Un movimiento interesante, aunque seguramente polémico :). En un contexto de transición energética, cada vez tiene más sentido coordinar la planificación y gestión de las redes de electricidad y gas (e hidrógeno, eventualmente), ya que los sectores cada vez están más integrados y son menos independientes uno de otro. El fusionar los operadores es una forma de lograrlo, quizá más efectiva.
Por otra parte, el separar el transportista del operador del sistema también tiene sus ventajas (no para ellos, claro):
The decision to remove the ESO from National Grid’s ownership was made under the previous Conservative government because of concerns over a conflict of interest relating to the operator’s role providing strategic advice to government officials.
Y, muy relacionado, el debate sobre precios zonales en Reino Unido (algo de lo que ni siquiera se habla aquí, desgraciadamente).
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