viernes, 27 de febrero de 2009

El Ingeniero del ICAI y el Desarrollo Sostenible

Ayer se presentó en ICAI el libro "El Ingeniero del ICAI y el Desarrollo Sostenible". Es un esfuerzo de muchos profesores de la Escuela para reflexionar sobre cómo la relación entre sus disciplinas y la sostenibilidad. Creo que el mayor valor del trabajo es como reflexión interna más que para usarlo fuera de este ámbito, pero en cualquier caso se pueden pedir ejemplares al Colegio de Ingenieros de ICAI. Yo tengo un artículo con Andrés Ramos y Pedro Sánchez sobre la ingeniería de la decisión (léase investigación operativa) y la sostenibilidad, aquí hay una versión del mismo.

Obama y el cap-and-trade

La verdad es que Obama se está revelando como un presidente tan listo como parecía (últimamente tengo como hobby comprobar que los más inteligentes son los que se rodean de los mejores equipos, comprobadlo en vuestros trabajos...). La última es la manera de colar un cap-and-trade. Hay que aprender de este hombre también en Europa...

Más información sobre su presupuesto aquí.

Markets vs Regulation, según Easterly

En realidad trata dos temas:
- uno, el impacto de las políticas públicas de industrialización en el desarrollo
- otro, cómo validar hipótesis (que me recuerda a lo de que el aumento de la eficiencia energética del año pasado es gracias a las políticas públicas...)

jueves, 26 de febrero de 2009

La ruta a la academia

El Harvard Crimson analiza cuál ha sido el camino hasta llegar a la Universidad de distintos profesores. Puede ser interesante para los que están pensando seguir este camino (aunque evidentemente, una cosa es Harvard y otra una universidad española, por ejemplo...). Y por supuesto, hay muchas más vías. Creo que la mía no cuadraría en su esquema, por ejemplo. A mí al terminar la carrera me ofrecieron empezar un doctorado para quedarme de profesor en Agrónomos, y mi respuesta fue: "¿Tú estás loco, o qué? ¡Ni de coña!". Y mira dónde terminé...

miércoles, 25 de febrero de 2009

Brooks sobre los peligros de la tecnocracia

Algo en lo que caemos frecuentemente los ingenieros, la creencia de que una mente brillante y un plan bastan para cambiar las cosas para bien. Brooks da unos cuantos ejemplos de lo contrario.

Stavins y los instrumentos de mercado

Interesante como siempre. Su conclusión:

The bottom line is that no particular form of government intervention, no individual policy instrument – whether market-based or conventional – is appropriate for all environmental problems. There is no simple policy panacea. The simplest market instruments do not always provide the best solutions, and sometimes not even satisfactory ones. If a cost-effective policy instrument is used to achieve an inefficient environmental target — one that does not make the world better off, that is, one which fails a benefit-cost test – then we have succeeded only in “designing a fast train to the wrong station.” Nevertheless, market-based instruments are now part of the available environmental policy portfolio, and ultimately that is good news both for environmental protection and economic well-being.

El coste de la fotovoltaica

Parece que podría bajar significativamente en un futuro próximo, según esta información. Ojalá sea así...

Salvando al planeta macarrón a macarrón

Curioso...

Aspectos éticos en el uso de las distintas energías

Así se llama una ponencia que tengo que hacer mañana jueves 26 en el Instituto de España, en el marco de un curso sobre Implicaciones éticas en algunos debates científicos. La asistencia es libre, por si a alguno le interesa asistir. Aquí está el texto.

martes, 24 de febrero de 2009

Tierney y el papel de los científicos en la política

Tierney ha sacado una columna interesante. Creo que está más bien sesgada: sigue recordándole a Holdren sus errores del pasado, en vez de centrarse en su posición actual, que a mí al menos me parece muy razonable (y más si uno lee mi entrada anterior). Por experiencia personal de sus clases y de alguna conversación con él, creo que su posición como científico es mucho más sólida y clara de la que dice Tierney. Pero en cualquier caso Tierney tiene razón en que el papel de la ciencia en la política a veces se pervierte, y que hay que tener cuidado con ello, como mínimo tratando de separar bien qué es ciencia y qué son valores personales, aunque a veces sea difícil. Otra cosa es que el ejemplo de Pielke sea el adecuado...

ADDENDUM: La réplica de Joe Romm

ADDENDUM2: La visión de Revkin, afortunadamente mucho más centrada que la de los dos anteriores, y que en mi opinión da en el clavo.

