Antonio Sáenz de Miera acaba de publicar
esta columna en ABC, en la que reflexiona con mucho acierto sobre la
"tragedia de los comunes", y cómo solucionarla desde la concienciación. Le decía yo que me recordaba a las teorías de
Ostrom...
Con motivo de su primera comunión le hemos regalado una roca a mi nieto Lucas. Forma parte de una dehesa comunal pero a partir de ahora será suya, será la roca de Lucas. Nada en ella hace saber nada sobre su nueva identidad. Es un secreto para todo el mundo, menos para los primos de Lucas y el resto de familiares y amigos que fuimos testigos del acto de toma de posesión. Con diez años, mi nieto sabe bien que esa roca no es suya, pero os aseguro que se lo ha tomado como si lo fuera. La verdad de esa ficción tendrá más valor para Lucas que ningún título de propiedad. Desde ahora, Lucas sentirá esa roca como algo propio.
Pienso que, sin darnos quizás mucha cuenta de ello, lo que hacíamos al regalársela era darle la vuelta a ese viejo refrán que dice que “lo que es común no es de ningún” y que viene a significar que no se cuida debidamente lo que no es de nadie en particular y es de todos al mismo tiempo. Desde el momento en que algo es nuestro lo miramos de otro modo. Es cierto, pero si logramos hacer de lo público algo nuestro, estaremos alimentando un sentido de la propiedad más universal y sentimental. El paisaje de nuestra infancia no tiene títulos de propiedad y eso no debería de importarnos. Esos sitios son nuestros de algún modo, y nos molesta que los estropeen, que los perturben… Podríamos pretender incluso, para protegerlos mejor, que nadie o muy pocos estén en el secreto de esos lugares “personales”; mejor que cada vida esté vinculada de forma anónima, íntima y comprometida con el respeto al paisaje, a ese paisaje que en algún momento de nuestra vida hemos hecho secretamente nuestro. Lucas ya tiene su roca, sin títulos de propiedad, y comienza así a intuir que el bien común es precisamente eso.
ADDENDA: Muy relacionado, hoy sale en el NYTimes
esta entrevista de Revkin con Mark Tercek, el presidente de
Nature Conservancy. Otras veces ya he hablado de Nature Conservancy, para mí una referencia muy importante de cómo se puede gestionar bien la propiedad común (el medio ambiente) con parámetros de empresa privada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario