Un buen y breve tutorial de Max Aufhammer sobre cómo los costes de un producto bajan no al fabricarse más (learning by doing) sino al usarse más. Esto afecta por ejemplo al mantenimiento de máquinas, o a su rendimiento en determinadas condiciones. El caso es que esto puede aplicarse a la eficiencia energética: puede modificarse el patrón de uso de determinados equipos para que ahorren más energía en función de las circunstancias. También puede aplicarse al mejor conocimiento de lo que puede ofrecer un equipo, para con ello animar a comprarlo o instalarlo (por ejemplo, viendo ese termostato tan chulo que tienen los vecinos).
Relacionado con esto, Ana tiene una entrada en la que comenta el paper de Gillingham y Palmer que menciona Max.
Y también relacionado: esta prioridad por la eficiencia también ha llegado al World Energy Council.
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