Georg Zachmann y Simone Tagliapietra defienden que la única forma de luchar contra la crisis energética de este invierno, que advierten puede ser muy dura (con problemas de suministro incluidos), es empezar desde ya a promover la eficiencia energética en los hogares, y la gestión de la demanda en la industria.
Es cierto que el ahorro siempre es una buena forma de responder a los precios altos, es de hecho la única respuesta por parte de los consumidores. Y que quizá esta crisis, igual que las sequías en el caso del agua, pueda darle un buen empujón al cambio de hábitos necesario. Habrá que ver si somos capaces de responder así de rápido.
Pero, sobre todo, hay que recordar que esto no es una alternativa a la protección a los consumidores vulnerables, que muchas veces no pueden ahorrar porque ya están consumiendo lo mínimo. Por lo tanto, habrá que combinar ambas medidas.
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