Es interesante ver cómo un debate que, en mi opinión debería estar bastante claro sobre cómo combatir la pobreza energética se empieza a complicar cuando aparecen los intereses de los distintos agentes implicados en la transición. Como ya hemos dicho en alguna ocasión, hay dos formas fundamentales de combatir la pobreza energética:
- Hacer aportaciones a la renta de las familias vulnerables (cheque energético)
- Y dirigir preferentemente a ellas las actuaciones en materia de eficiencia energética (rehabilitación, pero también cambio de equipos por otros más eficientes).
A partir de ahí, las distintas opciones tecnológicas deberían pelear entre sí sin que nadie las utilice la pobreza energética como excusa. Sobre todo, si no hay estudios rigurosos que lo avalen. La discusión entre hidrógeno y bomba de calor, que como se ve en los comentarios llega incluso a ataques personales, me recuerda a la que hay sobre el autoconsumo como herramienta fundamental contra la pobreza (y que siempre he dicho que no tiene ningún sentido).
Lo malo es que, como siempre, los que pierden son los vulnerables.
Gracias a Checa por la pista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario