Iberdrola acaba de inaugurar una central de biomasa forestal en Guadalajara. Esto siempre es una buena noticia: a la biomasa le está costando arrancar, y proyectos piloto como este son siempre bienvenidos. Además, los residuos forestales tienen muchas ventajas como biomasa: mejor calidad como combustible, y reducen el riesgo de incendios. El inconveniente es su coste: el coste de la retirada de residuos del monte, y también el coste de picarlos para alimentar la caldera. Desde el punto de vista social, posiblemente la reducción de riesgo de incendios compense el coste de retirada, y por tanto las subvenciones para esta retirada seguramente sean adecuadas (aunque habría que mirarlo más despacio). Pero en todo caso, un riesgo del proyecto es que, en el momento en que no haya subvenciones (cosa que ha sucedido ya en el pasado), los residuos se dejen de recoger y la planta se quede sin combustible…es el problema de los proyectos demasiado apoyados en las subvenciones.
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