viernes, 11 de noviembre de 2016

Liderazgo para el cambio (el de verdad)

La semana pasada mencionaba un curso que me habían recomendado los chicos de la caverna, y que me ha parecido interesante. Había oído hablar de la teoría U antes (a Elías López SJ), pero no con tanto detalle. Y me ha parecido curioso observar lo que se parece la teoría U a lo que propone Simon Sinek en otro video antiguo, pero también muy bueno, que me recomendó José López el otro día.

Según la teoría U, y según Sinek, lo importante no es el qué o el cómo, sino el porqué. Por qué hacemos lo que hacemos, qué es lo que nos mueve. Como dice Elías López, cuáles son nuestras fuentes de vida. Si somos capaces de comunicar eso a nuestros clientes, a nuestros compañeros, a nuestros conciudadanos, podremos tener éxito como innovadores, como líderes, como agentes de cambio.

A partir de ahí, se trata de aplicar los pasos correctos para transformar las cosas: Observar sin prejuicios, desde todos los puntos de vista; ir al interior de cada uno y reflexionar, de forma empática; actuar desarrollando prototipos de la idea, testándola con los implicados, e iterando, accediendo de esta forma a la inteligencia del sistema en la que se integrará.

A este respecto, también es interesante observar cómo la teoría U es muy parecida lo que se propone desde el liderazgo ignaciano, ese basado en los principios de S. Ignacio de Loyola, y en el que Elías, que es del que primero escuché la teoría U, es experto.

2 comentarios:

Checa dijo...

Disculpa, Pedro, que te lea con retraso.
No me resisto a compartir aquí una idea que en numerosas ocasiones hemos hablado en persona.
Decías: "Si somos capaces de comunicar eso a nuestros clientes, a nuestros compañeros, a nuestros conciudadanos, podremos tener éxito como innovadores, como líderes, como agentes de cambio."
Estoy totalmente de acuerdo en que esto ocurrirá, lo que no me queda tan claro es dónde estamos poniendo el foco, si en el éxito personal o en el cambio buscado.
A riesgo de que me tachéis de espiritualista, diré que cada día me reafirmo más en que el éxito personal (entendido como autorrealización o, si me lo permitís, felicidad), es un bien colateral del trabajo por el bien común, y no al revés.
Precisamente porque tengo este punto tan claro, me escama cada vez que percibo la tendencia a transformar herramientas tan valiosas para el cambio social como la teoria U en medios para alcanzar éxitos personales. Vanidad de vanidades diría Qohelet... Pues eso.

Pedro Linares dijo...

Gracias, Checa! La suerte de tener a Checa de lector del blog es que siempre obliga a precisar y a repensar las cosas, algo que no siempre (bueno, casi nunca) hago :). Y lo bueno es que, más allá de eso, casi siempre estamos de acuerdo. En este caso, confirmo algo que creía que estaba más claro pero que aprovecho para subrayar: lo importante es el para qué. Y ese para qué no es el éxito personal (pura vanidad, efectivamente), sino como bien dice Checa el cambio buscado y necesario. Los que usan el para qué sólo para vender más, para tener éxito personal, están pervirtiendo el para qué y convirtiéndolo en un medio para su vanidad, no como un fin valioso.