Nuevas estimaciones de MIT

Via Climate Progress leo que ya se ha publicado la revisión de los resultados de MIT sobre previsiones de aumento de temperatura debido al cambio climático. Quizá porque conozco a la gente que lo está haciendo y su metodología, de estos números sí que me fío, y la cosa, como ya se sabía desde que sacaron los primeros números hace un par de años, es más que preocupante. Estos son los datos que nos interesa leer y difundir, y no otros sobre los que ya blogueé el otro día (incluyendo, desgraciadamente, muchos de los que saca Joe Romm...).

lunes, 23 de febrero de 2009

Cómo ahorrar energía desde casa

Un artículo estupendo de National Geographic acerca de las dificultades prácticas y los éxitos de ahorrar energía en nuestra vida diaria. Aunque está centrado en EEUU, hay bastantes cosas importables. Las fotos de cámara térmica estupendas, en especial la de los cargadores.

domingo, 22 de febrero de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009

La curva de aprendizaje de la fotovoltaica

El Lawrence Berkeley Lab acaba de sacar un informe sobre la evolución de los costes de la fotovoltaica en EEUU de 1998 a 2007. Copio las conclusiones más interesantes:

• Among all PV systems in the dataset, average installed costs – in terms of real 2007 dollars per installed watt (DC-STC) and prior to receipt of any direct financial incentives or tax credits – declined from $10.5/W in 1998 to $7.6/W in 2007. This equates to an average annual reduction of $0.3/W, or 3.5%/yr in real dollars (es decir, un 32% en 9 años)
• The overall decline in installed costs over time is primarily attributable to a reduction in non-module costs, calculated as the total installed cost of each system minus a global annual average module price index. From 1998-2007, average non-module costs fell from $5.7/W to $3.6/W, representing 73% of the average decline in total installed costs over this period. This suggests that state and local PV deployment programs – which likely have a greater impact on non-module costs than on module prices – have been at least somewhat successful in spurring cost reductions.
• Both the decline in average costs and the narrowing of cost distributions halted in 2005 (el boom de la FV), with average costs and cost distributions remaining essentially unchanged from 2005-2007.
• PV installed costs exhibit significant economies of scale, with systems <2>750 kW averaging $6.8/W (i.e., about 25% less than the smallest systems).
• Although average installed costs remained flat from 2005-2007, recent developments portend a potentially dramatic shift over the next few years in the customer-economics of PV. Most industry experts anticipate an over-supply of PV modules in 2009, putting downward pressure on module prices, and presumably on total installed costs as well. In addition, the lifting of the cap on the Federal ITC for residential PV, also beginning in 2009, will further reduce net installed costs for residential installations, potentially leading to some degree of renewed emphasis on the residential market in the years ahead.

Emisiones de CO2 en Google Earth

Un proyecto interesante. Como en muchas otras ocasiones, todo lo que permita aumentar el nivel de información del público acerca de las actividades contaminantes será bueno, porque permitirá que la demanda reaccione (en mayor o menor medida) en el mercado. Esto de hecho ya se ha visto con contaminantes "tradicionales" en EEUU.

jueves, 19 de febrero de 2009

Más de coches eléctricos (II)

Como el tema sigue animado...una de las preguntas que me hacían el otro día era si pensaba que era posible implantar la infraestructura necesaria a corto plazo. Bueno, pues aquí va un ejemplo de San Francisco...En este otro enlace (gracias, Álvaro) también hay un resumen desde un punto de vista más empresarial de la evolución previsible de las smart-grids y los coches eléctricos. Como bien dice Álvaro, no dice nada nuevo e incluso tiene algún error de bulto al final, pero es una visión interesante.

Contra los biocombustibles de primera generación

Un alegato bastante encendido de Climate Progress (su estilo habitual, al fin y al cabo) contra los biocombustibles de primera generación. Pero bastante interesante, reúne mucha información.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Más de coches eléctricos

El tema "coches eléctricos" está bastante caliente, hoy hay un artículo en NY Times, me han entrevistado en El País para un próximo artículo (por supuesto, no avalo nada de lo que salga publicado), y, sobre todo para los que vivimos en Madrid, mañana hay una charla muy interesante del Foro Permanente de la Sostenibilidad. Yo personalmente creo que lo mejor de esto es que se discutan bien las cosas desde un punto de vista lo más amplio posible, porque, de las pocas opiniones claras que tengo sobre el tema, la principal es que las ventajas e inconvenientes del coche eléctrico dependerán muchísimo del sistema eléctrico (generación y red) y empresarial en el que se integren.

