente no haya que entrar en la histeria (bueno, esto con matices), a largo plazo la cosa puede ponerse muy chunga, sobre todo en algunas regiones. ¿Qué hacemos? ¿Mercados de emisiones, con sus posibles problemas de equidad? ¿Lo fiamos todo a la tecnología, aunque en algunos campos no avanza tan rápido como nos gustaría?¿Volvemos a la política industrial? ¿Cerramos el carbón? Porque los esquemas voluntarios no tienen pinta de llevarnos tan lejos como nos gustaría...
Sí, ya sé que hay que tratar de ser más positivo (y normalmente yo lo soy), pero a ver si va a tener razón Santi y nos vamos a ir al carajo....:)
jueves, 27 de octubre de 2016
Ciudades sostenibles
Ayer tuvimos la suerte de contar en Comillas con Gary Gardner, del Worldwatch Institute, que presentó el último informe de este think-tank, Ciudades Sostenibles. Fue una charla y debate posterior apasionantes, en la que salieron múltiples temas: tecnológicos, ambientales, de gobernanza, desigualdad, de comportamientos ejemplares y otros no tanto...en fin, todas las cuestiones que me parecen centrales en esa transición social-ecológica-económica que estamos viviendo...
Y es que, como decimos muchos, incluido Gardner (también el DG de IRENA, que acaba de publicar este informe al respecto) las ciudades son gran parte del problema, pero también de la solución, en la lucha contra muchos de los problemas de la humanidad (innovación, incluidos los relacionados con energía, medio ambiente y contaminación. A nivel global, las ciudades consumen el 65% de la energía, y emiten el 70% de las emisiones de CO2 (además de un gran porcentaje de las partículas contaminantes). En España, si sumamos el consumo residencial y terciario (que tiene lugar sobre todo en ciudades) y un porcentaje significativo del transporte por carretera, nos plantamos tranquilamente en al menos un 50% del consumo de energía, y no digamos de emisiones de CO2.
Dado que además las ciudades tienen muchos instrumentos para reducir la demanda de movilidad (que es una de las claves para que este sector reduzca emisiones), está muy claro que en estos entornos geográficos nos jugamos mucho, y que por tanto todos los estudios como el del Worldwatch o algunos otros que están en marcha actualmente tienen mucho que aportar. Y que este tema desde luego da para muchos debates como el de ayer.
Y es que, como decimos muchos, incluido Gardner (también el DG de IRENA, que acaba de publicar este informe al respecto) las ciudades son gran parte del problema, pero también de la solución, en la lucha contra muchos de los problemas de la humanidad (innovación, incluidos los relacionados con energía, medio ambiente y contaminación. A nivel global, las ciudades consumen el 65% de la energía, y emiten el 70% de las emisiones de CO2 (además de un gran porcentaje de las partículas contaminantes). En España, si sumamos el consumo residencial y terciario (que tiene lugar sobre todo en ciudades) y un porcentaje significativo del transporte por carretera, nos plantamos tranquilamente en al menos un 50% del consumo de energía, y no digamos de emisiones de CO2.
Dado que además las ciudades tienen muchos instrumentos para reducir la demanda de movilidad (que es una de las claves para que este sector reduzca emisiones), está muy claro que en estos entornos geográficos nos jugamos mucho, y que por tanto todos los estudios como el del Worldwatch o algunos otros que están en marcha actualmente tienen mucho que aportar. Y que este tema desde luego da para muchos debates como el de ayer.
miércoles, 26 de octubre de 2016
Y después de las bombillas, los aires acondicionados
Otro cacharro cuyo uso está en cuestión...(este no he tenido que cambiarlo, porque en casa nunca lo tuve...). No tanto por sus emisiones de HFC (que también), sino por su consumo en energía. Lo que pasa es que habrá algunas zonas donde seguramente, si el cambio climático sigue avanzando, será la única forma de sobrevivir al verano, por mucha arquitectura bioclimática que usemos...
martes, 25 de octubre de 2016
Empleo público vs empleo privado
Una entrada corta pero con mucho para pensar de Guiller Dorronsoro. Eso sí, igual que me pasaba con Gordon, comparto la explicación de lo que pasa pero no necesariamente la predicción (estoy con Santi en que hay mucho blablabla sobre lo que moverá a la economía del futuro...por mucho que lo diga Pallete :)
lunes, 24 de octubre de 2016
Tira ya tus bombillas incandescentes!
