lunes, 21 de diciembre de 2009

Vivencias de un joven estudiante de doctorado en la cumbre de Copenhague

He tenido la suerte de ir a la COP15 en Copenhague. Desde hace tiempo soy voluntario de Intermón Oxfam, y me he integrado en el grupo de quince afortunados jóvenes de toda España que han acudido a tal especial ocasión (“especial” no por el resultado, por supuesto, sino por lo que suponía a nivel político). En este post voy a relatar brevemente los puntos y vivencias más interesantes que he vivido allí. Espero que os interese y lleguéis hasta el final (mis disculpas por adelantado por la extensión)

1. La ciudad: lo primero que me impactó fue el tremendo despliegue mediático que te entra por los ojos (y oídos) desde que llegas al aeropuerto. Los famosos anuncios con nuestros líderes políticos envejecidos , la campaña Hopenhaguen, etc. Pero no se queda ahí: toda la ciudad está llena de anuncios de energía limpia, sostenibilidad ambiental en sus más diversos aspectos, coches eléctricos, últimas tecnologías de gestión de aguas, transporte sostenible, etc. Desde mi punto de vista, una interesante mezcla de intereses empresariales, intentos de presionar a los que tienen que tomar decisiones, y ganas de trasladar al mundo la impresión de que se está hablando de Cambio Climático en una ciudad que es el paradigma de la sostenibilidad.

2. La cumbre alternativa: dado que no teníamos acceso al centro donde se realizaba la conferencia, el Bella Center, participamos en varias de las actividades que se montaron en la cumbre alternativa Klimaforum. Ésta ha sido organizada por un amplio conjunto de movimientos civiles internacionales, y es de libre acceso. No voy a detallar todo lo que allí vi, pero me pareció muy interesante en su concepción: desde mesas para reunirse y hablar, zonas de dinámicas para compartir conocimientos, exposiciones de todo tipo de cachivaches ecológicos, proyección de películas, conferencias de diferente calidad e interés, comida y bebida orgánica servidas en platos reciclables con cubiertos de madera de bosques sostenibles, etc. Y todo ello en un polideportivo acondicionado para la ocasión, que era el mayor exponente de la globalización que he visto en mis 26 años de vida, y creo que será difícil de superar: gente de todas las procedencias, razas y culturas ( algunos de ellos ataviados con todo tipo de trajes típicos), y por supuesto, periodistas, muchos periodistas. De todo lo que allí vi, remarcaría varias cosas. En primer lugar la película “The Age of Stupid (un poco exagerada quizás, pero creo que viene bien dar a la gente un pequeño toque de atención mediante la ficción). Asimismo, una interesante charla de Vandana Shiva, impulsora del movimiento Navdanya , sobre las virtudes de la agricultura ecológica como forma de mitigación (mediante las emisiones evitadas y la captura de carbono, decía ella) y adaptación al cambio climático (ya que el abastecimiento de alimentos es uno de los mayores desafíos que nos plantea el cambio climático, y puso el ejemplo de la India tras las sequías de este año).

3. La manifestación del día 12: aparte del intenso frío, reseñar el buen ambiente en que se desarrolló, estando integrada no sólo por activistas de grupos ecologistas sino también por sindicalistas, grupos religiosos, ONGs de todo tipo, partidos políticos (da izquierda, por supuesto), y familias danesas, muchas familias danesas, incluidos carritos de bebés. Todo ello hasta sumar sesenta mil personas. Y, entre ellos, cinco ó seis descerebrados vestidos de negro, que tuve ocasión de saludar en primera persona cuando les hice una foto y parece que les disgustó. Como digo, creo que la manifestación no podía haber sido más tranquila. Una verdadera pena que los medios estén más interesados en sacar a los pocos descerebrados haciendo de las suyas, que a la inmensa mayoría manifestándose en paz. Parece que es lo que hay que hacer para vender periódicos. Esperemos que las “cartas al director” sirvan de algo…

4. La reunión con Ben Margolis (en primero de la lista), uno de los líderes del movimiento Tck Tck Tck , el cual montó tras haber puesto en marcha Global Call to Action Against Poverty (GCAP) . Un chico de treinta años recién cumplidos que tenía dentro del Bella Center a ni más ni menos que a 193 acreditados . Os cuento: Tck Tck Tck, para el que no lo haya oído antes, es un movimiento bastante potente que se ha creado a través de internet para trasladar a los políticos la voluntad ciudadana de que se pongan por fin en serio con el tema del cambio climático. Son los que están detrás de muchas de las manifestaciones que se han realizado de cara a la COP15, incluidas las del 12 de diciembre, entre ellas la de Copenhague a la que asistí. Nos estuvo contando cómo había conseguido crear un movimiento tan fuerte. Son tres principios básicos:

a. Que no te consideren un movimiento de “greenies”: con todos sus respetos, y los míos, si eres un radical de algo, no te toman en serio. Para evitarlo supo subir al barco a sindicatos (hablándoles de empleos verdes y de mayor productividad y de calidad de vida en un mejor planeta para sus hijos, y que como sabéis no son tradicionalmente ecologistas), grupos religiosos y gente de la talla de Nelson Mandela o Desmond Tutu.

b. Ser muchos, “massive”. El día 12 de diciembre se montaron entre tres y cuatro mil eventos en todo el mundo. En Copenhague, fueron a la manifestación en torno a sesenta mil personas, de las cuales sólo un uno por cien de violentos (dice que le llamó el jefe de seguridad de la ONU en Copenhague a felicitarle).

c. Tener métodos novedosos de presión política. Decía que organizar eventos con antelación en general no tiene sentido, pues realmente no sabes cómo es el “momentum” en el día en que se va a desarrollar (con la excepción de las manifestaciones, como las del día 12 del 12). Por ello, hay que decidir en cada día lo que se va a hacer. Para ello, tenía dentro del Bella Center un grupo de asesores que han estado muchos años en negociaciones políticas a alto nivel. Se reunían todos los días de 9 a 10 de la mañana a ver, de todas las negociaciones y grupos de trabajo previstas para el día, en cuáles se iban a decidir cosas importantes, y quién iba a estar en ellas. Posteriormente, de 10 a 11, tenían la “rapid response meeting”, en la cual a las casi doscientas personas que tenía dentro del Bella Center, se les encargaba presionar a esos negociadores justo ahí, mientras negociaban (que si avisar a los medios, que si desencadenar una avalancha de mails o posts en blogs, que si montar “side events”, que si llamar a la embajada de tal o cual país, etc).

Por otro lado, aparte de los principios básicos sobre los que construyó su movimeinto, nos comentaba cuáles veía él que eran sus mayores retos para el futuro:

1. En la cumbre, poder mantener su logística, teniendo en cuenta el recorte de acreditaciones que iban a sufrir (perder el 80% de las mismas), así como mantener la unidad de criterio y acción, cuando la presión para llegar a tal o cual acuerdo aumente.

2. Y tras la cumbre, durante las merecidas vacaciones de los que han estado ahí (decía que se iba a perder en la montaña durante todo el mes de enero), tener un equipo de backup para no desaparecer del mapa, para mantener el “momentum”.

Y mientras nos cuenta todo esto, tiene tres móviles en el bolsillo que no paran de sonar y a los cuales ignora por completo, y dos personas de pie al lado nuestra esperando para preguntarle cosas…en fin, un personaje muy interesante.

Bueno, de nuevo perdón por la extensión. Espero que os resulte interesante el relato de lo que más captó mi atención en estos apasionantes y fríos días en tierras danesas.

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