Mejora la intensidad energética en España

El Ministerio ha dado los últimos datos, y parece que en 2008 mejoró casi un 5%. Esto es motivo de alegría, aunque todavía sigamos estando lejos del resto de los países de nuestro entorno. Lo que ya no es motivo de alegría es oír al Ministerio decir que esto es gracias a las medidas de ahorro y eficiencia energética del Gobierno, porque eso denota un grado de autocomplacencia rayano en el atrevimiento, y por tanto bastante peligroso. Porque, como siempre, el problema es que nadie analiza a qué se ha debido a la mejora: si a las políticas del Gobierno, o a los altos precios del petróleo en el 2008 (que pueden explicar el descenso de su consumo), al comienzo de la crisis (que explica en parte la reducción en el consumo de electricidad), o al cambio de ciclo y modelo de crecimiento (reducción de la tasa de construcción de viviendas). Si nos creemos que han sido las políticas del Gobierno, ¿qué deberíamos esperar entonces para este año, que el petróleo ha vuelto a sus niveles anteriores (aunque la crisis sigue y la construcción sigue parada)? A mí la verdad es que me encantaría equivocarme, y pensar que estas políticas han sido maravillosas, pero me da que no…Pero en fin, acabemos con una nota optimista, sacada de una jornada del año pasado: si gracias a las políticas actuales hemos bajado un 5%, ¿qué no podremos hacer con políticas mucho más poderosas y eficaces? Eso sí es un signo de esperanza…

Update sobre CCS

En NYTimes. Esto me recuerda que John Holdren, el principal asesor científico de Obama, también defiende el CCS, y eso cuenta. Yo, si me aprietan, también creo que es una opción seria (muy por encima de la nuclear, por ejemplo): aunque en países desarrollados uno pueda pensar que las renovables puedan ser suficientes para satisfacer la demanda a medio plazo, en China e India siguen y seguirán quemando carbón como locos. Y ahí está el volumen significativo de emisiones a reducir.

lunes, 16 de febrero de 2009

Revistas para publicar en Economía Ambiental

De Environmental Economics:
  1. Journal of Environmental Economics and Management (JEEM)
  2. Ecological Economics (EE)
  3. American Journal of Agricultural Economics (AJAE)
  4. Resource and Energy Economics (REE)
  5. Energy Journal (EJ)
  6. Australian Journal of Agricultural and Resource Economics (AJARE)
  7. Land Economics (Land)
  8. Environmental and Resource Economics (ERE)
  9. Environment and Development Economics (EDE)
  10. Journal of Agricultural and Resource Economics (JARE)
  11. Natural Resources Journal (NRJ)
Evidentemente, para Economía de la Energía creo que el orden cambia algo, y que faltan algunos, pero da una buena idea de por dónde van las cosas. Y estoy bastante de acuerdo con el comentario sobre Ecological Economics...

domingo, 15 de febrero de 2009

Las políticas de apoyo a las renovables

Mi artículo de esta semana en Soitu:

Estos días en EEUU se está discutiendo mucho sobre las políticas de apoyo a las renovables, ya que son un elemento central de la política energética y medioambiental de Obama fundamentalmente por dos razones: en primer lugar, para conseguir una mayor independencia energética, y en segundo lugar, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, parece que el paquete del “estímulo” llevará incluido una cantidad específica para apoyar las renovables, también por su posible contribución a la creación de empleo “verde”. Esto está originando dos tipos de discusión allí. La primera, si hay que apoyar las renovables específicamente; y la segunda, cuál debe ser el formato en que se haga.

Sobre el primer tema: como en otros asuntos, el debate está en si hacen falta políticas de apoyo a tecnologías específicas como las renovables o si basta con una política general de aumento de la seguridad energética o de limitación de emisiones de CO2. El Wall Street Journal y el Los Angeles Times, por ejemplo, hacen una defensa de lo segundo. Y el caso es que, en teoría, tienen razón: lo óptimo, en un mundo ideal, sería incorporar la externalidad correspondiente (asociada a la vulnerabilidad energética, o a los daños por el cambio climático) a las fuentes energéticas que la causan, y el mercado se encargará de lograr la asignación de recursos adecuada. Así, por ejemplo, si incorporamos al carbón, al gas, o al petróleo un extracoste asociado a su impacto ambiental, o a su contribución a nuestra vulnerabilidad energética, esto haría que el carbón o el petróleo fueran más caros, y que las energías renovables por ejemplo fueran más rentables que ellos. Y si no son más rentables en estas condiciones, es que no son interesantes desde el punto de vista social. De hecho, otra de las ventajas de este enfoque es que es el mercado el que elige cuál es la mejor manera, desde el punto de vista social, para lograr mayor seguridad energética o menores emisiones (que no tiene por qué ser las renovables, sino por ejemplo el ahorro).

Pero claro, esto es en un mundo ideal. En el mundo real las cosas son más complicadas, y la primera complicación es que los mercados no son perfectos: hay riesgo e incertidumbre tecnológica (por ejemplo, asociada la vulnerabilidad, a los costes de las tecnologías, a su evolución futura, etc.), y también hay incertidumbre regulatoria (no sabemos si una determinada política se va a mantener o no). Y no hay mercados que permitan asegurarse frente a todas estas contingencias. Tampoco es tan fácil conocer bien cuál es la externalidad asociada a los daños por cambio climático, o a la vulnerabilidad energética. Si a eso le sumamos otros posibles problemas, como la racionalidad acotada de los decisores, todo hace que, aunque en teoría este enfoque sea el ideal, en la práctica pueda no ser suficiente.

Por ejemplo, en Europa ahora tenemos un mercado de emisiones de CO2 que hace que se genere un precio por emitir. Y este precio se suma a los costes de las fuentes de energía de origen fósil, lo que debería hacer que las energías renovables o el ahorro fueran más rentables, y que algunas de ellas (la eólica, por ejemplo) se hicieran más interesantes que las fuentes fósiles. Pero resulta que, por un lado, no está claro que el precio del CO2 esté reflejando adecuadamente el coste de las externalidades: los gobiernos no quieren que el precio sea muy alto, porque eso supone un aumento de los precios de la energía, y por tanto protestas de los consumidores, pérdida de la competitividad industrial, etc., así que posiblemente lo mantengan más bajo de lo que debería. Además, las incertidumbres (y sobre todo, la imposibilidad de cubrirse frente a ellas) hacen que los inversores, incluso aunque el precio del CO2 fuera suficiente, no se atrevan a invertir en nuevas tecnologías, porque no saben qué va a pasar con los precios del CO2 en el futuro, o con los costes de las nuevas tecnologías. El resultado es que esa competencia “ideal” que debería estar teniendo lugar entre las fuentes fósiles y las renovables no ocurre, como digo fundamentalmente por la imposibilidad de asegurar (al menos, en un nivel razonable, porque siempre hay que dejar algo de riesgo empresarial) la rentabilidad de la inversión.

Es decir, que una política “óptima” en un mundo ideal no nos permite conseguir esa asignación óptima desde el punto de vista social en un mundo real. ¿Qué alternativa tenemos? O intentamos eliminar los problemas citados antes, lo cual parece casi imposible (tanto desde el punto de vista político como técnico), o implantamos políticas específicas de apoyo a las energías renovables que nos permitan alcanzar un nivel adecuado de las mismas. Este nivel adecuado debería ser el que indicara una internalización óptima/teórica de las externalidades, y como decía antes debería considerar todas las posibles alternativas para mejorar la seguridad o reducir las emisiones, no sólo las renovables.

En cualquier caso, esto nos lleva al segundo punto de la discusión: suponiendo que sabemos el nivel de renovables que queremos alcanzar, ¿cuál debe ser la política a usar para conseguirlo? Aquí hay fundamentalmente dos alternativas: garantizar en mayor o menor medida el ingreso de los productores renovables (lo que se conoce habitualmente como “feed-in tariffs” o primas en España), o garantizar la cantidad de renovables a introducir en el sistema y luego dejar que sea un mercado de certificados renovables el que fije el nivel del apoyo económico (llamado “renewable portfolio standard” o “certificados verdes negociables”). El primer enfoque es el que se ha utilizado en Alemania o en España (y también en Canadá, cerca de EEUU), y que se ha demostrado muy eficaz (al menos para algunas tecnologías). El segundo es el que se utiliza en muchos estados de EEUU (Texas, Nueva Inglaterra, etc.) o en el Reino Unido.

El primero como digo se ha mostrado muy eficaz, fundamentalmente por la seguridad que aporta al inversor: al garantizar el ingreso, es más fácil conseguir financiación para el proyecto, y además ésta es más barata. Dado que las energías renovables son intensivas en capital, esto es un componente fundamental del coste final, y por tanto permite abaratar el mismo. Sin embargo, tiene un problema fundamental, que la prima la fija el regulador, quien no tiene por qué tener la información apropiada sobre los costes de las tecnologías, y por tanto puede fijar la prima demasiado alta (y por tanto incentivar demasiado algunas tecnologías) o demasiado baja (y como resultado no conseguir nada). Esta misma razón hace que la eficacia y la eficiencia de un sistema de primas dependa fundamentalmente de su nivel, y la fijación del nivel adecuado sea más complicada.

Para tratar de solucionar este problema está la alternativa de fijar la cantidad a alcanzar (bien globalmente, o por tecnologías) y dejar que sea un mercado de certificados verdes el que establezca el apoyo económico apropiado. La ventaja de esto es que quien fija el nivel del apoyo es el propio mercado de las renovables, que es el que tiene la mejor información sobre costes, y por tanto es más fácil que el nivel de apoyo sea el eficiente. Pero de nuevo, aquí también hay problemas, fundamentalmente de incertidumbre: cuando alguien invierte en renovables, no sabe si muchos otros van a hacer lo mismo. Y si lo hacen, la oferta de renovables superará a la demanda y por tanto el precio del certificado verde será cero, lo que a su vez haría que la inversión no fuera rentable. Esto lo que hace es que, para compensar este riesgo, los productores instalen menos renovables de la deseada, y por tanto el precio del permiso sea mucho más alto que incluso una prima mal fijada. Es decir, que los consumidores están pagando más por las renovables que en un sistema de primas, y a igualdad de cantidad, esto los hace menos eficientes.

Así que, como vemos, los dos sistemas tienen ventajas e inconvenientes. En la práctica, el primero (primas) se ha demostrado como más eficaz y el más eficiente también, pero eso no significa que sea lo mejor. De hecho, sería fácilmente mejorable modulando mejor las primas, o permitiendo que sea el mercado el que revele la prima adecuada. Y también sería fácil mejorar los certificados verdes, facilitando el establecimiento de contratos a largo plazo que permitan reducir la prima de riesgo.

También se podría pensar en recuperar las subastas de potencia renovable (con muy mala fama por su aplicación fallida en el Reino Unido, Francia o Irlanda, aunque el fallo no fue el sistema en sí, sino su diseño específico). Las subastas permiten que sea el mercado el que fije el nivel adecuado del apoyo económico, pero luego lo garantizan durante un período de tiempo razonable, lo que da seguridad al inversor. Por tanto, parece que solucionan algunos problemas (aunque también pueden tener como digo otros problemas si no se diseñan bien).

Así que, para resumir, ¿qué se podría recomendar a Obama desde la experiencia europea? Primero, que todo indica que hacen falta políticas específicas de apoyo a las renovables, pero que el nivel a alcanzar de las mismas debe decidirse de forma adecuada, considerando todas las posibles alternativas. Y segundo, que la política a utilizar debe concentrarse no sólo en la política en sí (primas, certificados o subastas), sino también en un buen diseño de la misma. En principio, las primas han sido muy eficaces para algunas tecnologías, pero deben diseñarse bien. Los certificados verdes también tienen ventajas evidentes, de nuevo si hay un buen diseño. Y también sería posible volver a considerar unas subastas bien diseñadas. Por supuesto, no sólo Obama debería considerar estas experiencias, también a nivel europeo y nacional pueden ser interesantes…

NOTA: Por si ayuda a entender algunas cosas, mi premisa inicial es que hace falta reducir las emisiones de CO2, y por tanto la eficiencia o eficacia de las distintas opciones se mide con respecto a eso.

La investigación operativa y los Houston Rockets

No es tan fácil encontrar buenos ejemplos de cómo la IO ayuda a tomar mejores decisiones, aquí va uno muy interesante. Sobre todo, porque ilustra muy bien cómo el problema crítico es definir correctamente el problema a resolver, y no tanto la resolución en sí.

sábado, 14 de febrero de 2009

Pagar para ir al monte

Así se llama un artículo de El Mundo en el que se discute acerca de algunas iniciativas de cobrar por permitir el acceso a algunos espacios naturales. Algunos expertos consideran que no se debe cobrar por ello. Esto, aunque puede estar muy bien desde el punto de vista "social", no es muy inteligente, porque equivale a asignar un valor nulo a los recursos naturales, y ya sabemos las consecuencias que tiene eso. Como dice mi maestro Carlos Romero, no conservaremos bien lo que no vale nada, o lo que vale infinito. Y por tanto, tampoco es razonable el libre acceso. Aunque, siendo justos, eso no es exactamente lo que proponen estos expertos: lo que dicen es que se limite el acceso, pero que no se cobre por él:
Algunos de los mayores expertos en esta materia no confían en esta fórmula como la solución a los problemas de conservación que genera el exceso de presión humana sobre parajes delicados. «No entiendo que deba ser de pago. Tenemos ejemplos como el bosque de Muniellos en el que no pueden entrar más de 20 personas cada día para que se pueda preservar su ecosistema, pero, aunque haya que pedir permiso para entrar, se hace de forma gratuita», afirma Ignacio Abella, escritor de varias obras sobre árboles.
Lo que está proponiendo Abella es el racionamiento, que, como ya se demuestra para cualquier otro bien, tampoco es eficiente: puede haber gente que esté dispuesta a pagar una cantidad positiva por disfrutar del bien, pero no puede hacerlo por el racionamiento, y a lo mejor el que entra no está dispuesto a pagar casi nada. También se puede argumentar: bueno, es que el que consigue entrar es porque ha hecho una cola, o se lo ha trabajado bastante, y por tanto está reflejando su valor por el bien, con lo que los que entran son los que más lo valoran. Pues tampoco: no tiene por qué coincidir la disposición a pagar por el bien con el valor del tiempo (que al fin y al cabo es lo que se gasta estando en una cola), y podría pasar que el que consigue el permiso después de aguantar una cola esté dispuesto a vendérselo a otro por más dinero (como pasa por ejemplo con los partidos de fútbol).