Severin Borenstein nos demuestra que no hay ninguna razón ya para conservarlas, y eso que utiliza un precio de la electricidad inferior al nuestro:
- en poco más de un año se ahorra la inversión de las LED que las sustituyen
- o, dicho de otra manera, mantener las incandescentes nos cuesta dinero todos los días que lo hagamos.
¿A qué esperáis? Yo ya hice el cambio hace un par de años...
- en poco más de un año se ahorra la inversión de las LED que las sustituyen
- o, dicho de otra manera, mantener las incandescentes nos cuesta dinero todos los días que lo hagamos.
¿A qué esperáis? Yo ya hice el cambio hace un par de años...
viernes, 21 de octubre de 2016
Seguro que avanzamos hacia el consenso energético?
Una entrada un poco crítica, resultado de una frustración creciente, porque en el fondo este tema ya lo comentaba yo en mi tesis doctoral (en el 98!!!!), y también el curso pasado. Ayer asistí a la jornada sobre Transición Energética organizada por Energía y Sociedad, y salí como digo con cierto sentimiento de frustración.
Porque ayer, sentado escuchando las charlas (y luego compartiendo algunas reflexiones con algunos asistentes), me preguntaba (nos preguntábamos): ¿Qué sentido tienen estas jornadas, tan habituales en España (y por supuesto reconozco mi responsabilidad personal también en ello, ni mucho menos es justo concentrar la crítica en la jornada de ayer), en las que sentamos en la misma mesa a defensores de distintas tecnologías de producción de energía, para que cada cual cuente su película, y nos cuente las virtudes de lo que vende? ¿Sirve esto para algo, de verdad, más que para que cada cual se escuche a sí mismo? Más aún si, como ayer, casi todo está centrado en el sector eléctrico, que es sólo uno de los vectores de suministro de energía. Si de verdad queremos avanzar hacia un consenso, ¿no deberíamos dar un paso más, y hablar de fines y no de medios, con espíritu constructivo y de consenso?
Porque hablar de la transición no consiste en elegir entre carbón o nuclear, renovables o gas, sino en discutir cuánto queremos pagar por la energía, cómo de seguro queremos que sea nuestro suministro, y cuáles son los problemas ambientales que queremos solucionar. Y de buscar la combinación de estos fines, de estos objetivos, que mejor nos satisfaga a todos. Las tecnologías son sólo medios para ello.
Por supuesto, los representantes de las tecnologías (y aquí por supuesto incluyo también a las empresas eléctricas o petroleras) deben participar en la discusión, aportando datos, pero es difícil que sean capaces de quitarse el sombrero de los intereses que defienden y tener una visión más de conjunto. Entiéndase bien, no digo que sean malvados, ni mucho menos. Es perfectamente legítimo que defiendan sus intereses. Pero lo que no es necesariamente legítimo es que sean ellos los que dirijan o centralicen la discusión, o que los que organizamos jornadas de discusión conformemos mesas de este tipo.
Mientras lo sigamos haciendo así, difícilmente vamos a poder avanzar. Creo que tenemos que cambiar el chip, y pasar a otro nivel, en el que los consumidores de energía (industriales, domésticos, etc.), los sufridores de sus impactos, y en general la sociedad, sean los que debatan sobre los fines, por supuesto con buena información acerca de los medios.
Y mientras no arreglemos esto, seguiremos haciendo perder el tiempo a todos (y eran muchos) los que asisten a este tipo de eventos y escuchan una y otra vez el mismo discurso de parte.
NOTA: He de decir que me perdí la última parte de la jornada, en la que sí que se habló algo de fines, pero de forma limitada: sólo se habló de competitividad, cuando eso es sólo uno de los objetivos de una política energética.
Porque ayer, sentado escuchando las charlas (y luego compartiendo algunas reflexiones con algunos asistentes), me preguntaba (nos preguntábamos): ¿Qué sentido tienen estas jornadas, tan habituales en España (y por supuesto reconozco mi responsabilidad personal también en ello, ni mucho menos es justo concentrar la crítica en la jornada de ayer), en las que sentamos en la misma mesa a defensores de distintas tecnologías de producción de energía, para que cada cual cuente su película, y nos cuente las virtudes de lo que vende? ¿Sirve esto para algo, de verdad, más que para que cada cual se escuche a sí mismo? Más aún si, como ayer, casi todo está centrado en el sector eléctrico, que es sólo uno de los vectores de suministro de energía. Si de verdad queremos avanzar hacia un consenso, ¿no deberíamos dar un paso más, y hablar de fines y no de medios, con espíritu constructivo y de consenso?
