Obama parece estar preparando la única regulación de emisiones de CO2 a la que tiene acceso (sin pasar por el Congreso o el Senado): estándares de emisión de CO2 para las centrales que utilizan combustibles fósiles.
Yo en clase siempre cuento que los estándares son bastante ineficientes, a pesar de su gran popularidad. Por tanto, no se puede decir que esto vaya a ser una buena medida. Puede que sí reduzca emisiones de CO2, pero seguramente lo hará a un coste mucho mayor que si se utilizara un impuesto o un mercado de emisiones. Hay que recordar que el CO2 no es como el SO2 o el NOx, que se pueden eliminar a un coste más o menos razonable. La única manera de reducir el CO2 es no operar la central, al menos, mientras los sistemas de captura y secuestro de carbono no tengan un coste aceptable. Así que, en el fondo, unos estándares de CO2 serían lo mismo que restringir el número de horas que funcionaría una central, y por tanto los beneficios de los dueños. Pero sin dar señales fuertes de eficiencia, y sin traducirse en mayores precios de la electricidad.
A lo mejor esto último es lo atractivo para Obama, al igual que para muchos otros políticos, que prefieren los estándares por esta "cualidad" de ocultar los costes de la regulación. Pero también podría ser que, una vez fijados los estándares, se apruebe a continuación la posibilidad de intercambiarlos. Entonces ya tenemos un sistema de cuotas negociables, o lo que es lo mismo, un mercado de emisiones. Sí, justo eso que no quiso aprobar el Congreso. ¿Sería posible llegar a él por otra vía?
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