Stavins y Schmalensee unen fuerzas en esta columna para defender los instrumentos de mercado frente a otras alternativas más populares:
Conventional approaches advanced as “painless alternatives’’ — a plethora of standards, special-interest technology subsidies, and tax breaks — won’t do the job, and will be unnecessarily expensive. While we are struggling to revitalize the economy, we simply cannot afford to turn our backs on markets and impose unnecessary costs on businesses and consumers.
Es cierto que a veces el second-best hace necesario acudir a otros instrumentos complementarios, pero una señal de precio es siempre fundamental. Lo malo es que, con este tema, uno siempre tiene la sensación de estar predicando en el desierto…
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