Porque hablar de la transición no consiste en elegir entre carbón o nuclear, renovables o gas, sino en discutir cuánto queremos pagar por la energía, cómo de seguro queremos que sea nuestro suministro, y cuáles son los problemas ambientales que queremos solucionar. Y de buscar la combinación de estos fines, de estos objetivos, que mejor nos satisfaga a todos. Las tecnologías son sólo medios para ello.
Por supuesto, los representantes de las tecnologías (y aquí por supuesto incluyo también a las empresas eléctricas o petroleras) deben participar en la discusión, aportando datos, pero es difícil que sean capaces de quitarse el sombrero de los intereses que defienden y tener una visión más de conjunto. Entiéndase bien, no digo que sean malvados, ni mucho menos. Es perfectamente legítimo que defiendan sus intereses. Pero lo que no es necesariamente legítimo es que sean ellos los que dirijan o centralicen la discusión, o que los que organizamos jornadas de discusión conformemos mesas de este tipo.
Mientras lo sigamos haciendo así, difícilmente vamos a poder avanzar. Creo que tenemos que cambiar el chip, y pasar a otro nivel, en el que los consumidores de energía (industriales, domésticos, etc.), los sufridores de sus impactos, y en general la sociedad, sean los que debatan sobre los fines, por supuesto con buena información acerca de los medios.
Y mientras no arreglemos esto, seguiremos haciendo perder el tiempo a todos (y eran muchos) los que asisten a este tipo de eventos y escuchan una y otra vez el mismo discurso de parte.
NOTA: He de decir que me perdí la última parte de la jornada, en la que sí que se habló algo de fines, pero de forma limitada: sólo se habló de competitividad, cuando eso es sólo uno de los objetivos de una política energética.
jueves, 20 de octubre de 2016
Cuando la aversión al riesgo no está justificada...y los aseguradores se forran con nosotros
Por si a alguno le viene bien que le recuerden las tonterías que hacemos muchos al contratar seguros innecesarios, Tim Harford lo explica estupendamente, como siempre.
miércoles, 19 de octubre de 2016
El cambio climático, en comic
Una viñeta que se ha hecho viral recientemente, y que muestra muy bien la magnitud y rapidez del
cambio climático (y que a lo mejor no será tan exagerada como han dicho últimamente, pero que en cualquier caso ya está haciendo que los inversores, incluso los menos sospechosos de activismo ambiental, se preocupen por el asunto, y que sea necesario tratar de mejorar los modelos que nos permiten evaluar las posibles consecuencias del cambio climático.
martes, 18 de octubre de 2016
El inglés en la universidad
En Holanda está
teniendo lugar (también en otros sitios) un debate muy interesante sobre el interés de utilizar el inglés
como sustituto de la lengua nacional en la docencia, sobre todo en el grado.
Hans de Wit plantea muy bien la cuestión.
lunes, 17 de octubre de 2016
Más sobre encuestas de profesores
Un nuevo estudio dice que las encuestas de satisfacción
con el profesorado no sirven en absoluto para explicar el aprendizaje de los
alumnos, o dicho en otros términos, que los resultados de las encuestas y los
resultados de aprendizaje no están en absoluto correlados. A mí, la verdad, me
cuesta creerlo (aunque si lo dicen los números…). Me cuesta pensar que los
alumnos sean tan poco inteligentes y tan llenos de prejuicios como para no ser
capaces de valorar la contribución que un profesor ha podido hacer a que
entiendan mejor una materia, o a que tengan más interés por ella. Otra cosa,
por supuesto, es que las encuestas de satisfacción no pregunten por estas
cosas, no dándoles oportunidad de manifestarlas. Y también reconozco que a
veces las encuestas se convierten en voto-protesta (aunque eso ya quiere decir
algo sobre la calidad del profesor). Finalmente, y por supuesto, estoy de
acuerdo (ya lo he dicho antes) con lo que se dice en el artículo de que las
encuestas no pueden ser el único elemento de valoración de la calidad del
profesor: hacen falta valoraciones por otros profesores y otros indicadores.
Pero no estoy de acuerdo en que no tengan ningún valor.
Otra cuestión,
muy relacionada, es si más allá de su calidad, el profesor sirve para algo (en la línea de lo que dice Mitra, yo
creo que sí, aunque sólo sea para ayudar y facilitar el aprendizaje, y espero
que nadie piense que estoy capturado por intereses corporativos J), o si realmente la educación no es más que una señal (algo con muchos visos de ser así en el
ámbito universitario, creo yo).
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