Las ideas de Isa Galiana y Christopher Green sobre cómo estimular el desarrollo tecnológico que hace falta para luchar contra el cambio climático. Los elementos principales:
How would the technology-led approach work? First, governments would replace emissions targets with credible long-term global commitments to invest in energy R&D. To finance this, we propose a low carbon price of $5 per tonne of emitted carbon dioxide, which would raise almost $150 billion per year globally and $30 billion in the United States alone.
Second, the low carbon fee should be allowed to rise gradually over time, doubling, say, every 10 years. This would send a 'forward price signal' to deploy new or improved low-carbon technologies as they become scalable and cost-effective. Third, R&D funds should be isolated as far as possible from political interference by placing them in dedicated trust funds that are administered by independent committees drawn from the public and private sectors. Allocation of funds would be left to experts, akin to The Bill & Melinda Gates Foundation. Energy-technology competitions could be open to individual enterprises, nations or international coalitions. Countries that decide not to participate in R&D could use the funds raised to purchase successfully developed technologies from those that do participate.
Las ideas son razonables, pero igual que siempre digo que hay que apostar más por el I+D, también digo que no hay que dejarlo solo: la innovación necesita señales de mercado, y por tanto también hace falta mantener un precio para el CO2 mayor que esos $5, para dar señales a los emprendedores. Si no, todo puede ser una enorme pérdida de dinero. Creo que en este sentido sus críticas al precio del carbono son demasiado simplistas, entre otras cosas por ejemplo porque se olvidan de las políticas de demanda. De hecho, su propuesta se concentra sobre todo en la oferta. En segundo lugar, dan por hecho de que los que proponen un precio para el CO2 creen que él solito lo hará todo. No creo que haya mucha gente que piense esto, salvo algún fundamentalista aislado: hacen falta varios instrumentos simultáneamente.
También puedo estar de acuerdo con ellos en que los objetivos de reducción no son imprescindibles: lo verdaderamente imprescindible es el precio para el CO2, venga de donde venga.
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