Si este racionamiento no fuera gratuito, sino que se hiciera por ejemplo por una subasta (o usando un precio estimado), el bienestar total mejoraría: entrarían los que estuvieran dispuestos a pagar más, y además se obtendrían fondos para cuidar el espacio natural. El único problema de esto es distributivo: puede ser que los que menos dinero tienen no puedan disfrutar nunca del sitio. Para esto hay otras soluciones mejores para esto que simplemente no cobrar (darles el dinero por otras vías, permitirles que entren en períodos de baja afluencia, etc.).

PD: Por cierto, Ignacio Abella creo que es el autor de La Magia de los Árboles, un libro fantástico que recomiendo a los que les guste el tema.

El análisis de ciclo de vida de los LEDs

Parece que efectivamente consumen menos energía que la iluminación tradicional.

viernes, 13 de febrero de 2009

La diferencia entre el tiempo y el clima

Uno de mis pasatiempos favoritos últimamente es tratar de convencer a la gente (fundamentalmente, escépticos) de que hay de verdad evidencia del cambio climático. Y parte de ese trabajo pasa por aclarar la diferencia entre el tiempo y el clima, y por reconocer el flaco favor que le hacen muchos (Al Gore, Ministras de Medio Ambiente, periodistas) a la causa cuando nos cuentan que los incendios australianos, o lo del hielo ártico, o la última ola de calor o de frío, son consecuencia del cambio climático. Como bien dice Vicky Pope, esto no es más que confundir a la gente, y de hecho dar alas a los escépticos para que, en cuanto llegue un invierno frío como el que estamos pasando, digan que no, que lo que hay es enfriamiento global...Por eso vienen muy bien artículos como este para recordarnos lo apropiado del rigor y la contención en estos temas.

jueves, 12 de febrero de 2009

Políticas de demanda en el transporte

Como bien dice Lee Schipper (citado en Environmental Capital), el problema del transporte no es el combustible. Está bien cambiar a coches eléctricos, sobre todo en las ciudades, o a biocombustibles de 2ª o 3ª generación, pero lo realmente importante es reducir los desplazamientos. Como siempre, las políticas de demanda parecen ser las ideales, pero también las que casi nadie quiere...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Zen Habits

Un sitio curioso que he descubierto hoy en la web.

Las consecuencias de la revolución energética

Un post muy interesante de Revkin para reflexionar sobre las consecuencias de una revolución en la tecnología energética.

Feed-in tariffs en Canadá

Parece que la experiencia de Ontario fue positiva. A los españoles esto no nos sorprende, pero a los estadounidenses les coge más cerca.

La identidad de las Universidades católicas

Un tema complejo. En Boston College han puesto crucifijos en todas las clases, y eso ha generado bastante discusión. Supongo que la cuestión fundamental es la disyuntiva entre tratar de atraer a los mejores, independientemente de su religión, y la identidad católica de la Universidad. No parece fácil de resolver.

martes, 10 de febrero de 2009

Google y las smart grids

Google se quiere meter en el negocio de smart grids, lo cual prueba que siguen apostando bien, porque todo parece indicar que esto será el futuro del negocio eléctrico (salvo que, entre otros, nuestros análisis, muestren que no hay mucho dinero que ganar con esto, aunque no parece...).

Más sobre el apoyo a las renovables en EEUU

En EEUU hay una gran discusión ahora sobre el apoyo a las renovables (entre otras cosas porque va dentro del paquete de estímulo). Como en otras ocasiones, el debate está en si hacen falta políticas específicas de apoyo, o si basta con una política general de limitación de emisiones de CO2 (o de internalización de externalidades). El WSJ y el LA Times hacen una defensa de lo segundo, muy en la línea de la economía ambiental "neoclásica". El caso es que, en teoría, tienen razón: si lo que se quiere es controlar el impacto ambiental, lo óptimo es usar una política en este sentido única, como es un sistema de comercio de emisiones (o su equivalente de impuestos que internalicen las externalidades). Sin embargo, el problema es que habitualmente no estamos en situaciones "first-best", sino "second-best", y ahí no está claro cuál es la mejor política: en presencia de riesgo e incertidumbre, en ausencia de mercados completos (cosas que generalmente afectan más a los mercados liberalizados que a los regulados, los sistemas regulados no necesitan políticas explícitas sino que les vale por ejemplo un sistema de planificación integrada de recursos), un precio para el CO2 volátil no será suficiente para lograr los objetivos de reducción buscados, y por tanto quizá haga falta recurrir a políticas tecnológicas. Si a eso le sumamos otros temas (como racionalidad acotada, etc., que por ejemplo comento a propósito de las políticas de eficiencia energética), pues creo que el argumento a favor de políticas tecnológicas específicas (de apoyo a las renovables o a tecnologías limpias) tiene más peso que el que defiende las políticas únicas de regulación ambiental. Otra cuestión es lo que comentaba ayer: las políticas tecnológicas deben ser eficientes y eficaces.

