Esto de la subasta de interrumpibilidad está creando mucho ruido en muchos medios. Xavier y yo hemos escrito un artículo al respecto en la Voz de Galicia, pero aquí me permito ampliar alguna idea que me parece importante, y también ser menos políticamente correcto:
- Primero, me parece alucinante que puedan escribirse titulares como éste. Javier Penacho lo dice en términos negativos, es decir, que la subasta tenía que haberse preocupado más de lograr precios competitivos para la industria. ¿Una subasta de interrumpibilidad? Pero vamos a ver, ¿la subasta de interrumpibilidad no debería estar orientada a lograr satisfacer el servicio de interrumpibilidad al menor coste? Para eso se inventaron precisamente las subastas...Si lo que queríamos era otra cosa, entonces mejor volvemos a lo de antes que es más fácil y más barato.
- Otra cuestión relacionada, por supuesto, es si realmente hacía falta una subasta de interrumpibilidad en un sistema con tanta sobrecapacidad...aunque eso no se puede decir de antemano, depende de si cuesta menos interrumpir a los grandes consumidores o tener en reserva ciclos combinados. En este sentido, una subasta de interrumpibilidad en un sistema así no es necesariamente un desvarío, en mi opinión, siempre que se hayan hecho bien las cuentas. De hecho, una forma de no tener que hacer las cuentas sería dejar que la demanda participara en los servicios complementarios del sistema, así sería el propio mercado el que decidiera si es mejor tirar de la oferta o de la demanda para solucionar los apretones del sistema.
- Y por último: todo este lío viene porque la interrumpibilidad se viene usando para lo que no se debe. No para hacer una gestión eficiente de la demanda, sino para subvencionar a la industria. Y como decimos en el artículo, yo no tengo nada en contra de apoyar a la industria. Pero si se quiere hacer, hágase bien: apoyando la innovación, la formación y capacitación de la mano de obra, etc., etc.. El gobierno tiene una estrategia en este sentido con algunas ideas aprovechables. Pero, si el otro día decía que no había que hacer política industrial con la política climática, tampoco hay que hacerlo con la energética, o al menos, no directamente: por supuesto, una de las claves a la hora de diseñar una política energética es cómo de relevante puede ser la energía para la industria. Pero lo que no puedes es distorsionar mecanismos que podrían ser eficientes para lograr otros fines que no le corresponden.
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