Ya he comentado aquí alguna vez que el problema que tienen las propuestas de decrecimiento es que no tienen números detrás que prueben su factibilidad o incluso su viabilidad política. Branko Milanovic pone algunos números, pero precisamente para demostrar que no es posible.
Yo soy algo más optimista, pienso que en el margen sí es posible lograr algo por ahí, aunque evidentemente no de forma relevante en términos absolutos, y sin tener claro que la cosa vaya a funcionar (de nuevo, importante tener algunos numeritos). De hecho, Milanovic en su siguiente entrada va por esta vía, y sí plantea algunas políticas para reducir el consumo de la fracción más rica, fundamentalmente aplicar impuestos elevados sobre las actividades perjudiciales. Aunque, de nuevo, no sabemos si la cosa funcionaría: no sabemos si el impacto a corto plazo sería tolerable, o si el impacto a largo plazo sería el deseado.
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