Amory Lovins y la generación distribuida

Amory Lovins hace un canto en defensa de la generación distribuida. La verdad es que creo que en Europa esto no hace mucha falta, ahí estamos muy por delante de los estadounidenses, pero en cualquier caso siempre es interesante leer a Lovins.

lunes, 9 de febrero de 2009

Feed-in en EEUU

En EEUU están considerando usar "feed-in tariffs" para promover las renovables. Buen movimiento, teniendo en cuenta el éxito de esta política en Europa. Efectivamente, las feed-in tariffs se han demostrado como el instrumento más eficaz para promover las renovables, fundamentalmente al ofrecer seguridad a los inversores. Pero cuidado, porque las diferencias entre RPS y feed-in no son tan evidentes, la clave está en su diseño específico. Puedes tener políticas feed-in malísimas (si se fija mal la tarifa no conseguirás nada, o conseguirás demasiado) y políticas RPS muy buenas (si se asocian a contratos para eliminar la volatilidad, que es su mayor problema, y si se usan bandas por tecnologías). Así que lo importante no es tanto RPS vs feed-in, sino buenas vs malas políticas.

Cuidado con la biodiversidad

En Freakonomics citan este pasaje de Lovelock, que es bastante interesante. Es cierto que no siempre un aumento de biodiversidad implica una mejora ambiental, por lo que el objetivo de las políticas a este respecto deberían ser lo segundo, no necesariamente lo primero. De hecho, también se pueden encontrar ejemplos en los que aumenta la biodiversidad, pero de especies no deseadas...Pero eso no significa que ahora haya que considerar que una reducción de la biodiversidad es buena...todo depende de con qué situación nos estemos comparando.

domingo, 8 de febrero de 2009

La politización de la energía

Alguna vez ya he blogueado sobre el preocupante hecho de la ideologización del cambio climático. En España, si uno es de derechas no puede creerse la evidencia científica del cambio climático, y si es de izquierdas se la debe creer, e incluso exagerar si hace falta. La verdad es que uno esperaba que nuestra sociedad hubiera evolucionado algo desde la Edad Media, cuando la ideología condicionaba la forma en la que veíamos el mundo (esférica o plana). Pero no, todo lo contrario. Ahora también las opciones energéticas se defienden o atacan exclusivamente desde la ideología. En España, por si no lo habéis notado, la “derecha” defiende la nuclear, y la “izquierda” la ataca (las renovables son más bien de izquierdas, y el ahorro de ninguno, por lo que parece…).

Está claro que las tecnologías no son neutras, todas tienen determinadas consecuencias y valores implícitos detrás. Cuando por ejemplo uno apoya la nuclear, está haciendo evidentes una serie de valores respecto a la consideración de costes, emisiones, radioactividad, proliferación, etc. Esos valores pueden ser discutibles, pero no atacables por sí mismos. Y puede ser que esos valores coincidan de mayor o menor manera con las ideologías políticas.
Esto hace, de hecho, que cualquier decisión de este tipo deba ser política, en el sentido que la ciencia por sí misma no será capaz de dar un conjunto de valores "objetivos", sino que deberán ser asumidos o consensuados por vía política.

Pero esto no justifica la defensa a ultranza de unas u otras tecnologías, sólo justificaría la defensa o ataque del valor de determinados criterios. Las tecnologías energéticas son mejores bajo unos criterios, y peores en otros. Es difícil que haya una mejor que todas las demás para un conjunto amplio de criterios. Por lo tanto, cuando desde un conjunto de valores o ideologías se defienden las tecnologías, y no los objetivos, ya empiezan a chirriar las cosas. Pero lo que ya me parece difícil de admitir es que la ideología te permita saltar por encima de la ciencia y de los datos objetivos: no puede ser que los datos se maquillen para ayudar a la defensa o ataque de la tecnología.

En el caso de la nuclear, por ejemplo, la “derecha” da unos costes demasiado bajos para la nuclear, para conseguir encajar su defensa de la tecnología con su posición ideológica. Y la “izquierda” exagera el coste marginal de las centrales existentes, para tratar de cerrarlas. ¿Dónde está la objetividad y la defensa de los valores aquí? Supongo que al final todo se trata de responder a unos determinados intereses, o a la ignorancia…pero sigue siendo preocupante. Y más todavía si se llega al dogmatismo y a la clasificación simplista: si uno dice que la nuclear nueva es cara, le colocan en la izquierda, si dice que la nuclear existente es barata, le ponen en la derecha…

No puede ser que la ideología te condicione tu apreciación científica, porque eso hace que se tomen peores decisiones. Por eso es tan de agradecer que al menos en los países civilizados de verdad tengan las ideas más claras, y si no véase del discurso de Obama:

We will restore science to its rightful place

Creo que el lugar de la ciencia es informar las políticas con datos objetivos y rigurosos, para que a partir de ahí sean los valores (la política) los que decidan. Pero su lugar no es estar sujeta a la decisión política que se pretende alcanzar. A ver cuándo toca también en España….

