Esto seguro que ya lo sabe mucha gente, pero yo reconozco que me acabo de enterar, al terminar de leer
Gaia. Resulta que, en el momento en que Lovelock
expresó su apoyo a la energía nuclear, muchos lo vendieron como "un ecologista cambia de bando". Supongo que así se venden más periódicos, como siempre, y que así también se da más fuerza a su opinión...Pero lo cierto es que, si uno lee Gaia, se da cuenta de que Lovelock nunca fue ecologista (tal como entendemos habitualmente la definición). Dice que hace falta el estímulo emocional de los ecologistas, pero que hay que tener cuidado para no sobrereaccionar, que no hay que dejar que el pánico nos lleve a imponer regulaciones injustificadas y prematuras que luego nos cuesten demasiado. De hecho, dice que ha habido un impacto negativo sobre el crecimiento por las políticas ambientales, no sólo por los gastos de las empresas sino por el desvío de dinero de I+D a mejoras medioambientales en vez de a investigaciones en progreso tecnológico real (sería interesante comprobar esto, lo difícil es establecer el escenario de referencia...). Otra muestra de su posición:
Environmental politics is a lush new pasture for demagogues and therefore an increasing source of anxiety for responsible governments and industries.
En realidad lo que parece es que Lovelock es un tecnólogo:
A more promising solution to the problems we have created for ourselves is that of the alternative, or appropriate, technology movement. Here there is an honest recognition of our dependence on technology and an attempt to select only those parts of it which are seemly and moderate in their demands of planetary resources.
Por lo tanto, su posición ante la energía nuclear, bien argumentada, es perfectamente comprensible. Yo tengo que decir que comparto bastantes de los puntos de Lovelock, en el sentido de que muchas veces el movimiento ecologista, aunque útil, es peligroso si se le sigue al pie de la letra, y de que gran parte de las soluciones vendrán de la tecnología. Por supuesto, creo que también debe haber cambios de comportamiento, que él no contempla, y que la regulación tiene un papel importante que jugar para ello. Pero todo este tema hace reflexionar sobre algo que el mismo Lovelock comenta: los medios de comunicación son peligrosos por su necesidad de exageración. Las exageraciones venden en política, pero no son buena ciencia...Un resumen muy bueno de las exageraciones e incoherencias de los políticos, aplicado como en lo de Lovelock a la energía nuclear, es este
artículo de Sánchez Ron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario