Ahora, el profesor que quiere hacer un examen final debe pedirlo expresamente. Un movimiento muy interesante, y en realidad en línea con las mejoras en la evaluación del alumno, como bien se recoge en el artículo.
Yo siempre he creído que los finales son sólo una demostración de lo que uno es capaz de empollar en una semana sumado a la capacidad innata del alumno, y que no tienen por qué reflejar lo que ha aprendido, y menos aún, lo que es capaz de aplicar al mundo real de la asignatura. Por tanto, no valen para evaluar aprendizaje ni ciertas competencias muy válidas, sino simplemente para filtrar, para identificar a aquellos que tienen una capacidad intelectual mayor (que, de nuevo, no tiene por qué implicar un rendimiento profesional mayor). Por eso cada vez me gustan más los trabajos y proyectos, o el trabajo en clase. Pero eso no quiere decir que este movimiento de eliminación de finales sea defendido por todos. En alguna universidad, por ejemplo, existen recomendaciones que piden que el examen final siga siendo una parte importante de la nota final, yo creo que derivadas en parte del miedo, de la falta de confianza en sus profesores, a los que posiblemente no se juzgue bien preparados para evaluar de otra forma, creyendo que la cosa se convertirá en un coladero, cuando realmente un mal profesor siempre es un coladero…Y además, apoyado por algunos profesores, que saben que con un examen final se trabaja menos que con una evaluación más continua.
Un ejemplo de esta discusión es la cita que copio del artículo:
“You can interpret this in two ways,” said Robert Bangert-Drowns, dean of the school of education at the University at Albany SUNY. “One way is, institutions for higher education are abdicating their responsibility for having high standards and demanding high performance from their students. But on the other hand, if you looked at a lot of final exams in courses you’d think, ‘This is not a very valuable standard.’ These tests ask the kind of questions that students may never be asked again in their lives, in detail that they may never be asked again in their lives.”
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