jueves, 27 de julio de 2017

El futuro del gas

Una de las cuestiones más interesantes para los que nos dedicamos a esto de la prospectiva energética es el papel que jugará el gas en los próximos años. ¿Será el puente que nos llevará a través de la transición? ¿Se desinflará antes por el empuje de las renovables? El que ni siquiera Bloomberg New Energy Finance sea capaz de aclararse (véase este artículo del 3 de julio y este del 18) es un buen indicador de lo complicado que es entender el futuro en este asunto.

En los análisis que estamos haciendo, y que esperamos publicar en el otoño, este es uno de los temas más complejos, porque depende de varias cuestiones:
- primero, claro, del crecimiento de la demanda;
- del nivel de electrificación de la economía (incluido por supuesto el coche eléctrico);
- de la competencia con las renovables en el sector eléctrico (y del potencial de las renovables);
- y, finalmente, el factor que nos resulta más complejo a todos de entender, pero que va a ser el crítico, sobre todo a largo plazo, es el uso de la energía en la industria, sobre todo de la energía térmica para procesos industriales. Si abandonamos el carbón, parecería que el gas tiene el terreno libre para "conquistar" este sector...pero, ¿y si el límite de emisiones nos impide usar gas?¿cuáles son las alternativas? Ese es precisamente un campo en el que queremos trabajar mucho más en los próximos meses en el IIT: el consumo de energía en la industria.

Nota: Por supuesto, en todos estos análisis, y sobre todo a 2030-2040, no tenemos en cuenta el papel del CCS, que, si llegara a existir, podría ampliar la vida del gas (o a lo mejor no, porque podría incluso hacer más competitivo de nuevo al carbón...). Pero es que no tiene mucha pinta, la verdad...

5 comentarios:

Fernando Leanme dijo...

1. Un tema crítico que dejas abierto es la reservas de gas. Esto es un error, pues la evolución futura de los precios será al alza. También necesitarás considerar seguridad. Y no olvides que los chinos están construyendo líneas gigantes para llevar gas de Turkmenistán hasta el centro de China. Si miras esto a largo plazo el tema es dificilísimo pues tiene muchas variables. Sin embargo si ignoras los recursos de gas natural a nivel mundial el trabajo no tendrá buen resultado. Lo más sensato sería hacer todo bajo tres escenarios de recursos, y amarrar precios a esos recursos para pasarlos a reservas. Y no olvides que las empresas petroleras no están interesadas en que el volumen de gas sea público. En un par de casos los gerentes de esas empresas no están muy al tanto porque su staff los engaña. Y lo sé porque he tenido que revisar cifras de reservas y tengo una perspectiva de más de 40 años sobre el tema.


2. Él CCS no es práctico. Yo trabajé en eso por un par de años, con un presupuesto de más de un millón de dólares, enfocado estrictamente en captura parcial del CO2 de una planta que supuestamente utilizaría gas natural en cogen. La tecnología que parece más factible es un gasifier con aire enriquecido. No es práctico. Es más factible subsidiar una planta de vapor súper crítico en India para quemar carbón Australiano.

Pedro Linares dijo...

Muchas gracias, Fernando. Los dos comentarios son muy acertados.
- Lo de las reservas: nosotros estamos mirando sólo a España, por lo que más que las reservas, lo que nos preocupa es el impacto en el precio. Y efectivamente ahí puede haber muchas variables en juego. Pero a largo plazo, para Europa al menos, el gas no juega en un escenario de descarbonización casi total, por lo que no nos preocupa demasiado si habrá gas entonces o no. Otra cosa, por supuesto, es el papel del gas en el contexto global, en el que las reservas como bien dices pueden ser muy importantes.
- Totalmente de acuerdo con lo del CCS. Pero es bueno siempre ver cuál podría ser su papel, aunque sólo sea para entender cómo de lejos estamos del objetivo de descarbonización.

Julián Barquín dijo...

Casi todos los escenarios de largo plazo en los que el incremento permanece por debajo de 3K requieren de emisiones negativas comenzando hacia 2040-2050, es decir CCS. Esto puede ser biomasa +CCS o incluso, más especulativo pero quizá más probable, captura directa. En fin, que no importa lo decepcionante que sea ahora, más vale que tengamos para entonces la tecnología disponible, mucho me temo.

Cristóbal J. Gallego dijo...

Muy de acuerdo en los cuatro puntos que señalas. Personalmente, el tercero es el que me parece más conflictivo, "de la competencia con las renovables en el sector eléctrico (y del potencial de las renovables)". A día de hoy, las posibles barreras a un despliegue masivo de eólica y fotovoltaica no parecen tener que ver con su competitividad económica o su potencial de generación. Más bien con el problema de su intermitencia, y de la aproximación técnica que se haga al problema. Tradicionalmente y hasta la fecha, la seguridad de suministro se ha "medido" en términos de potencia firme, debiéndo esta superar siempre la demanda pico. Este criterio, que garantiza en las próximas décadas la necesidad de centrales térmicas convencionales, podría ser innecesariamente conservador, suponiendo una barrera ficticia a la transición energética. En este sentido, los estudios más recientes sobre sistemas eléctricos con alta penetración renovable abordan la seguridad de suministro planteando el problema desde otra óptica: la de encontrar el óptimo entre diversos factores más o menos viables en el futuro cercano (la cantidad de reservas basadas en centrales de bombeo, baterías, interconexiones, gestión de la demanda, etc.) que garanticen el encaje entre generación y consumo en todo momento. Por tanto, la transición podría estar condicionada por nuestra disposición y habilidad para abordar la seguridad de suministro con nuevos criterios que, sin ser menos efectivos, se adaptan mejor a los problemas que debemos afrontar.

Pedro Linares dijo...

Hola Cristóbal. Gracias por tu comentario, y bienvenido al blog. Tienes razón que el cómo se pueda gestionar la intermitencia de las renovables es una de las claves que definirán su contribución al sistema. Y estoy totalmente de acuerdo en que la forma en la que se ha evaluado hasta ahora es quizá demasiado conservadora, porque estaba pensada para otro tipo de sistema. Como bien apuntas, por una parte hay que explorar mejor la gestionabilidad de la demanda, y también, a lo mejor, y como justo hablaba el otro día con David Newbery, a lo mejor hay que cambiar radicalmente la forma en la que se utiliza la hidráulica regulable y el bombeo, sobre todo en un sistema en el que los precios no son totalmente libres para dar las señales de operación que necesitamos. En algunos estudios que estamos actualmente haciendo sí analizamos el potencial de las interconexiones, bombeos, o gestión de la demanda para hacer esto (y desgraciadamente vemos que tienen bastantes limitaciones, más de las que nos gustarían). Lo de la hidráulica esperamos poder hacerlo pronto. Y eso, claro, hablando de 2030. Para 2050 quizá haya otras alternativas que ni siquiera imaginamos. En todo caso, espero que en estos próximos meses podamos hablar de estas cosas con tranquilidad :).