NOTA: Hoy hay en Environmental Economics una reflexión muy apropiada a este respecto.

sábado, 7 de febrero de 2009

Lo difícil de medir la eficiencia energética

Parece que en EEUU hay problemas para evaluar correctamente los ahorros del programa Energy Star. La verdad es que evaluar los ahorros conseguidos por este tipo de programas es complicado, sobre todo porque es difícil saber cuál sería la situación en ausencia de ellos. Pero a mí esto lo que me indica es que en algunos países al menos la gente se preocupa de saber cuál es de verdad el resultado de estos programas en términos energéticos, no como en otros (adivinad cuál) en el que los resultados se miden únicamente en función del dinero gastado, lo que evidentemente no da ninguna indicación ni de la eficacia ni de la eficiencia de estos programas...

Stavins sobre el cap-and-trade

Aquí ofrece su postura acerca de cuál debe ser el cap-and-trade a implantar en EEUU. Más detalles en el paper completo.

Las maravillas de Europa

Un nuevo sitio web con fotos y descripciones de la naturaleza europea.

viernes, 6 de febrero de 2009

El estímulo preferido de Mankiw

No es que yo bloguee estas cosas, pero me ha gustado el enfoque de Mankiw: una reforma fiscal verde. También me convence bastante lo que dice después.

jueves, 5 de febrero de 2009

Etiquetado energético en Europa

Como bien dicen los fabricantes, degradar a uno de categoría es duro, pero lo cierto es que, para que un estándar sea mínimamente eficiente, debe ser dinámico: debe irse reajustando con el tiempo. Y por tanto los frigoríficos más eficientes de hoy no deben ser los de mañana. Así que ojalá prospere la iniciativa de la Comisión.

La noticia también trae otro dato interesante: dice que un frigorífico eficiente cuesta 200 euros más que uno normal. Si pensamos que eso supone ahorrar unos 250 kWh al año, y que un kWh cuesta (en España) unos 15 céntimos de euro, eso supone que te ahorras al año unos 38 euros. Es decir, que tardas en recuperar la inversión 6 años (sin descontar). Eso no son los 4 que dice el fabricante, y creo que me he puesto en un caso optimista. Aunque también es verdad que un frigorífico normalmente dura más de 6 años (si es bueno). Este parece uno de esos casos donde la inversión en eficiencia va a ser menor de la esperada, pero también su coste mayor que ese supuesto "free-lunch".

miércoles, 4 de febrero de 2009

Una idea curiosa para ahorrar energía

Pasar a semanas laborables de 4 días. La verdad es que hay algo de lógica: aunque evidentemente en algunos casos es difícil de implantar o incómoda, debería haber menos desplazamientos, y por tanto menos consumo. Pero parece que no está siendo muy efectiva...Habría que ver si las otras ventajas (mayor flexibilidad laboral y salarial, y por tanto mejor ajuste a la demanda de trabajo) ayudarían también.

martes, 3 de febrero de 2009

Nuevo Google Earth

Ahora también los océanos y Marte. Y también se puede ver la evolución de la geografía (urbana, sobre todo). Estupendo, como siempre.

lunes, 2 de febrero de 2009

Calvin & Hobbes y la crisis

Como siempre, Calvin y Hobbes insuperables en su descripción de la crisis. Lo divertido es que es de hace 15 años...vamos, que no es la crisis, es la situación habitual de algunas de nuestras industrias, que todavía algunos quieren perpetuar...

La irreversibilidad del cambio climático

Lleva unos días circulando por la prensa la noticia de que el cambio climático es irreversible. Esto es evidente para los que saben algo del tema: lo que influye en el cambio climático es la concentración de GEI en la atmósfera, no sus emisiones, y la vida útil del carbono por ejemplo es muy larga. De ahí la analogía con el modelo de la bañera. El problema es que parece que algunos lo están usando como excusa para no hacer nada. Y ahí viene muy bien una entrada reciente en Real Climate, de la que copio el último párrafo: irreversible no quiere decir imparable. Y lo que es irreversible ahora mismo no es tan grave como lo que se nos puede venir encima si no dejamos de emitir.

Perhaps the despair we heard in our interviewers’ questions arose from the observation in the paper that the temperature will continue to rise, even if CO2 emissions are stopped today. But you have to remember that the climate changes so far, both observed and committed to, are minor compared with the business-as-usual forecast for the end of the century. It’s further emissions we need to worry about. Climate change is like a ratchet, which we wind up by releasing CO2. Once we turn the crank, there's no easy turning back to the natural climate. But we can still decide to stop turning the crank, and the sooner the better.