Cuando uno anda en crisis, las entradas que amplifican los deseos que uno tiene son mucho más atractivas :). En mi caso, el deseo de poder parar un poco, de poder volver a dedicar tiempo a la fotografía y al dibujo, aficiones ya largamente olvidadas pero que espero recuperar pronto.
Pero bueno, el bloguear esto no es por compartir mis crisis, que no valen la pena, sino por compartir el texto de Ruskin y su aplicación a las prisas modernas y a esa manía de tomar fotos desenfrenadamente sin disfrutar el momento de hacerlas, y sobre todo, sin disfrutar lo que hay más allá del objetivo. Ruskin nos invita a cultivar la observación pausada de las cosas a través del dibujo, mucho antes de que se pusiera de moda por aquí el mindfulness...aunque en la misma época en la que Thoreau (que por cierto parece que no valoraba mucho a Ruskin) se iba a vivir a Walden. Por cierto, aquí está el libro en el que yo descubrí a Ruskin.
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