viernes, 10 de marzo de 2023

Modelos de publicación científica

Llevaba tiempo dándole vueltas a este tema, incluso llegando a tener alguna crisis personal (nada seria, como por ejemplo sobre si vale la pena seguir queriendo publicar en buenos journals), y este podcast  con el que creo que estoy de acuerdo al 99% (por dejar un cierto margen de error), me ha terminado de decidir a tratar de poner por escrito y con cierta estructura mis reflexiones al respecto (que ya he dejado de forma desordenada por el blog). Me ha salido un poco largo así que pido perdón de antemano. Eso sí, encantado de comentarlo con quien quiera porque ya sé que todo esto tiene muchos matices.

Creo que la reflexión debe comenzar por una pregunta obvia: ¿para qué publicar en revistas científicas?

La primera razón, y creo que la más evidente, es para difundir el conocimiento. Como decía Schrödinger (el del gato), "If you cannot — in the long run — tell everyone what you have been doing, your doing has been worthless." Esto es una de las misiones de la universidad y de los centros de investigación, pero también una obligación de todos los investigadores personalmente. El conocimiento es un bien común, que hay que difundir lo máximo posible. Ahora bien, esto puede precisamente ser incompatible con publicar en una revista científica con acceso restringido...si se trata de difundir el conocimiento, cuanto más amplia sea la difusión, mejor (como afortunadamente están entendiendo muchos financiadores públicos en la línea de la "ciencia abierta")

Pero claro, esto choca con el otro gran motivo por el que publicamos en revistas científicas...que es que nuestros pares acrediten la calidad del trabajo que hemos hecho. Si cualquiera puede difundir los resultados de sus "investigaciones", sin ningún control sobre la veracidad o rigor de las mismas, lo único que tendremos es mucho ruido ahí fuera, como de hecho ya pasa en cierta manera en las redes sociales.

El problema es que no está nada claro que esta acreditación mediante la revisión por pares realmente cumpla su misión, como cuenta Mastroianni en el podcast, y cualquiera de los que estamos en este negocio sabemos. Las revisiones son muy irregulares: hay algunas de gran calidad pero otras no tanto; ni siquiera las de gran calidad garantizan que no haya pufos en los trabajos, por la cantidad de tiempo que hace falta para asegurarlo; hay revistas con revisión por pares cuyos procedimientos son muy cuestionables (me refiero a muchas "Open-Access"); hay numerosos sesgos alrededor de la aceptación de trabajos...Parte de estos problemas vienen del modelo en sí mismo, parte vienen de los incentivos existentes. Cuando se hace depender una lectura de tesis, una contratación, una promoción, incentivos económicos, las ayudas públicas, los rankings de universidades, del número de publicaciones o del "prestigio" de las revistas, la cosa comienza a pervertirse y aparecen los fraudes. Y así todos conocemos malos trabajos publicados en revistas buenas, o engaños no replicables. Sí, las revistas "top" se supone que, por su alta exigencia y selectividad, garantizan que todo lo que se publique ahí será bueno (otra cosa es que todo sea mérito de los autores, o influido por la universidad de origen, o por la suerte...) pero lo que no garantizan es que trabajos que no hayan pasado sus filtros no sean muy buenos, o incluso mejores que los publicados en ellas. Conclusión: esta razón, aunque en teoría sería la más fuerte, en la práctica tiene muchos agujeros.

Además, no viene mal recordar que este sistema que tenemos, independientemente de que funcione o no, desincentiva la investigación verdaderamente disruptiva y contraria al status-quo (que está formado por los que hacen las revisiones), o la investigación multidisciplinar (para la que no hay apenas revistas o revisores). Y también, como ya he dicho en alguna ocasión, al fijarse en lo medible (el número de publicaciones y los cuartiles) en lugar de lo más difícilmente medible (la calidad docente) está generando en muchas universidades un cuerpo de profesores a los que no gusta dar clase, y que lo hacen por contrato, tratando de que les quite el menor tiempo posible para sus publicaciones.

La cuestión pues es cómo lograr el objetivo de difusión y de acreditación de la calidad de la investigación, sin caer en todos los problemas del sistema actual.

Mastroianni no entra en ninguna, pero dice que a él personalmente lo que le apetece es publicar sus investigaciones en medios amplios, como su blog, incluso aunque sufra su carrera académica. Esta precisamente era una de las opciones que yo estaba considerando. Si ya tienes una carrera académica más o menos establecida, ¿para qué pegarse con todo el proceso de publicación? Yo por ejemplo nunca he publicado en una top, pero, para bien o para mal, mi ego no lo necesita. Y del resto ya tengo suficientes. Sí, ya sé que perdería quizá dinero (mi universidad incentiva las publicaciones), o incluso tendría que dar más clases (esto puede ser más duro), pero desde luego me llevaría menos disgustos, y también trabajaría menos (no tendría que revisar tantos papers como me mandan, y que reviso como mi contribución a este sistema).

Lo que pasa es que, si yo decido no publicar en revistas científicas, ¿cómo enseño a los investigadores en formación a publicar en ellas, algo esencial para su contratación o carrera profesional? Aquí me permito recordar que el "job market" internacional no siempre requiere contar con publicaciones, sí con un paper de buena calidad...pero luego en el "tenure track" sí es imprescindible publicar en buenas o excelentes revistas (además de autovenderse lo mejor posible, algo que no siempre es compatible con la honestidad y el rigor científico...). Así que seguimos sin salir de ésta.

Seguramente, para acreditar la calidad de los trabajos que se publiquen, haga falta desarrollar otros sistemas de revisión por pares que:
- den los incentivos adecuados para o bien impedir la publicación de malos trabajos, o bien al menos cualificarlos para su uso general;
- permitan la publicación en abierto de todos los trabajos, pero sin los incentivos perversos actuales del open-access;

Cowen propone un sistema, Brian Nosek también aporta ideas.

Pero esto no necesariamente es la mejor opción para evaluar la calidad de los investigadores de cara a eventuales contrataciones o promociones. Para eso habrá que dejar de considerar las publicaciones al peso, algo que ya se plantea en algunos sistemas públicos de evaluación de propuestas de investigación (otra cosa es que luego se haga de verdad). Y seguramente también habrá que empezar a buscar la motivación adecuada en los candidatos: Yo creo que la motivación de un buen investigador debe ser la curiosidad, el disfrutar descubriendo cosas nuevas y contándoselas a los demás. El reconocimiento se agradece, como recompensa al trabajo bien hecho, pero no puede dirigir la carrera. Y mucho menos el afán de prestigio, o de ganar mucho dinero. Si las señales que damos al contratar o promocionar van por aquí, no vamos bien...



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