lunes, 16 de septiembre de 2019

¿Es la verguenza la estrategia apropiada contra el cambio climático?

Y otra vuelta más sobre lo de la conferencia de Londres de hace unos días. Decía que una sesión interesante fue la que hablaba de confianza como la que la gente tiene en Sir David Attenborough. Y que, en cambio, no parecía que Greta Thunberg (cuyo caso defiende aquí Max Aufhammer) lograra el mismo efecto. Una posible explicación es que, aunque vendan muchos titulares, no nos gusten mucho los mensajes agoreros, y que el avergonzarnos no es la opción correcta.

ADD: Y parece que lo de "emergencia climática" también tiene sus problemas...

3 comentarios:

Mónica Díaz-Otero dijo...

Hola Pedro,

¿Y cómo hacemos para evitar la indiferencia ante el colapso del clima que se deriva de los escenarios del IPCC? Mi hijo de 8 años está preocupado por el cambio climático, algo que sólo mínimamente alcanza a comprender, pero ya es una señal de alarma el que los adultos "policymakers", encargados de tomar decisiones que afectan al interés común, miren para otro lado ante la aplastante evidencia científica y la premura de tiempo.
Me gustaría no creer el libro de Wallace, "The inhabitable earth: Life after warming" pero el futuro es lúgubre y deberíamos encontrar maneras de organizarnos y adaptarnos pacíficamente al cambio, antes de que los acontecimientos nos obliguen y el caos no es una buena palanca.
Lo único que cuenta es lo rápido que actuemos...¿quién lidera?

Pedro Linares dijo...

Gracias, Mónica. Justo el viernes pasado, en Diálogos de Energía y Sostenibilidad, estuvimos hablando de esta cuestión. Es difícil trasladar mensajes creíbles de esperanza en estos tiempos. Pero además, y ahí creo que hay una cuestión importante, hay que explicar bien que la actuación tiene costes que debemos asumir. Y eso ningún político está dispuesto a contarlo...Más la semana que viene cuando esté disponible el resumen de DES :)

Mónica Díaz-Otero dijo...

¡Buenos días!Creo que más vale que se saque del cajón el informe Stern (más mediático) o los estudios de Weitzman, porque los costes de la inacción son aún mayores. Pero,¿acaso los políticos cortoplacistas, quieren escucharlo? Sólo si la adaptación la exige la propia ciudadanía, necesitamos que los mensajes de la ciencia se escuchen a pie de calle.
La esperanza, tiene que venir de la conexión entre todos los humanos: aunque no estamos igualmente afectados por el cambio climático, los desastres naturales ya están azotando al mundo rico en gran medida, la toma de conciencia viene por los hechos. No se trata de lanzar mensajes de retroceso en nuestra forma de vida, sino de organizar mejor los recursos y aprovechar la tecnología, intercambiar mejores prácticas en un mundo "sin fornteras" para el clima...Pena haberme perdido esos diálogos :)