viernes, 9 de noviembre de 2018

Prosperity without growth, de Tim Jackson

No tengo claro si recomendar este libro o no (ya adelanto que más bien no). Por un lado, el libro está bien escrito, y las cosas que dice son razonablemente sensatas: el sistema económico actual tiene muchos problemas, en particular desde el punto de vista de la desigualdad y del impacto ambiental. Y esto hay que arreglarlo. En cierta manera, este libro fue de los primeros en los que se formuló claramente esta cuestión, aunque por otra parte incluso ya a estas alturas era "conocimiento común". Como un ejemplo de lo común que era, un mindundi como yo hablaba de estos mismos temas siempre en mi curso de Sustainable Development (que comenzó en 2006-07), tal como resumí en esta publicación de 2012.

Pero como digo, está bien escrito, y es bastante sensato (como cuando confirma que el paradigma del crecimiento económico no debe ser abandonado totalmente, en particular en los países más pobres). La cuestión es si, a estas alturas, dado que fue publicado en 2009, vale la pena leerlo. Y por varias razones:

- Como digo, si ya era conocimiento común en 2009, mucho más ahora (Laudato Si es otro ejemplo de formulación de las mismas ideas). Además, el libro se apoya mucho (demasiado, para mi gusto) en la crisis económica del 2008, que evidentemente ya pasó en gran medida. Y no creo que haga falta la crisis para defender el argumento principal.
- El libro es bastante reiterativo: Básicamente, las mismas ideas se repiten capítulo tras capítulo. Cuando ya parece (y estás deseando) que termine con la crítica (que tampoco da para tanto) y presente alternativas, vuelve a repetir los problemas. Y eso cuando no hay contradicción entre capítulos (como entre el 3 y el 4 cuando habla de la paradoja de la life satisfaction)...De hecho, casi todo el libro (o su primera parte, que dura 10 de los 11 capítulos) se puede resumir en este párrafo:
In summary, we are faced with a formidable challenge. A limited form of flourishing through material success has kept our economies going for half a century or more. But it is completely unsustainable in ecological and social terms and is now undermining the conditions for a shared prosperity. This materialistic vision of prosperity has to be dismantled.
The idea of an economy whose task is to provide capabilities for flourishing within ecological limits offers the most credible vision to put in its place. But this can only happen through changes that support social behaviours and reduce the structural incentives to unproductive status competition.
- Pero sobre todo, la razón fundamental por la que no lo recomiendo, sobre todo para los lectores ya más familiarizados con el tema, es que ni da argumentos sólidos para defender sus críticas, ni aporta alternativas realistas (más allá de alguna cuestión menor). No hay referencias sólidas, no hay datos que no sean anecdóticos...Y creo que, si se quiere atacar al corazón del paradigma económico, hay que hacerlo con más fuerza, argumentos y evidencia, no sólo con buenas intenciones.

En todo caso, aquí va una reseña breve para el que tenga curiosidad.

Como decía antes, la gran parte del libro se dedica, primero, a aclarar qué entiende por Prosperidad (que ya adelanto, evidentemente no es riqueza económica, sino el florecimiento personal de todos, muy en la línea de Sen), y luego a criticar el sistema económico actual por no garantizar esta prosperidad. Aunque lo hace de una forma un poco contradictoria, ya que, a primera vista, deja poco resquicio a la esperanza: Primero, afirma que no podemos abandonar el consumo material porque eso nos ayuda a definir quiénes somos, más allá de la mera satisfacción de necesidades físicas. Luego, fulmina la posibilidad de que desacoplemos crecimiento económico de consumo de energía y contaminación. Explora los beneficios del Green New Deal, para descartarlo por los problemas con los límites ambientales; Confirma que la estructura dominante y los incentivos perversos impiden la transformación...y al final, ya en la página 147 (de 200 o así) concluye:
There is no scape within the existing paradigm. The prospects for flourishing within ecological limits evaporate.
¿Y entonces? Pues, en un salto mortal, y tras descartar la revolución por no garantizar una vuelta a la normalidad, dice que sí, que sí que podemos cambiar la sociedad, a pesar de todo. Eso sí, sólo si el gobierno toma un papel activo. Esto, claramente, y a la vista de los políticos que tenemos, me da un poco de risa: ¿seguro que serán más sabios y menos miopes que nosotros? Ojalá aparezcan de estos...

En todo caso, para cambiar, lo que hace falta son algunas medidas a lo largo de tres líneas: establecer límites, arreglar el modelo económico, y cambiar la lógica social. El problema es que, me temo, ninguna de las medidas propuestas llega demasiado lejos (y eso cuando no son absolutas tonterías). Por ejemplo, el establecer límites a las emisiones de contaminantes o al uso de recursos, o implantar una reforma fiscal, o introducir el componente ecológico en las cuentas nacionales son cosas buenas en sí mismas...pero que dudo puedan realmente cambiar el curso disparatado por el que el autor dice que vamos. La inversión verde también puede ayudar, claro...pero la clave sería cambiar la lógica social consumista que nos lleva a esta carrera de ratas que, como bien dice, no aporta nada a nuestros niveles de bienestar. La cuestión es cómo hacerlo. Y ahí es donde el libro se queda frustrantemente sin respuestas. Porque claro, pensar que reducir la jornada de trabajo es la solución da un poco de risa (no sólo por su alcance limitado, sino también por las propias limitaciones de la propuesta en términos de reducción real del impacto ambiental). Prohibir los anuncios para niños, u obligar a comerciar de forma justa tampoco creo que consigan desmantelar esa razón dominante desiderativa.

Y con esta frustración se queda uno. Por mucho que el autor se empeñe en decir que "a different economics is achievable", no aporta ninguna solución real más allá de que hay que investigarlo más. Se queda uno pensando si para tal wishful thinking hacía falta un libro, la verdad...veremos si Raworth consigue levantarme la moral al respecto...

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