Ignacio Pérez Arriaga siempre argumenta que la liberalización de los mercados eléctricos puede hacer que la operación de las nucleares sea menos segura: cuando el incentivo a ganar mucha pasta (como el que existe en un mercado marginalista para las nucleares) es grande, los operadores podrían tomar riesgos excesivos. La idea tiene sentido, claro, sobre todo si uno no se fía demasiado de los mecanismos de control. Bueno, pues parece que la cosa no está tan clara: puede ser que la seguridad no baje, según dicen Wolfram y Davis. Aunque sólo están mirando una medida de seguridad, y lo interesante sería mirar los incidentes no reportados (cosa algo difícil), es un resultado interesante.
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