lunes, 3 de agosto de 2009

La carrera entre la educación y la tecnología

Hoy he terminado un libro apasionante, The race between education and technology, de Claudia Goldin y Larry Katz (sí, está en Google Libros, impresionante, ¿verdad?). Dejando a un lado una crítica habitual a este tipo de libros en EEUU, y es que eso mismo lo podían haber dicho en menos páginas y con menos repeticiones, lo cierto es que el libro está bastante bien escrito, y sobre todo, defiende una idea muy interesante: la relación entre la educación, la tecnología, y la desigualdad social. Su tesis (abundantemente argumentada) es que en estos últimos años la tecnología ha avanzado mucho más rápidamente que la oferta educativa, lo que ha llevado a su vez a que los salarios de aquellos con mayor nivel de educación hayan aumentado mucho más que los de los demás, resultando por tanto (en EEUU) en los mayores niveles de desigualdad económica de los últimos tiempos.

Si bien cierto grado de desigualdad no es mala (porque incentiva el esfuerzo y la innovación), en mayor grado hace que la sociedad sea más inestable y polarizada. Para volver a lograr esta igualdad, su propuesta es conseguir que la educación (la oferta de personal capacitado) vuelva a ponerse en línea con la demanda.

Como tema auxiliar, pero igualmente interesante, el libro presenta una historia de la educación en el s.XX en EEUU, y la compara con Europa. Resulta espectacular observar las diferencias entre el nivel educativo de EEUU y Europa durante el siglo pasado (que se han borrado en los últimos tiempos), y que posiblemente explican las diferencias en el desarrollo económico (e incluso en el fortalecimiento de la democracia) a ambos lados del charco. También detalla lo que a su juicio constituyen los elementos característicos (y positivos) del sistema educativo estadounidense. En especial, de las Universidades destacan: la competitividad entre ellas, un sistema liberal de gestión, con gran iniciativa privada, autoridad descentralizada, financiación pública, un alto grado de apertura y también de flexibilidad (sin renunciar a establecer diferencias entre los mejores y los peores estudiantes). Un ejemplo de esto es el caso de California:

The solution to increase accessibility to higher education at a reasonable cost to the tax payer was to create extensive hierarchical systems with a select group of universities at the top and a multitude of community colleges at the bottom. The California Master Plan: top 15% of students went to the prestigious universities, next 20% to state colleges, and the remaining students to community colleges (with the possibility to enter a four-year institution if they merited it).

El libro termina además con una reflexión muy interesante sobre el camino a seguir si se quiere mantener la competitividad del país (otro tema recurrente últimamente):

Today skills, no matter how complex, that can be exported through outsourcing or offshoring are vulnerable. Even some highly skilled jobs that can be outsourced, such as reading radiographs, may be in danger of having stable or declining demand. Skills for which a computer program can substitute are also in danger. But skills for non-routine employments and jobs with in-person skills are less susceptible. The general point is that having desired skills for which there are only imperfect (domestic or international) substitutes provides the greatest security.

Thus, we see great demand today for the highly analytical individual who can think abstractly and who understands such disciplines as finance, nanotechnology, and cellular biology in a deep, not routine, manner. We have also seen an increased demand for those who provide skilled in-person services, such as nurses and other medical specialists. College is no longer the automatic ticket to success. Rather, degrees in particular fields and advanced training in certain areas are not exceedingly important. Interpersonal skills, possibly garnered from being in diverse college peer groups and interacting with educated people, also matter a lot. The general point today is somewhat different from the past. No longer does having a high school or a college degree make you indispensable, especially if your skills can be imported or emulated by a computer program.

1 comentario:

Ender dijo...

Hace ya tiempo que Paul Krugman defendía la misma idea, en un último capítulo un tanto especulativo de su libro ""Pop" Internationalism", sobre las profesiones más demandadas y más difíciles de imitar, en el futuro. Es una idea interesante y que hace reflexionar: una cierta vuelta a la idea de "artesano" o "artista", aunque con aplicaciones claras y rentables.

Mi únicas críticas a dichas ideas serían la siguientes:
1º) Todavía persisten infinidad de trabajos y actividades que, por mucho que se repitan formalmente en todas partes del mundo como tales, no pueden ser ni automatizadas ni suplidas por un programa informático. De hecho, muchas de las actividades o profesiones tradicionales en la empresa moderna se están quizá polarizando: lo que se pueden automatizar via sistemas transaccionales se automatiza... pero queda la parte más "abstracta" y rica del trabajo, para la que efectivamente se requieren otro tipo de habilidades.
2) A pesar de la creciente demanda de estas profesiones más relacionadas con lo abstracto, el trato humano, el desenvolvimiento en entornos complejos... creo que todavía son minoría y lo serán por mucho tiempo. La mano de obra bruta, semi-bruta y medio-pensionista (por hacer una broma) seguirá siendo mayoritaria por mucho tiempo.

Un saludo.