Ya decía Porter que la sostenibilidad podía ser buena para el negocio. Esta es de hecho una de las basese del liderazgo europeo en materia ambiental o climática, la oportunidad que puede suponer para la economía. Pero eso no necesariamente implica que siempre lo sea: a veces adoptar las medidas "sostenibles" conlleva costes, y no todos están en condiciones de afrontarlos.
En este artículo, basado en un paper, vienen a tratar de convencernos de que no, que los casos con costes son la minoría. Pero me temo que no se han fijado en un pequeño problemilla: los autores analizan los casos en los que se han adoptado medidas sostenibles, y efectivamente en la mayoría de los casos esto ha llevado a una mejora en distintos parámetros. Pero lo que no analizan son los casos en los que no se han adoptado las medidas, y por qué. El fijarse sólo en los casos en los que las medidas se han adoptado lleva un sesgo implícito: sólo evaluamos los casos en los que las empresas han decidido voluntariamente ir por ese camino. Algo que, lógicamente, estará basado en sus expectativas de mejora. Por tanto, la muestra de partida está tremendamente sesgada, y no vale demasiado para generalizar conclusiones, más allá de la evidente: los que adoptan medidas sostenibles lo hacen porque esperan mejorar.
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